Jodar - Matarribazos - Cueva del agua - Torcal de Albanchez - Bedmar - Barranci Perejil - Jódar

Impresionante ruta por la Sierra de Mágina. Tiene un poco de asfalto, pistas, carriles, senderos, campo a través...de todo. Salimos de Jódar en dirección a Bélmez pero nos desviamos a la derecha para subir por Matarribazos. Es una subida muy bonita, sin grandes repechos y con unas vistas fabulosas de la Cuerda, la Serrezuela y el Aznaitín. Continuamos un poco para disfrutar de otras vistas espectaculares de Mágina y el caño del aguaero. Retrocedemos un poco y cogemos una bonita pista a la izquierda. Poco después abandonamos la pista para coger un sendero que es una auténtica maravilla, limpio y no muy técnico. De vez en cuando tiene una caída a la izquierda que le da un puntillo más de tensión. Muy chulo. Uno que sea técnico flipa. Desembocamos en una pista y nos dirigimos a la zona de Cuadros. Justo al llegar a la pista, la abandonamos por un sendero técnico que nos baja a la cueva del agua. Después de visitarla, nos dirigimos al Torcal de Albanchez. Tiene una subida muy bonita con inmejorables vistas de Mágina y de los paredones que forman el Torcal. Muy chula la subida. Una vez coronada, las vistas son acojonantes. Toca bajar por una pista en regular estado y que cuando entra a un olivar se estropea más y que cuando entra a un pinar se acabó de jorobar. La pendiente es muy fuerte y hay que tener mucho cuidado en la bajada. Giramos a la izquierda en busca de la Fuente de la Fresneda y después de beber agua, nos toca bajar por los 5 pechos. No me quiero imaginar lo que tiene que ser hacer esta bajada al revés...La virgen!! que pendiente...Vamos buscando la carretera de subida de Cuadros a Bedmar. Cuando llegamos al asfalto, el anfitrión de la ruta tuvo la "magnífica" idea de meternos por un carril feo, lleno de piedras y con pendientes cercanas al 20% para evitar el asfalto...vamos, una maravilla. Estoy deseando repetir. Llegamos a Bedmar y después de otra paradilla en la fuente nos dirigimos al Barranco del Perejil. Que pasada. Merece mucho la pena darse un paseo por lo menos hasta la "puerta" que forman dos enormes piedras. Un lujazo de sitio. Ya "sólo" queda meternos por unos carriles entre las olivas, un poco de campo a través, un senderito de subida, un carril lleno de piedras... y en breve aparecemos en la ermita de San Isidro. Un ratito después, estamos tomando unas magníficas cervezas en la plaza del pueblo. Preciosa ruta que pese a ser cortita te pone las pilas. Muy recomendable.