Montequinto - Cueva de la Batida - Montequinto
near Poligono Sur, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Lo primero, he tardado 12 horas en hacer esta ruta y si, iba en bicicleta (en mi T9). De esas 12 horas, la mitad he estado detenido, esta es mi cronología de un semi desastre pero bien disfruitado:
- Salí muy tarde, a las 11 de la mañana y sabiendo que iba a hacer calor.
- En la vía de los Alcores el Sol apretaba de lo lindo. Al inicio, varios "charcos" de arena me jugaron alguna que otra mala jugada y terminé empujando por algún que otro bancal arenoso.
- Primera parada en Mairena del Alcor para repostar líquidos y comer algo (plátano y frutos secos), y refugiarme un ratito del sol.
- Segunda parada en el Viso del Alcor, en una zona acondicionada para barbacoas. Busco una mesa y me tumbo en el banco. Mis vecinos me regalan un recital de canciones de las de antes, Mari Trini, Mocedades, Raphael, algo con mucha marcha y una señora chillando unas coplillas. Niños jugando a la pelota y algun que otro contertulio/a con un bozarrón taladrador de oidos.
- Me cambio de mesa, más payá, y al ratito llega una familia con niños pequeños y una madre controladora a base de gritos, me zampo mi bocata e intento dormir una siestecilla, el sol aprieta que dá gusto y por la Vía no hay prácticamente árboles, así que tengo que hacer tiempo, por lo que decido aguantar el chorro de cariño (que no te muevas, que no te salgas de la manta, que no cojas el balón, etc) que la dulce mami le dedica a sus hijos.
- Depúes de tanta dulzura decido irme a tomar por cu.. digo a tomar un café. Hay que subir al pueblo. Allí entablo una agradable conversación con dos Visueños (así se llaman los que son del Viso del Alcor) sobre mi bici (tamaño de ruedas, relación platos piñones y por supuesto precio de la bici), es de agradecer encontrarse con gente (con la mano como un peñasco de campo) y que entienden de este y de muchos otros temas (no hay que dejarse llevar por el aspecto de las personas, te puedes sorprender).
- Me tiro cuesta abajo para retomar mi ruta, paso por el parque donde he intentado domir, escucho a los contertulios cantar a coro, pero soy incapaz de reconocer de quién es la canción que bozarrean, la madre sigue prodigando dulces improperios a sus hijos, medre mía esto es como un flashbak, pedaleo con fuerza y me alejo por el camino en dirección a Carmona. Apenas hay árboles junto al camino. Calor, sed, calor, tiene toda la pinta de una bajada de azucar (es lo que tiene ser diabético). Por fin llego al cruce con la carretera de Carmona y allí me esperan unos altos y frondosos árboles incitandome a descansar y a esperar que la tarde se suavice. Desciendo un poco por la cuneta y me tumbo a dormirme una siestecita, previamente me he embadurnado con un pestilente, pero eficaz, antimosquitos. Cuando llevo un ratito oigo un coche que se para, en ese momento caigo, el hombre se ha detenido pensando que he tenidop un accidente, le doy las gracias y me disculpo, el se va y yo también. Pero antes me tomo dos sabrosas y espachurradas mandarinas, que llevaba en la mochila que he usado como almohada.
- Continuo la ruta y al subir, ya por la carretera, una fuerte rampa, me encuentro una gasolinera y como un eco lejona oigo que unas voces plasticosas me dicen "agua fresssquitaaa". Pues ni corto ni perezoso allí me paro, y además del agua (1'5 L) y el consabido Aquarius me compro un cono de helado que me sabe a gloria y noto como el azúcar me revolotea por las venas.
-Seguimos pa lante y hay que coger el desvío al parador, otra cuestecita, despúes un camino que desciende y finalmente te deja a las puertas la LA SUBIDA, lo pongo en mayúsculas porque la cuesta manda cojones, es brutal ( tengo una amiga a la que le encantaría) yo descabalgo y empujo y empujo y empujop (la bici) hasta llegar a la Cueva de la Batida.
- Estoy enchido de orgullo y no doy saltos de contento porque tengo las piernas como dos muelles de guita (cuerda). He tardado 8 horas y media en llegar, mi mujer se va a descojonar cuando se lo cuente. Me hago las consabidas fotos, las vistas merecen la pena, la Cueva no tanto, sabiamente está enrejada para evitar el despeño de algún que otro ciclista con exceso de entusiasmo.
- Paro en Carmona a comer algo y es tanta el hambre que arrastro que me zampo un plato de croquetas con muchas papas y un plato de pechuga de pollo a la plancha, con más papas y encima rebaño con pan la grasilla que ha quedado en el plato. Camino de vuelta y pedaleo con gracia y con brío (la vuelta es prácticamente en descenso ligero pero contínuo), aunque es de noche, llevo un potente foco y la ruta en el GPS, sólo consigo despistarme dos veces, debió de ser por la emoción de haber conseguido llegar a la Batida. Cuando llego a mi casa son las once y media pasadas de la noche. Toy reventaooooo pero contento.
Merece la pena ir a la Cueva de la Batida, sin dudarlo si, pero planifica mejor la ruta de lo que yo lo he hecho. A disfrutarla y evita el calorrrr.
Más pedales y menos tocino.
