Llanos del Cagitán. En busca de árboles monumentales. Olmos de la Casa de la Caridad. Pino de las Águilas. Fuente Caputa.

Los Llanos del Cagitán son una amplia semillanura escondida, delimitada al sur por las poblaciones de Mula y Bullas, al oeste por el río Quipar y la fértil Calasparra, al norte por las sierras del Molino, Palera y Almorchón (con el río Segura un poco más al norte) y al este por las sierras del Oro, Ricote y otras sierras menores que van perdiendo altura hasta caer a las nacientes aguas de Fuente Caputa. Sin duda es un paraje de grandes dimensiones, en donde abundan los cultivos de secano (básicamente almendros, aunque también abundan olivos, algarrobos, melocotoneros....). Pero si algo caracteriza a estos llanos son su tremenda soledad, ya que si bien están surcados por infinidad de pequeñas carreteras locales, estrechas pistas asfaltadas y caminos agrícolas, es muy fácil poder perderse entre solitarios parajes de cortijos ruinosos abandonados y sobre todo lo más llamativo es la abundancia de magníficos ejemplares de monumentales pinos carrascos que han sobrevivido como centinelas vigilantes, testigos de un pasado en el que abundarían espesas masas de pinos que desaparecieron cuando se cultivaron estas ahora desoladas tierras. Esta soledad, esta casi ausencia de grandes desniveles y sobre todo estas amplísimas vistas hacia las imponentes montañas que delimitan especialmente a norte y este, hacen que sea un placer, sin apenas esfuerzo, el recorrer esta amplia extensión de tierra cultivada. No hemos tenido mucha suerte con el día gris que hemos elegido para realizar nuestra ruta. Hay muchos ejemplares de pinos centenarios y también algunos destacables ejemplares de olmos, que nos han sorprendido por su porte y belleza. Es muy difícil visitarlos todos en una sola excursión sin volvernos locos de dar tanta vuelta, y ésta sólo ha sido nuestra primera exploración de la zona, así que prometo ir creando una ruta más perfilada que incluya más árboles monumentales sin hacer demasiados kilómetros más.
Hemos dejado el coche en lo alto de un collado que cierra por el sureste los llanos, concretamente a la entrada de la Finca de la Castellana, a donde se llega por una estrecha y castigada carretera forestal, que sube desde la salida del Niño de Mula de la Autovía de Caravaca (se pasa junto a una gran cantera, que se está comiendo este trozo de montaña). Vamos a recorrer básicamente tramos de carreteras de infinitas rectas, pequeñas pistas, unas asfaltadas y otras no, caminos agrícolas que en general están en razonable buen estado para que sea una ruta sencilla y se pueda disfrutar incluso para gente poco habituada a la bici de montaña.
Visitaremos los dos bonitos Olmos que hay junto a la Casa de la Caridad, cerca de donde nace la Rambla del Hoyo. Lamentablemente poco a poco van envejeciendo y las inclemencias y el abandono en el que se encuentran, entre movimientos de tierra por encontrarse en medio de un cultivo, no tardarán en hacer que corran el mismo destino del no muy lejano ejemplar de pino que había poco más al oeste, conocido como Pino de la Celia, que lamentablemente no pudo resistir más hace pocos años.
Después nos acercamos al impresionante ejemplar del Pino de las Águilas, sin duda el mayor y más espectacular Pino Carrasco de toda la región, de hecho está catalogado como el ejemplar de esta especie con mayor perímetro en el Mundo, lo cual es mucho decir. Está dentro de la Finca de la Venta, pero se puede visitar sin problema, encontrándose a corta distancia de la carretera regional RM 532. Está en bastante mejor estado de lo que esperaba por lo que había leído hace años. Así que espero que siga así por muchos años y que no siga la misma suerte que otros maltrechos hermanos que había por la zona.
Visitamos algunos ejemplares sin nombre, pero de porte considerable, que nos vamos encontrando por la zona, si bien a algunos es imposible acercarse hasta llegar bajo ellos, por encontrarse dentro de fincas privadas sin ninguna facilidad de acceso.
Antes de regresar al coche nos acercamos al Nacimiento de Fuente Caputa, si bien no visitamos el paraje, y a la cercana Presa Romana, en lamentable estado, que hay cerca de las Casas del Pantano, en la Vereda de Valentín.
Espero poder seguir explorando esta rica zona en cuanto a ejemplares añojos, sobre todo de Pino Carrasco.