Ogibike - Fuente Fría - Sanatorio Alfaguara - Cueva del Agua 29 -3 -2015
near Ogíjares, Andalucía (España)
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Salida de 27 amigos en este domingo por la Alfaguara. Visitaremos Puerto Lobo, Fuente fría, Sanatorio Alfaguara y Cueva del agua, Regresando a casa a las 13.30 horas
Bertha Wilhelmi y la fundación del hospital
Berta Wilhelmi nació en 1858, en la localidad de Heilbornn, Alemania, en el seno de una familia acaudalada que poseía fábricas de papel tanto en la propia localidad alemana como en diversos términos de Granada.
A los doce años, Berta vio como su hermano Luis, afectado de tuberculosis y al que estaba muy unida, se iba apagando poco a poco. Cuando este murió, Berta, notablemente afligida por la pérdida, decide migrar, junto con el reto de la familia, a la localidad de Pinos Genil, donde tenían una de las fábricas.
Pese a la diferencia cultural, logró integrarse hasta el punto de ser calificada como “ilustre señora o dama ejemplar”, lo cual se vio reforzado por la continua creación de de edificios de índole benéfico que se dedico a construir.
Así, por ejemplo, en 1889, junto con la Institución de Libre Enseñanza, puso en funcionamiento la Primera Colonia Escolar de Granada, para que los niños y niñas pobres pudieran disfrutar de unas vacaciones instructivas.
En 1912, tras asumir la dirección de la fábrica de Pinos Genil, crea, totalmente a sus expensas, una escuela mixta y una biblioteca pública que llegó a contar, en el momento de la inauguración, con más de 600 libros entregados por la propia Berta.
Pero la muerte de su hermano seguía atormentándola por lo que inicia en Granada una lucha propia contra la enfermedad, inaugurando, en 1923, el sanatorio de la Alfaguara y, en 1924, un preventorio para niños y niñas con todas las características de una escuela al aire libre.
Tras aquello, en la primavera de 1931, un derrame cerebral deja inutilizada, tanto física como mentalmente, a la pobre Berta que fallecería, con posterioridad, el 29 de julio de 1934. Una leyenda paralela a la historia oficial, afirma que Berta no encontraría la muerte por tan circunstancial proceso, sino que se suicidaría en una de las habitaciones del hospital abrumada por tantas muertes.
El abandono
El hospital construido por Bertha, estaba, al igual que la mayoría de los hospitales destinados a la cura de la tuberculosis, emplazada en un lugar idílico a 1400 metro de altura, queda rodeado de bosque y aire puro, única solución, hasta el descubrimiento de los posteriores fármacos, que se tenía en aquella época para paliar en algo los síntomas de tan nefasta enfermedad.
A la inauguración de este centro, acuden todo tipo de autoridades, ya que el centro es considerado de gran importancia debido a la alta cantidad de enfermos que había. En su inauguración el centro cuenta con dos plantas y un total de veinticuatro camas, doce para hombres y doce para mujeres.
Como el centro era de índole benéfico, las camas eran gratis pero, algunas, con media pensión, debían abonar 3 pesetas en concepto de dieta, precio que no era elevado si se tiene en cuenta que el centro contaba con el mejor equipo posible de su época.
Tras la muerte de la famosa Berta, toma el mando del sanatorio su amiga, Helene Bickman Alterhoff, la cual mantiene en funcionamiento el hospital hasta principio de la postguerra, momento en el cual el hospital es abandonado de forma casi automática.
Tras aquello, el centro quedó en total abandono. Hoy en día, de lo que antaño fuese un lujoso centro para la sanación, solo quedan una serie de muros viejos, decrépitos y destrozados que solo permiten imaginar cual era la forma de lo que antaño fuese un lugar de esperanzas para aquellos enfermos condenados por la tuberculosis.
Sucesos inexplicables
Lógicamente un lugar como este, que ha visto truncadas muchas vidas, incluso la de inocentes niños de todas las edades, se ha convertido en toda una referencia para losamantes del misterio, ya que, parece ser, que los antiguos moradores del hospital se niegan a abandonarlo .
Así, por ejemplo, son numerosas las psicofonías que se han recogido entre los derruidos paredones del centro, o la continua sensación de ser observados desde la espesura del bosque por unos invisibles ojos.
Muchos osados, que incluso acampan en las inmediaciones del centro, han descubierto por la mañana, tras una noche bastante movida, como sus tiendas habían sido rajadas o cubiertas por piedras lanzadas desde la nada.
También han sido descritos dos perros que, según algunos antiguos pacientes del centro, se corresponderían con dos canes que el centro tubo durante sus últimos años.
Pero sin duda, uno de los principales atractivos en cuanto a fenomenología paranormal se refiere, es la continua aparición de una sombra que muchos describen como una figura femenina vestida de negro y que se pasea tanto por las ruinas del centro como por las inmediaciones de este.
Muchos identifican a esta figura con la de Berta, fundadora del centro, mientras que otros afirman que es más cercana a la figura que tuviera Helene Bickman, ultima directora del centro, en vida.
Pero tal vez lo más espeluznante de todo es la ausencia de sonido, lo que le ha valido el sobrenombre del sanatorio del silencio. En la actualidad, para llegar el centro, se deben dejar los vehículos a la entrada del camino que conduce hasta el centro. Una de las manifestaciones que más refieren los visitantes, es que durante el recorrido que separa el centro de la zona de aparcamiento se cierne sobre el visitante una ausencia total de sonido que, en boca de algunos testigos, “es como si te quedaras sordo”
Sea como fuera, lo que antaño era un lugar de reposo a la par que de sufrimiento, parece haber quedado solo para los muertos, afanados en defender del mundo de los vivos lo que fuera su última morada
Bertha Wilhelmi y la fundación del hospital
Berta Wilhelmi nació en 1858, en la localidad de Heilbornn, Alemania, en el seno de una familia acaudalada que poseía fábricas de papel tanto en la propia localidad alemana como en diversos términos de Granada.
