Madrid - Cádiz (Etapa 7. Monesterio - Dos Hermanas)

Salimos de Monesterio con una fuerte pendiente a favor. Circulamos por algunos tramos de la carretera N-630. Siguiendo un track antiguo del Camino llegamos a una puerta cerrada con candado, y en vez de buscar alternativa nos saltamos pues no era complicado. A los pocos metros nos encontramos de frente con numerosos perros no muy amigables. Salimos pitando en dirección a la puerta de nuevo para volvernos a saltar. Seguimos pues por la N-630 hasta llegar al área de descanso el Culebrín en donde enlazamos por fin con el camino que lleva al Real de la Jara. A pesar de que nos envuelve algo de niebla el camino en su parte extremeña es muy bueno. Al cruzar el arroyo de la Víbora, que hace frontera con Sevilla, el terreno cambia a peor, pero apenas es una subida de unos cientos de metros que llega al pueblo. Cogemos el camino hacia Almadén de la Plata que discurre entre dehesas maravillosas. El problema es que con bicis cargadas no todas las subidas son pedaleables. Hay ademas que abrir y cerrar diversas puertas lo cual no es un problema. Si es destacable, sobre todo para aprensivos, que como se cruzan fincas privadas, hay también presencia de perros, algunos de ellos de tipo mastín y ademas sueltos. Al llegar a Almadén hacemos la parada para el desayuno y cogemos fuerzas para la ascensión al alto del calvario que es durilla pero corta. Las vistas desde allí son fantásticas. Emprendemos el descenso rodando por el parque forestal de El Berrocal hasta llegar a la carretera SE-5405 para llegar a Castilblanco de los Arroyos. Allí nos encontramos a unos peregrinos alforjeros que nos desaconsejan ir por el camino hasta Guillena, pues se encuentra en bastante mal estado. Por ello cogemos la carretera hacia Burguillos (con bastante tráfico pero casi siempre pendiente a favor) y después Guillena. Al abandonar este último pueblo por la calle Portugalete llegamos al arroyo Galapagar, el cual no es fácil cruzar con peso en las bicis, y no por el arroyo en sí, sino por la orilla contraria que es difícil de sortear. Solventada esta última sorpresa, circulamos por un camino que conduce a Santiponce. Después tras callejear un poco llegamos a Camas y enlazamos con el extensísimo carril bici hispalense que nos lleva a casi cualquier punto de Sevilla.