Marchamalo - Peña Hueva - Valle río Matayeguas - Senda Lupiana - Marchamalo

Salimos desde Marchamalo, subimos hacia Guadalajara por la senda urbana que utiliza mi hermano últimamente, primero por el paseo de pista que va desde el río hacia la zona nueva de Aguas Vivas y luego ya en dicha zona por carril bici subiendo hasta pasar por debajo de la A-2 y enfilar hacia a la Peña Hueva.

Esta vez subimos la Hueva por el tramo “clásico”, una vez arriba tomamos el sendero fantasma que cruza el sembrado cercano (el que aparece y desaparece según las ganas de ararlo del agricultor de turno) y giramos a la derecha hasta el cruce donde si bajas a la izquierda llegas a Valdenoches.

Esta vez tomamos el desvío de la derecha. Tras un pedaleo de unos kilómetros por pista tocamos asfalto en las inmediaciones de Aldeanueva de Guadalajara, una vez en el pueblo llegamos hasta el otro. Llegamos a un mirador que da a un valle precioso, se trata del valle del río Matayeguas. Nos dejamos caer por una pendiente asfaltada tremenda y una vez abajo, cruzamos un puente y giramos hacia la derecha para seguir a lo largo del valle.

El paraje es un regalo para la vista y el ánimo. La mañana está clara, el campo plagado de girasoles y los diferentes tonos de colores amarillos y verdes le dan un atractivo especial.

Desde aquí llaneamos 10 kilómetros por el valle. Tras unos primeros kilómetros rápidos por el valle, cruzamos el pueblo de Centenera. El pedaleo rápido continua y finalmente alcanzamos el pueblo de Lupiana.

Prácticamente en la entrada a Lupiana giramos 180 grados y enfilamos a la derecha por una pista que poco a poco nos irá acercando a la denominada por mi hermano “Senda de Lupiana”.

Es una auténtica pasada, una senda de subida y que en algunos tramos requiere tirar de técnica para no echar pie a tierra.

Finalmente llegamos a la parte de arriba y desde ahí nos queda subir una última rampa hasta pasar por debajo de las vías del AVE.

Después hacemos otro tramo bastante chulo, una senda revirada entre arboleda con muchas piedras, tierra roja y ramas bajas que nos deja en la carretera que baja por el Sotillo, por ella a velocidad de vértigo llegamos a las inmediaciones de la zona alta de Guadalajara.

Como vamos fatal de tiempo, Jaime me lleva atajando por mitad de la ciudad hasta enganchar de nuevo la senda urbana que nos lleva al río Henares y desde allí vuelta a Marchamalo por el camino de siempre (el polígono del Henares y el pseudo-carril bici del Ventorro).