Lapiaz Sierra Gorda de Loja

El Lapiaz y Karts de La Sierra Gorda de Loja, es un inmenso "grano" entre Loja y el Boquete de Zafarralla, en la provincia de Granada, que asombra por la espectacularidad y singularidad del mismo. Transitar por esta mole de casi 1.700 msnm, es como si recorriesemos el interior de Marte o la Luna.

Desde Loja pueblo, iniciamos una larga subida por el camino de los Pajonares de casi 18 kilómetros hasta alcanzar la zona más elevada de la ruta, situándose esta en el Cerro de Las Cabras, donde está el Parque Eólico de Los Sillones, en la Cuerda del Quejigal.

Superados los primeros tramos de inicio, la cuesta suaviza levemente, pero lo suficiente como para dar un respiro en el pequeño llano de la Majada del del Chaparral, donde se encuentra la Subestación Eléctrica de los Aerogeneradores. A partir de este descanso, hay otro escalón que nos situa en el característico Charco del Negro, entre las Majadas de Charco del Negro y Pasos Herrados. Característico por ser el Hábitat del Gallipato, animal de gran interés faunístico que habita en aguas estancadas.

El Charco del Negro está en un lugar excepcional, en una pequeña explanada tapizada de verde y al abrigo de unos pequeños farallones que le dan aire de alta montaña, pero el Charco,.. hoy.....

Hoy el Charco está casi seco. Solo queda un pequeño remanente de agua, de lo que normalmente es una bella laguna. Siento pena y desilusión ver el estado en que se encuentra.

Pasado el sofocón, continuamos hacia el Cerro Las Cabras, a los Aerogeneradores, y al gran mirador que hay en los Tajos del Quejigal, rodeado por una gran "pradera" de Karst de Dolinas, que para llegar a él, se instaló una larga pasarela de madera (1) para facilitar el acceso ya que caminar por un terreno tan irregular, es muy difícil y estresante. La sensación de este lugar es enigmática y sorprendente. Aquí se detuvo el reloj y el tiempo. En eso radica su belleza.

Tras contemplar todo lo que nos rodea (que no es poco) desandamos el camino y continuamos hacia la Majada del Tío Asadura, lugar precioso y singular (al menos para mi). La Majada, es una pequeña depresión rodeada de pequeños cerretes y oteros, cubierta de manto vegetal de pasto verde y tierra roja. En el centro un antiguo aljibe y abrevadero para canalizar el agua de lluvia para el ganado ovino, siendo muy abundantes los rebaños de oveja con denominación de origen de esta Sierra de Loja.

Superada la Majada del Tío Asadura y la Loma de la Leche, (2) en suave bajada llegaremos a los cortijos Fuente del Espino y Cortijuelo Alto, y Bajo hasta la Majada de Quejidillos, donde nos desviaremos a nuestra izquierda para volver a subir en dirección a la Hoya de La Zarza y Charco del Ranchuelo, y próximo a él, nos desviamos a nuestra derecha, hacia el Llano de Las Sepulturas (vaya nombre) y continuar en una larga y descompuesta bajada (por la gran cantidad de gránulos, guijarros y piedras sueltas) por el barranco de Las Marianas al punto de inicio de esta magnifica ruta.

(1) Pasando por la pasarela de madera, antes de llegar al Mirador, observamos una oveja adulta tumbada junto a esta, queriendo ponerse en pié. El animal lo intenta, pero es imposible. Tiene las dos manos rotas. Está abatida y desolada. La acariciamos con pena, dolor y desasosiego. Nos alejamos con el dolor de no poder socorrerla, y no poder hacer nada.
En la bajada observo movimientos en los cortijos de Fuente Alta, y hacía ellos me dirijo con la esperanza de encontrar el Pastor. Tengo suerte. El Pastor está. Le cuento el problema, y él sabe donde está la oveja, y lo que pasa. Me dice que está así desde ayer, que la gente que va en moto pasan a toda velocidad junto a ellas originando una estampida. En en la carrera tropiezan en los "troncales". Que no es la primera vez que eso ocurre. También menciona a los excursionistas que van acompañados de perros, originando el mismo problema. Le insisto que es una pena dejar el animal morir de esa manera, mejor sacrificarlo. Me responde que irán por ella con el todo terreno.
Sospecho que sabiendo donde está el animal, y pasado el tiempo que ya ha pasado, lo dejan a su suerte a la Madre Naturaleza.

(2) Un poco antes de llegar al Cortijo Fuente del Espino, hay unos pequeños sembrados acotados por alambrada de relativa altura, para que el ganado no se lo coma. Pues una cabra, en su afán de saborear tan rico y tierno pasto saltó con tan mala fortuna que se quedó atrapada por la pezuña en un bucle del alambre, de tal forma que era imposible librarse sola de él. Nosotros tuvimos que hacer gran esfuerzo para liberarla. Uno subiendo la pata para eliminar tensión al cable, y otro forzando el bucle para liberarla. Costó más de lo que pensábamos, pero finalmente lo conseguimos, pero la cabra seguía dentro de la zona vallada. En dos zancadas saltó la alambrada, rozandola con las patas traseras y poniendo pies (pezuñas) en polvorosa.
No se, que hubiese ocurrido de no pasar nosotros, ya que ella sola, hubiese sido imposible.