Mirabueno-Aragosa-La Cabrera-Pelegrina-Torremocha del Campo-Mirabueno

Desarmamos las bicis en Mirabueno, y tras tertuliar con los lugareños, nos disponemos a realizar un itinerario ideal para captar nuevos aficionados a este bello deporte natural, por la ribera del rio Dulce y los señorios de la Galiana.
Tras atestiguar con una buena panorámica el apropiado nombre del pueblo, descendemos por pistas entre arroyos de umbria y monte de encinar mixto, encaramos la pista del dulce en su curso bajo, pero flanqueandonos ya sus caracteristicos cortados de caliza, mezclados con vega de meandros ocupado por cultivos y frondosas.
Llegamos así a Aragosa, peculiar pueblo encajonado y fertil. Seguimos por pista en zona ancha del valle, y despues pasamos por una encajonada muy fresquita, siempre siguiendo de cerca el sencillo rio, pero con mucha riqueza ecológica y estimulación para los sentidos en un ambiente muy armónico. Llegamos a la Cabrera, y a partir de aqui, tras un fenómeno de cabalgamiento geológico, se vuelve a ampliar la vega, y visitamos una zona de minerales, con la vista del castillo ya a en la ontananza. Abordamos el nucleo de Pelegrina por senda pegada al arroyo, y tras rozar las últimas casa descendemos de nuevo al cauce en una zona con mayor afluencia de público, pues es la zona más espectacular, por el bosque de ribera, sus praderas, sus grandes cortados y el salto del Gorguillo. Dejamos las bicis pastando y nos encaramamos por las rocas, a veces provistas de cadenas de seguridad, hasta la cascada y debajo de su chorro, sitio mágico y magnetico donde lo haya, retornamos circularmente a recuperar las bicis, entre padres, madre y niños en medio de algun paso de corta trepada.
Por la otra orilla, rio a bajo, conectamos con el sendero que nos subira, con algún mirador sublime intermedio, hasta el altiplano de Torremocha, donde llegamos al Galope.
Por pista de concentración, vamos rumbo a la Galiana, hoy usurpada por el ave, y sustituida por una pista paralela un tanto asquerosa, pero bueno, en cuanto podemos cogemos carriles más autóctonos que entre medias de dehesas de encinar, nos llevan , trás cruzar también la N2 al Punto de Inicio en Mirabueno, donde nos recibe el Alcalde y un Ilustre Lugareño, contándonos anecdotas y leyendas camineras y populares.
Lo dicho, un buen itinerario, el Rio Dulce, para encandilar a esa vecina del cuarto, que te ve salir cada dia con la armadura y el casco y te mira sorprendida, para invitarla a dar un bucólico paseo campestre en bicicleta.