Novotel Valladolid-Zaratán-Arroyo de la Encomienda

Aprovechando una jornada de estancia en Valladolid me llevé la bici para hacer una ruta por los alrededores. Para mi desgracia, la noche previa había llovido y el terreno estaba húmedo. La mayoría del trayecto se hace sobre un suelo arcilloso gris, que se pega a las ruedas y a las suelas de las zapatillas, se pone duro como el cemento y, con frecuencia, no deja ni rodar ni casi andar. He marcado la ruta como difícil porque en algunos tramos los senderos son trialeros y quizá mediatizado por el barro, porque en ocasiones, aunque parecía que el suelo no estaba tan mojado, la adherencia y el bloqueo de las ruedas hacían la marcha imposible. Pero por otro lado, es un circuito muy entretenido, siguiendo una intrincada red de senderos y amenizado por abundante fauna. Que yo haya identificado al paso, he visto conejos, perdices, alcaudones, jilgueros, urracas, cuervos, milanos, aguiluchos ratoneros, abubillas, cigüeñas, palomas y un sinfin de pájaros que no he llegado a saber lo que eran.
Saliendo del Novotel de Valladolid, en la avenida Salamanca, subimos por el carril bici. Un poco más adelante de donde termina, nos desviamos a la izquierda, hacia el parque Fuentesol. Seguimos por diversos senderos que nos hacen atravesar zonas boscosas y tierras de labor en un paisaje cambiante, muy entretenido. Cruzamos bajo la carretera y tomamos un camino que nos llevará hasta Zaratan. Salimos del pueblo nuevamente por una senda que acaba desembocando en la vía verde de Zaratan. La seguimos un tiempo para dejarla para tomar nuevamente senderos serpenteantes, que serían muy divertidos si no fuera por el barro que se me mete en la bici y no me deja rodar. Por fin alcanzo un camino de hierba que me permite limpiar un poco las ruedas y finalmente llego al centro comercial de Arroyo de la Encomienda. Desde aquí, por el carril bici, al hotel a darme una ducha y quitarme todo el barro