La Muela- Morra de Garabitos- La Picadera (antenas)- Cabezo del Atalayón ( Cartagena)

Un día de esos en que pasa de todo y encima en una ruta muy dura, pero que al final te deja una satisfacción como un melón.

Para empezar decir que La Muela no se puede subir. El acceso es por un camino en buenas condiciones con alguna rampa durilla que está prohibido. Casi en su cumbre la cosa se complica, empujar la bici por una senda para dar con unas escaleras de hierro de unos 50 peldaños no es la ilusión de nadie, pero, en fin, como no se puede subir pues eso. Tras ellas la cumbre y un descenso que no se lo deseo a nadie que pudiese subir. No es ya que la senda sea muy muy técnica sino que su mal estado de conservación hace que acabes como un cristo de arañazos con unos arbustos que supongo serán los que le pusieron al mencionado por corona.

La llegada a una zona más despejada se agradece, y poco a poco nos aproximamos a la Morra de los Garabitos por un camino que comparado con lo anterior parece una autovía.

De la Morra descendemos por el mismo camino hasta desviarnos a la izquierda hasta salir a la carretera E-22. La seguimos hacia el Oeste ascendiendo algo y descendemos hasta llegar a un puente donde, a la izquierda, nos introducimos por una senda en el barranco del campillo. Esta senda también bastante técnica hace bajarse de la bici pero merece la pena recorrer esta preciosa rambla de colorida geología y rodeada de montañas y acantilados.

Salimos al Campillo de Adentro (muy cerca de la Azohía) en un camino que dará con la carretera que sube a las dos siguientes cumbres. Primero a la antenas (centro reemisor de Isla Plana) que hay pegadas a La Picadera (en realidad no se ha hecho la cumbre principal). De ahí descendemos por la misma carrtetera, luego a la derecha y seguimos descendiendo para luego empezar el ascenso a la última cumbre, el Cabezo del Atalayón al que subimos por un camino a la derecha al acabar el asfalto.

Después descendemos hasta la carretera, la cogemos a la derecha y enseguida a la izquierda, y nos meteremos en un camino que enseguida se hace senda que es uno de los más bonitos que he pisado en mis correrías con unas vistas espectaculares. Primero desciende en zigzag hasta Cala Salitrosa, y luego va ascendiendo poco a poco (poca pendiente pero con tramos muy pedregosos) hasta una loma en la que la pendiente se hace más acusada. Así llega de nuevo a la carretera por la que ascendimos a La Picadera.

Derecha, descenso rapidísimo de nuevo al Campillo y carretera E-23 que nos subirá a la E-22 de nuevo, que seguimos a la derecha hasta llegar de muevo al punto de salida, no sin antes hacernos sudar un último puerto que, al menos a mi, tras lo pasado, ya se pegaba de más a las costillas, son las Cuestas del Cedacero, que descansan en Torre de Nicolás López, tras la cual, descendemos plácidamente hasta el punto de salida. Y chimpón!

Recuerden, no hay montaña pequeña.