LAS BATUECAS + LAS HURDES. Completa

Maratón en tres días para dar cuenta de dos comarcas, una salmantina y otra cacereña, que comparten montañas y cultura: las Batuecas y las Hurdes.
Día 1. Las Batuecas. De Ríomalo de Abajo a Las Mestas.
Al poco de salir del pueblo. Rezamos el río Alagón y entramos por tanto en Las Batuecas, provincia de Salamanca. Estamos en la pedanía de Rwbollosa, y le tiramos por una carreterilla sin tráfico hasta el estupendo pueblo de Herguijuela, que mantiene su aire serrano. Frondosos bosques y tierras cultivadas, si te todo cerezos y huertas. El agua cae por todas partes. Ganamos varios pueblos en un continuo sube y baja. En Cepeda toma os el famoso Camino del Agua, que nos lleva al bellísimo Mogarraz. Tiramos el rato paseando sus callejas. Luego por asfalto al famoso La Alberca, donde reponemos fuerzas en si plaza porticada. Al salir de La Alberca tenemos la pared del día. Un puerto de unos 15kms para ganar la Peña de Francia. Nos lo tomamos con calma. Una vez arriba disfrutamos de las vistas: al norte la meseta salmantina, al sur las planicies cacereñas, al este la Sierra de Gata y las tierras portuguesas, tan cercanas, y al oeste, la Sierra de Béjar, nevada. A la bajada nos ponemos toda la ropa que lleva y en una curva tomamos una pista a derechas que nos lleva por una cuerda al Puerto de El Portillo. La sinuosa bajada la hacemos bajo la lluvia, y a sus pies entramos en el Valle de Las Batuecas, con el impactante Monasterio de las Carmelitas Descalzas a su entrada. Un lugar sin duda para la meditación y el recogimiento. Echamos el rato y al salir, siempre en bajada entramos en Extremadura, en Las Hurdes, en el pueblecito de Las Mestas, dónde nos espera un simpático noruego que regenta unas cabañas donde pasaremos la noche.
Día 2. Las Hurdes I. De Las Mestas a Caminomorisco.
Con la fuerza que nos da haber probado el Ciripolen y después de desayunar en El Tío Picho, nos ponemos en ruta por un buen rato remontando el río Ladrillar hasta lo más alto, donde visitamos el pequeño pueblecito de Ríomalo de Arriba. La poderosa cerrada de montañas nos toca ganarla por una pista bien sentada. Un puertaco importante para caer del otro lado al valle de Casares de Las Hurdes. La pizarra, el monte bajo, los pueblo es casi inexistentes, las manchas de bosques, el agua por todas partes. Estamos en Las Hurdes. Bajamos y bajamos y ya a medio día nos sentamos a almorzar en un bar en Nuñomoral. Probamos varias delicatessen de la zona, y entre ellas, el Zorondongo. Luego retomamos camino para entrar en la pedanía de El Cerezal, y pasado ésta, en el embalse de Areocerezal, nos espera una potente subida para ganar una cuerda en la que pasaremos gran parte de la tarde. El territorio de lo más desolado. La sensación de estar perdidos en un inmenso mar de montañas. La soledad en estado puro. Muy dura la subida y luego toboganes y más toboganes que parecen no tener fin. Y cuando de últimas parece que roca bajar al valle, Javi rompe el cable del desviador trasero. Bajamos y bajamos y por fin salimos a asfalto y al primer pueblecito: Aldehuela. Seguimos bajando pegamos por kms y kms al cauce del río Esperaban, una auténtica delicia. Más pueblos, y entre ellos Reías y Castillo. Ya abajo le tiramos a Pinofranqueado, el pueblo más grande de la comarca, dónde un paisano nos ha dicho que hay un taller de coches. Y en el tenemos la fortuna de poder reponer el cable de la bici. Cayendo la tarde ponemos rumbo a Caminomorisco, dónde tenemos contratada una habitación en el Hostal El Abuelo.
Día 3. Las Hurdes II. De Caminomorisco a Ríomalo de Abajo.
Desayunados como campeones, con la bici de Javi desajustada, con el cansancio de dos días de ciclismo bien duros, salimos de Caminomorisco como quien va de romería. Tranquilos le tiramos espectantes, sin acabar de arrancar. En Casar de Palomero celebran su día grande. Las calles cortadas, los músicos, los niños. Al pasar dejamos el asfalto y nos adentramos en Arroyo Oveja por los campos y caminos dirección Vegas de Coria. En su bar almorzamos y luego seguimos hasta Arrolobos, dónde tomamos una estupenda pista que nos devuelve a Ríomalo de Abajo pasando por el famoso y muy fotogénico Meandro Melero.