- Salí muy tarde, a las 11 de la mañana y sabiendo que iba a hacer calor.
- En la vía de los Alcores el Sol apretaba de lo lindo. Al inicio, varios "charcos" de arena me jugaron alguna que otra mala jugada y terminé empujando por algún que otro bancal arenoso.
- Primera parada en Mairena del Alcor para repostar líquidos y comer algo (plátano y frutos secos), y refugiarme un ratito del sol.
- Segunda parada en el Viso del Alcor, en una zona acondicionada para barbacoas. Busco una mesa y me tumbo en el banco. Mis vecinos me regalan un recital de canciones de las de antes, Mari Trini, Mocedades, Raphael, algo con mucha marcha y una señora chillando unas coplillas. Niños jugando a la pelota y algun que otro contertulio/a con un bozarrón taladrador de oidos.
- Me cambio de mesa, más payá, y al ratito llega una familia con niños pequeños y una madre controladora a base de gritos, me zampo mi bocata e intento dormir una siestecilla, el sol aprieta que dá gusto y por la Vía no hay prácticamente árboles, así que tengo que hacer tiempo, por lo que decido aguantar el chorro de cariño (que no te muevas, que no te salgas de la manta, que no cojas el balón, etc) que la dulce mami le dedica a sus hijos.
- Depúes de tanta dulzura decido irme a tomar por cu.. digo a tomar un café. Hay que subir al pueblo. Allí entablo una agradable conversación con dos Visueños (así se llaman los que son del Viso del Alcor) sobre mi bici (tamaño de ruedas, relación platos piñones y por supuesto precio de la bici), es de agradecer encontrarse con gente (con la mano como un peñasco de campo) y que entienden de este y de muchos otros temas (no hay que dejarse llevar por el aspecto de las personas, te puedes sorprender).
- Me tiro cuesta abajo para retomar mi ruta, paso por el parque donde he intentado domir, escucho a los contertulios cantar a coro, pero soy incapaz de reconocer de quién es la canción que bozarrean, la madre sigue prodigando dulces improperios a sus hijos, medre mía esto es como un flashbak, pedaleo con fuerza y me alejo por el camino en dirección a Carmona. Apenas hay árboles junto al camino. Calor, sed, calor, tiene toda la pinta de una bajada de azucar (es lo que tiene ser diabético). Por fin llego al cruce con la carretera de Carmona y allí me esperan unos altos y frondosos árboles incitandome a descansar y a esperar que la tarde se suavice. Desciendo un poco por la cuneta y me tumbo a dormirme una siestecita, previamente me he embadurnado con un pestilente, pero eficaz, antimosquitos. Cuando llevo un ratito oigo un coche que se para, en ese momento caigo, el hombre se ha detenido pensando que he tenidop un accidente, le doy las gracias y me disculpo, el se va y yo también. Pero antes me tomo dos sabrosas y espachurradas mandarinas, que llevaba en la mochila que he usado como almohada.
- Continuo la ruta y al subir, ya por la carretera, una fuerte rampa, me encuentro una gasolinera y como un eco lejona oigo que unas voces plasticosas me dicen "agua fresssquitaaa". Pues ni corto ni perezoso allí me paro, y además del agua (1'5 L) y el consabido Aquarius me compro un cono de helado que me sabe a gloria y noto como el azúcar me revolotea por las venas.
-Seguimos pa lante y hay que coger el desvío al parador, otra cuestecita, despúes un camino que desciende y finalmente te deja a las puertas la LA SUBIDA, lo pongo en mayúsculas porque la cuesta manda cojones, es brutal ( tengo una amiga a la que le encantaría) yo descabalgo y empujo y empujo y empujop (la bici) hasta llegar a la Cueva de la Batida.
- Estoy enchido de orgullo y no doy saltos de contento porque tengo las piernas como dos muelles de guita (cuerda). He tardado 8 horas y media en llegar, mi mujer se va a descojonar cuando se lo cuente. Me hago las consabidas fotos, las vistas merecen la pena, la Cueva no tanto, sabiamente está enrejada para evitar el despeño de algún que otro ciclista con exceso de entusiasmo.
- Paro en Carmona a comer algo y es tanta el hambre que arrastro que me zampo un plato de croquetas con muchas papas y un plato de pechuga de pollo a la plancha, con más papas y encima rebaño con pan la grasilla que ha quedado en el plato. Camino de vuelta y pedaleo con gracia y con brío (la vuelta es prácticamente en descenso ligero pero contínuo), aunque es de noche, llevo un potente foco y la ruta en el GPS, sólo consigo despistarme dos veces, debió de ser por la emoción de haber conseguido llegar a la Batida. Cuando llego a mi casa son las once y media pasadas de la noche. Toy reventaooooo pero contento.
Merece la pena ir a la Cueva de la Batida, sin dudarlo si, pero planifica mejor la ruta de lo que yo lo he hecho. A disfrutarla y evita el calorrrr.
Más pedales y menos tocino.
Waypoints
Panorama
559 ft
1681066656531
Panorama
552 ft
1681066656567
Panorama
552 ft
1681066656593
Panorama
551 ft
1681066656622
Panorama
551 ft
1681066656661
Panorama
547 ft
1681066656720
Panorama
559 ft
1681066656761
Panorama
560 ft
1681066656809
Panorama
559 ft
1681066657312
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