A los doce años, Berta vio como su hermano Luis, afectado de tuberculosis y al que estaba muy unida, se iba apagando poco a poco. Cuando este murió, Berta, notablemente afligida por la pérdida, decide migrar, junto con el reto de la familia, a la localidad de Pinos Genil, donde tenían una de las fábricas.
Pese a la diferencia cultural, logró integrarse hasta el punto de ser calificada como “ilustre señora o dama ejemplar”, lo cual se vio reforzado por la continua creación de de edificios de índole benéfico que se dedico a construir.
Así, por ejemplo, en 1889, junto con la Institución de Libre Enseñanza, puso en funcionamiento la Primera Colonia Escolar de Granada, para que los niños y niñas pobres pudieran disfrutar de unas vacaciones instructivas.
En 1912, tras asumir la dirección de la fábrica de Pinos Genil, crea, totalmente a sus expensas, una escuela mixta y una biblioteca pública que llegó a contar, en el momento de la inauguración, con más de 600 libros entregados por la propia Berta.
Pero la muerte de su hermano seguía atormentándola por lo que inicia en Granada una lucha propia contra la enfermedad, inaugurando, en 1923, el sanatorio de la Alfaguara y, en 1924, un preventorio para niños y niñas con todas las características de una escuela al aire libre.
Tras aquello, en la primavera de 1931, un derrame cerebral deja inutilizada, tanto física como mentalmente, a la pobre Berta que fallecería, con posterioridad, el 29 de julio de 1934. Una leyenda paralela a la historia oficial, afirma que Berta no encontraría la muerte por tan circunstancial proceso, sino que se suicidaría en una de las habitaciones del hospital abrumada por tantas muertes.
El abandono
El hospital construido por Bertha, estaba, al igual que la mayoría de los hospitales destinados a la cura de la tuberculosis, emplazada en un lugar idílico a 1400 metro de altura, queda rodeado de bosque y aire puro, única solución, hasta el descubrimiento de los posteriores fármacos, que se tenía en aquella época para paliar en algo los síntomas de tan nefasta enfermedad.
A la inauguración de este centro, acuden todo tipo de autoridades, ya que el centro es considerado de gran importancia debido a la alta cantidad de enfermos que había. En su inauguración el centro cuenta con dos plantas y un total de veinticuatro camas, doce para hombres y doce para mujeres.
Como el centro era de índole benéfico, las camas eran gratis pero, algunas, con media pensión, debían abonar 3 pesetas en concepto de dieta, precio que no era elevado si se tiene en cuenta que el centro contaba con el mejor equipo posible de su época.
Tras la muerte de la famosa Berta, toma el mando del sanatorio su amiga, Helene Bickman Alterhoff, la cual mantiene en funcionamiento el hospital hasta principio de la postguerra, momento en el cual el hospital es abandonado de forma casi automática.
Tras aquello, el centro quedó en total abandono. Hoy en día, de lo que antaño fuese un lujoso centro para la sanación, solo quedan una serie de muros viejos, decrépitos y destrozados que solo permiten imaginar cual era la forma de lo que antaño fuese un lugar de esperanzas para aquellos enfermos condenados por la tuberculosis.
Sucesos inexplicables
Lógicamente un lugar como este, que ha visto truncadas muchas vidas, incluso la de inocentes niños de todas las edades, se ha convertido en toda una referencia para losamantes del misterio, ya que, parece ser, que los antiguos moradores del hospital se niegan a abandonarlo .
Así, por ejemplo, son numerosas las psicofonías que se han recogido entre los derruidos paredones del centro, o la continua sensación de ser observados desde la espesura del bosque por unos invisibles ojos.
Muchos osados, que incluso acampan en las inmediaciones del centro, han descubierto por la mañana, tras una noche bastante movida, como sus tiendas habían sido rajadas o cubiertas por piedras lanzadas desde la nada.
También han sido descritos dos perros que, según algunos antiguos pacientes del centro, se corresponderían con dos canes que el centro tubo durante sus últimos años.
Pero sin duda, uno de los principales atractivos en cuanto a fenomenología paranormal se refiere, es la continua aparición de una sombra que muchos describen como una figura femenina vestida de negro y que se pasea tanto por las ruinas del centro como por las inmediaciones de este.
Muchos identifican a esta figura con la de Berta, fundadora del centro, mientras que otros afirman que es más cercana a la figura que tuviera Helene Bickman, ultima directora del centro, en vida.
Pero tal vez lo más espeluznante de todo es la ausencia de sonido, lo que le ha valido el sobrenombre del sanatorio del silencio. En la actualidad, para llegar el centro, se deben dejar los vehículos a la entrada del camino que conduce hasta el centro. Una de las manifestaciones que más refieren los visitantes, es que durante el recorrido que separa el centro de la zona de aparcamiento se cierne sobre el visitante una ausencia total de sonido que, en boca de algunos testigos, “es como si te quedaras sordo”
Sea como fuera, lo que antaño era un lugar de reposo a la par que de sufrimiento, parece haber quedado solo para los muertos, afanados en defender del mundo de los vivos lo que fuera su última morada
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