Ogibike en la XIV Hiponova 1 de mayo 2014

Otro año más acudimos a la ruta estrella de nuestra "familia" ciclista de Villanueva Mesia, con trazado inédito y record de participación con 365 participantes, de los cuales 16 eran nuestros.
Este año la ruta no ha sido tan húmeda como en ediciones anteriores pues la lluvia lleva tiempo sin asomar y eso ha contribuido a que el barro de los caminos estuviese duro (recuerdo la XII Hiponova que fue un barrizal) y el caudal de los arroyos más bajo que en la XIII. Esto no desmerece esta edición en la que hemos conocido nuevos caminos, cortijos y arroyos de la zona.

La ruta empieza con algo de retraso pues la hora de inscripción es de 8 a 9 pero la mayoría nos acordamos de llegar a las 9 menos cuarto.
Empezamos el recorrido escoltados por el coche de la Policía Local con las sirenas a todo volumen pasando junto al Cortijo de la Verdeja bajo las vías del tren. Enseguida pillamos el camino de Montefrio junto al Arroyo de los pinares, tramo en el cual se cruza el cauce más de una vez y nos solemos mojar un poco, pero teniendo en cuenta que en esta edición hace calorcillo no nos viene mal.
Poco a poco el camino va perdiendo anchura hasta quedar en una vereda técnica pero que debido al gran numero de participante se lía un atasco y hay que pasar a pie, casi mejor así disfrutamos mas de las vistas en esta zona. Pasada la cascada y un par de rampas empieza el tramo nuevo, en esta ocasión giramos a la derecha para subir a la Solana de la Covaleda y el Cortijo del mismo nombre donde estaban las ricas tortas que en años anteriores nos esperaban en la fuente. Antes de llegar a este punto al pasar por un cortijo nos llama la atención un señor que estaba sentado en un viejo sillón acoplado bajo la sombra, que nos saluda al pasar y a mí me da por pensar las horas de reflexión que pasara este hombre en tan fresco lugar.
Engullido el manjar y repostado el agua empezamos el descenso por el Perú (en mi seguimiento a Kiko y Luis veía comentarios de esta zona y ya se donde es) y las casas de la Fortaleza donde una enorme encina nos indica el camino. En este tramo algunos participantes dudaban de si era el trazado por aquí, nosotros arriesgamos y efectivamente estábamos acertados.
Seguimos en descenso y pasando numerosos cortijos nos encontraremos con el Arrollo de Ahogagatos que como es costumbre en esta ruta habrá que cruzar varias veces, en una de ellas bajo un puente casi me voy al suelo al querer evitar el agua y pasar sobre las rocas.
La ruta sigue por Tocón y vuelve a girar encaminándose al Genil y acercarnos hasta la meta, pero aun quedaba una sorpresa pues nos desvían para pasar sobre un tronco que se movía más que los precios. Superada la sorpresita nos encontramos entrando a Villanueva de regreso y mientras esperamos el arroz recogemos camiseta conmemorativa y los clásicos espárragos de la zona dando cuenta de la barra libre.
El arroz estaba muy rico y como es tradición después viene el sorteo de regalos, mira por donde el debutante de los nuestros se lleva la bomba y Requena se vuelve a llevar un bote de agua (creo que tiene enchufe ya dos años seguidos) y el que relata que el año pasado se llevo las gafas de sol este año se queda puesto.

Si Dios quiere el año que viene para el 1 de mayo que cae en viernes nos volveremos a encontrar.