Llaneo acuatico. Albacete, Los Aguijes, Capiruza, La Herrera, Acequión, Albacete.

Etapa rodadora por excelencia en la que pensar y ponernos al día con nosotros mismos ya que nos podremos despreocupar del firme que será bueno, llano y recto en todo el camino. Solo tendremos un tramo tras Los Anguijes en el que debemos entregarnos en una dura subida, corta pero intensa en la que estoy seguro que no todos podrán hacer sin poner pié a tierra. Desde aquí lanzo el reto y el que lo consiga que nos lo cuente.
Le llamo llaneo acuático ya que casi todo el camino seguimos vías de agua, algunas secas en esta época y también visitamos la laguna del Acequión, un auténtico mar de conejos.
Dificultad más bien fácil aunque le pongo media porque no dejan de ser 86 km rodando, por lo que debemos tener el culo acostumbrado, y por esa subida a los molinos tras los Anguijes.
Salimos por la vía verde del canal de María Cristina, tras el parque de la fiesta del árbol. Tras unos 2 km tenemos la primera fuente, que si bien a la ida ni la veremos, a la vuelta ya os digo que la estaréis esperando “como agua de mayo” Seguimos rectos y tras el puente de vallas metálicas y tablas de madera, seguimos a la izquierda. Desde este punto sencillamente tenemos que ir recto, metemos plato y a disfrutar de cada pedalada.
Pasaremos por la acienda Margarita a la altura de Aguas Nuevas que dejamos a la izquierda y cruzaremos por campos de ajos, ya para recoger, trigo aún verde, cebada ya amarilla muy baja este año por la seguía y tierno maíz que comienza a crecer ahora.
Distintos insectos se estrellarán con nuestro casco, como una pobre abeja que quedó atrapada entre la patilla de mis gafas y mi sien derecha y decidió defenderse clavándome su aguijón. Infortunado incidente en el que ella perdió la vida puesto que al liberarse dejó clavado el aguijón y desgarró su abdomen y a mí me dejó un recuerdo en forma de escozor palpitante que no se me pasaría hasta el susto de la finca La Naveta, que ahora os contaré.
Continuo por el camino y paso junto a una gran tubería con llave de paso y aireador que podéis ver en las fotos y el camino me obliga a girar a la derecha, llego a un árbol solitario y giro a la izquierda, luego izquierda de nuevo y a la derecha en casa las huertecillas. Sigo recto hasta casa Don Juan, que también tenéis en las fotos, una bonita casa de piedra justo antes de llegar a la carretera de Los Anguijes. Un par de kilómetros y llegamos a su fuente donde recomiendo llevar fideos y aprovechar para comer, o bien dejar correr el agua un buen rato porque sale caliente y mucho, y además con poca presión. Si vamos bien de agua casi mejor seguir y esperar a la finca La Naveta. Seguimos y llegamos al túnel de Los Anguijes donde el trasvase Tajo- Segura se adentra bajo el secarral y recorre 32 km hasta emerger de nuevo a la superficie.
Continuamos en dirección al parque eólico las capiruzas, donde atravesamos la finca Nagares, con carteles de propiedad privada etc, pero nosotros solo hacemos uso de la pleitesía de paso, y no cruzamos ninguna verja ni puerta por lo que adelante. Aquí tenemos tras una balsa una subida con tierra suelta y afloraciones rocosas que nos pondrá a prueba. Necesitaremos fuerza, equilibrio una buena gestión de los cambios y una buena cubierta trasera y así y todo…el que la suba del tirón, que nos lo cuente.
Llegaremos al camino de mantenimiento de los aerogeneradores y disfrutaremos de una gran vista de la llanura cultivada. Bajamos con cuidado por camino suelto y llegamos al camino que cogemos a la izquierda. Este camino es el que traíamos a la salida de los Anguijes, antes de desviarnos para ver la boca del túnel por lo que si queremos quitar esta visita a las capiruzas, solo tenemos que seguir esta camino al salir de los Anguijes.
