Parapanda. Circular desde Tocón con subida a las Antenas

Salida desde Tocón. Por la A335 en dirección Montefrío, nos desviamos en Barandillas. El camino rural (asfaltado) de Mairena nos lleva sin abandonarlo al cortijo de la Máquina, desde donde remontamos por el arroyo en lo que conocemos como los Molinos, donde comenzamos a tener rampas por encima del 15% que nos van a ir castigando.
En el arroyo vamos encontrando multitud de viviendas al margen, algunas de ellas molinos antiguos y la afamada cascada de los Molinos, la Puente o la Casa del Agua, como se conoce en distintos lugares, sobre la que existe una casa rural que permite una escapada para aislarte al campo.
Poco más adelante y tras una rampa del 20% nos encontramos con el Molino Fortis, con su pequeño acueducto, tras el cual y en una curva a izquierdas, dejamos el asfalto para girar a la derecha y comenzar la subida que nos conducirá al desvío de Parapanda. Duro desde el inicio, con rampas cortas de mucho porcentaje, descansos con pendientes del 7-8 y alguna bajada. Vamos dejando a la izquierda otro camino rural asfaltado que viene desde Alomartes (puerto de Tornillares) y nos adentramos en una subida continua en la que veremos en algún momento la carretera de Montefrío a Íllora, a la que alcanzamos justo en el momento en el que se acaba la subida. La tomamos unos metros y tenemos a la derecha el desvío del repetidor de Parapanda, con 5 km de subida en la que los 3 primeros son bastante duros, más aún por el acumulado.
Las antenas permanecen escondidas prácticamente hasta el final puesto que vamos rodeándolas hasta que tras pasar una cantera abandonada, su visión nos anima por el cercano final.
Las vistas desde el Morrón son espectaculares en los días claros, pudiendo observar toda la vega granadina, desde Sierra Nevada a Loja en la vertiente sur y todo el sur de Jaén en la norte (en varios puntos de la subida conseguimos ver el castillo de la Mota en Alcalá la Real)
La bajada nos permite varias opciones. En la nuestra tomamos un desvío en una de las últimas curvas que nos baja por un pinar el primer tramo, donde podemos escoger hacia donde girar. La bajada es muy técnica, entre los pinos, piñas, piedras, ramas... y el 15% casi de media, y hay que afrontarla con cuidado.
Al salir de la vereda de los pinos podemos tomar dos rutas a la derecha que nos llevan al cortijo de don Pedro, por el sendero del barranco una, y algo más arriba la otra.
A la izquierda también tenemos dos opciones y las dos acaban en el tramo de hormigón de la subida por la que hemos venido, y en ambas rodeamos las antenas por la parte sur. Si tomamos la primera a la izquierda, tenemos una pequeña subida y luego terreno rompepiernas. Si tomamos la segunda, bajamos más y luego tenemos que remontar, por lo que es algo más dura tras lo que hemos cargado las piernas. Esta última tiene una bajada pedregosa que obliga a no despistarse mucho. Tras confluir nos encontramos con una fuente a la izquierda que nos permitirá refrescarnos algo antes de llegar a la carretera de subida.
Giramos a la derecha y las rampas de subida se convierten ahora en un rápido descenso que nos lleva a la carretera.
Con cuidado de no pasarnos el desvío porque está muy cerca, giramos a la derecha para tomar el camino del Zumacal, en el que nos aguarda una pequeña subida que nos deja bien tocados ya. No perderse el momento en el que al girar a la derecha nos vuelve a aparecer toda la vega de forma impresionante. El descenso nos lleva a la salida de Íllora, donde tomamos el desvío de la cañada real de Villanueva a la derecha y circulamos de forma paralela a la carretera que conduce de Íllora a Alomartes, pueblo que cruzamos en su totalidad para llegar al camino del Baño y desde éste, tras varios toboganes en los que necesitamos usar la velocidad de bajada para ayudarnos en el ascenso, alcanzamos de nuevo la A335, para llegar al punto de partica