Los Meandros Del Odiel

De nuevo, la zona entre el Odiel y Fuente de la Corcha nos brinda una de las mejores rutas que recordamos. Tiene de todo, destacando hasta 3 bajadas muy rápidas o técnicas, paisajes estupendos al cruzar el Odiel hasta 4 veces, y tramos de subida exigente por el desnivel o por la dificultad técnica. Aunque evitamos casi con éxito total las grandes pistas, ruta totalmente ciclable, salvo 3 de los pasos del Odiel, aunque de no haber la sequía que padecemos, nos habríamos mojado bastante (este día hasta la cadera).

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA
Ruta muy similar a la ya publicada con el nombre del Barrancos de Fuente de la Corcha, aunque en este caso cruzamos el Odiel, con lo que conseguimos dar más variedad a la ruta y alargarla un poco.
Salida ya habitual de Fuente de la Corcha por senderos, para tomar luego pistas menores entre eucaliptos hasta la vía verde, de la que nos desviamos a los pocos metros buscando la pista al Embalse de Campanario, ya de menor porte, poco pisada y cubierta de pinos.
Cuando el pinar se abre un poco estamos llegando ya al embalse, al que accedemos por la habitual rampa de fuerte pendiente y algún escalón de roca (foto 1), y el no menos entretenido sendero pedregoso que luego bordea el embalse hasta el muro de contención.
Desde aquí de nuevo pistas pequeñas en ascenso hasta la casa abandonada junto a la Mina Cibeles, donde tomamos la pista que pasa bajo Peña Geraldo, de la que nos desviamos por una pequeña pista a derecha que casi se pasa por alto (segunda vez que pasamos por aquí, y segunda vez que nos pasamos de largo … san gps!!!).
La pista acaba unos 50 metros de desnivel sobre el Barranco de Aguas Agrias, pero a la derecha aparece un casi imperceptible sendero que en pocos metros se precipita hacia el barranco con un desnivel del 42,6%, que Fran demostró como ciclable. Montados o no, recorremos este tramo bajo pinar hasta llegar al arroyo mencionado, hoy casi seco, por el que vamos aguas abajo, a ratos rodando y a ratos caminando, para llegar en breves metros al río Odiel.
Un farallón de roca nos oculta el camino a seguir, pero tras franquearlo bici al hombro, podemos rodar por las desocupadas orillas de un Odiel con poco cauce (foto 2). Encontramos un vadeo que sólo nos moja algo más que los tobillos, y al otro lado del río aparece un sendero de animales ciclable que nos lleva a un prado, del que sale tímidamente una pista oculta por vegetación que remonta la ladera donde menos pendiente hay en el meandro y en las cercanías.
Tras un nuevo prado después del primer repecho corto, viramos para encarar la ladera principal ya por una pista, aunque muy poco rodada y estrecha, bajo un agradable bosquete de eucaliptos y jaras. La subida es muy paulatina y llevadera y nos deposita en la pista habitual para ir desde Sotiel hasta el Cobujón, junto al Odiel, en el tramo más agradable de la misma, porque está poco pisada (lo que equivale a que no había polvo este día), porque coincide con un divertido tramo de rápido descenso por pista pedregosa, y por el siempre agradable vadeo del Arroyo de la Galaperosa, hoy casi seco.
Tras vadear o bordear algún arroyo más, estos ya secos, llegamos al segundo paso del Odiel, que parece que se llama la Marguería. Debe ser conocido, porque cuando terminamos el descenso al cauce del río por una medio pista invadida por las jaras, y nos disponíamos a buscar el paso natural, un nutrido grupo de más de 10 ciclistas nos libró de cualquier duda.
Mientras este grupo se afanaba por buscar el paso menos mojado, nosotros que no nos hemos secado aún cruzamos sin contemplaciones e iniciamos el ascenso, con unos primeros pasos a pie para luego afrontar un duro sendero hasta llegar a una pista similar a las de la zona, bajo eucaliptal.
Ascenso de nuevo gradual y muy llevadero hasta llegar a una pista tomada en rutas anteriores y que nos conduce a uno de los mejores momentos de la ruta: un rápido descenso por un tubo de jaras, con curveo constante, que sólo detenemos para admirar el río Odiel desde un conocido mirador natural (foto 3).
Retomado el descenso, en seguida desaparece la pista al tiempo que podemos encontrar un difuso sendero a la derecha, con fuerte pendiente al principio. Luego pierde pendiente y casi no se aprecia que sigue por la izquierda, casi imperceptible, abriéndose en varias vías pisadas, con alguna roca y jara dificultando el paso hasta llegar al Arroyo de Casca, que se vadea montado con dificultad y fuerza.
Tras esto, un corto ascenso nos lleva hasta la pequeña pista circular que ofrece una doble posibilidad de subida hacia Fuente de la Corcha, ambas igual de duras en el primer kilómetro. Pero nosotros vamos a cruzar el Odiel por tercera vez, esta vez con agua hasta las caderas salvo Dani, que prefirió buscar un paso rocosa aguas abajo que ya tomamos el año anterior en plena época de lluvias.
Tras alguna dificultad para re-agruparnos, empezamos un nuevo ascenso desde el Odiel, este por una pista de cierto porte, dura al principio, y llevadera después hasta alcanzar la vía del tren y comenzar un tramo de llaneo por una pulverulenta pista que se dirige hacia la Casa de los Cristales y el vado de hormigón del Odiel. Pero antes de llegar a estos dos puntos, afortunadamente nos desviamos por el siguiente tramo que queríamos probar hoy, que se convierte en una grata sorpresa. De nuevo un rápido descenso de dar pedales y curvear entre jaras y eucaliptos, hasta llegar al tramo final, que cada vez se estrecha y se empina más (se ve en la foto 4, al fondo).
Una vez abajo, cruzamos el Odiel por última vez, algunos dándonos el gustazo de hacerlo montados en la bici, y tras reparar un pinchazo, empezamos el último ascenso desde el Odiel, este con dos trialeras nada más empezar, para luego gradualmente ir a menos, ofreciendo alguna buena vista del río al principio (foto 5).
El ascenso nos deja en la meseta que hay entre Fuente de la Corcha y el vado de hormigón sobre el Odiel, en la amplia pista que lleva a la aldea antes mencionada, aunque nosotros decidimos dar un pequeño rodeo, hacia el Barranco del Gavilán, para evitar un tramo de la pista principal, a la que llegamos poco después, con algún repecho de más por tomar esta alternativa, para merecernos la cerveza en el bar de la Hermandad.
En total, 49 km y 1.050 m de desnivel acumulado.