Nos lleva a la finca La Naveta con una magnífica fuente de agua fresca con buen caño que nos vendrá de miedo. Tras refrescarme a conciencia y subir de nuevo a la bici un perro adormilado hasta entonces que no me había oído por tener el aire en contra, se puso de los nervios y me dio un buen susto ya que la cadena que lo ancla al suelo es corredera y tiene un buen desarrollo pegado a la fachada, por lo que el primer susto te lo llevas ya que el bicho es grande. Lo esquivas ya que dejarle masticar alguna extremidad no parece buena idea y seguimos hasta cruzarnos con el trasvase. Los seguimos y pasamos al otro lado en el primer puente y seguimos pedaleando aprovechando el camino de cemento que bordea la margen derecha. Plato, un poco de atención al camino e introspección, relax, respiración, pedalada, cadencia…disfrute.
Me cruzo con todo tipo de fauna, desde torcaces a cuervos, con algún cernícalo y algún bicho volador más grande que no acierto a identificar, conejos para abastecer a Albacete para un año, asustadizas ardillas e incluso una culebra de un metro nadando en mitad del trasvase, que espero que pudiera salir antes del túnel, e incluso un lagarto ocelado de color verde claro intenso y tamaño de antebrazo de niño de 6 años. Sin duda un disfrute. Un socavón llama mi atención a la derecha y me acerco a ver porque el hombre decide aquí bajar el terreno y me sorprendo al ver lo que parece una mesa sobre un tubo. ¿Qué es esto? Al fijarme un poco mejor veo que se trata de la estructura de una antigua caseta que protegía la salida de alguna conducción y que ha quedado cual cerro testigo tras el desmonte de terreno, con el que supongo se pretendía hacer una balsa para el agua. Algo curioso, os dejo foto.
Nuestra nariz nos indicará en dos ocasiones que pasamos por granjas de animales y tras la segunda llegaremos al río Don Juan. Curioso cruce de aguas en la que el cauce del Don Juan, en esta ocasión casi seco, pasa canalizado por encima del trasvase. A estas alturas llegaremos casi sin agua por lo que visitamos La Herrera donde tenemos dos posibles puntos de abastecimiento. El primero y que recomiendo visitar es una pequeña fuente dentro del recinto de la iglesia, y así de paso vemos esta construcción y su patio con encarnados rosales franceses. La puerta está cerrada y tras el picaporte, por dentro, debemos descorrer un cerrojo. A nuestra salida debemos dejarlo todo cerrado de nuevo ya que en caso contrario el templo “se llena de rumanos” como me explicaba un lugareño. Como es posible que nos encontremos esta puerta cerrada con llave tenemos otro punto de agua, que se trata de un pilón colocado frente a unas casetas de obra desperdigadas a pleno sol, que al parecer “habitan” por decir algo los inmigrantes ocupados en las peonadas del campo en verano, y usan esta fuente para… para sobrevivir.
Dejamos este pueblo atrás y seguimos por caminos en dirección al Acequión. A la derecha un coto de caza y a la izquierda campos de cultivo…Conejos por todos lados. A mi paso se asustan y cruzan de los campos al coto por agujeros en la valla, pero alguno se despista y cocha contra ella mientras desorientado busca el paso para ponerse a salvo. Cruzo la carretera de Barrax con cuidado y llego a la laguna del Acequión con su yacimiento arqueológico, refugio hoy de conejos, más de lo que nunca he visto. Pasamos tras los arcos, seguimos el camino y llegamos a la vía verde, que solo debemos seguir cansados ya, intentando llevar el marcador por encima de los 22 km/h y con la mente puesta en la fuente a 2 km de Albacete, donde el agua nos sabrá a gloria. Entramos por la pulgosa y a casa, donde nos hemos ganado una buena ducha tras una gran tarde de pedaleo.
¡A disfrutar¡