Parque Natural de Las Breñas y las Marismas del Barbate

Interesante ruta que en poco menos de 40 kilómetros nos dará a conocer algunos de los distintos ecosistemas del Parque, así como parte del patrimonio cultural e histórico de esta zona de la comarca de la Janda.
Si nuestro único interés fuese el pedaleo puede realizarse en un par de horas. Nosotros aconsejamos dedicarle toda una mañana y deleitarnos con el potencial que ofrece la ruta ( callejeo por Vejer, visita de la ermita de San Ambrosio, El Palomar de la Breña, la Torre del Tajo ).
Comenzamos nuestro itinerario en la carretera A-314 que en dirección noroeste comunica Barbate con la Barca de Vejer. A unos 200 metros de la rotonda donde, con enormes letras, nos dan la bienvenida a la primera población, parte, a la derecha, un carril que se interna en una pequeña mancha de pinar y que culmina en un depósito de bombona de gas; nos desviamos a la derecha y nos dirigimos directamente al río Barbate. Los próximos kilómetros discurrirán por la orilla derecha del río donde no será extraño descubrir a personas marisqueando lo que supondremos serán coquinas o almejas. Este tramo de la ruta, en el que atravesaremos hasta sobre cuatro pasarelas, es muy agradable, siendo nuestro referente siempre, hacia el noroeste, el pueblo de Vejer sobre el monte que lo sustenta. En una gran curva que describe el río hacia la derecha, descubrimos lo que nos parece un mirador para que los amantes de la avifauna disfruten de las vistas que, sin duda, ofrecerá la marisma en momentos de máximo esplendor.
Cuando llevamos recorridos unos 7 km. el carril gira bruscamente hacia el oeste y abandonamos definitivamente la compañía del rio Barbate. Un par de kilómetros más allá desembocamos de nuevo en la A-314. Reromaremos esta carretera en dirección a Barbate hasta que, un kilómetro más allá, lleguemos a la urbanización de la Ribera de La Oliva; aquí nos salimos de aquella y comienza una ascensión que nos dejará a Vejer en poco más de 2 kilómetros. Superados los primeros metros de subida en los que atravesaremos la pedanía, enlazamos con un ancho carril que a la izquierda nos dejaría de nuevo en la carretera. A partir de aquí comienza el tramo más duro de la ascensión, con rampas que llegan al 15%. Pronto llegamos al área recreativa de Las Quebradas de la que parte un sendero que, tras atravesar el pinar, desemboca en la CA - 5203 y nos acerca, a la iquierda, a Vejer. Nosotros la obviamos y seguimos por la pista que, a partir de aquí, suaviza un poco la pendiente. La pista desemboca en un llano poco antes del campo de fútbol de Vejer; a partir de aquí aparece el asfalto y nos adentramos en el núcleo de la población por su parte sur, donde nos llaman la atención un grupo de tres molinos de viento.
Merece la pena callejear por las angostas callejuelas de esta población, declarada conjunto histórico-artístico en el año 1976. Tras subir al castillo, buscamos la salida de la población en dirección suroeste hacia el camino de San Ambrosio, por la calle Juan XXIII. Al poco de salir de la población, justo después de la entrada al restarurante "El Poniente", salimos de la carretera para circular por un pequño sendero que transita paralelo a la carretera; algo más adelante se bifurca en dos tomando el de la izquierda. El senderillo termina desembocando en la carretera poco antes de encontrar un desvío: nosotros optamos por seguir a la derecha por una pista que se dirige hacia un parque eólico cuyos molinos lo evidencian. La entrada al mismo la encontramos poco después, pero nosotros optamos por tomar el desvío a la derecha por una pista nuevamente asfaltada. Tras una pronunciada curva hacia la izquierda encontramos, en la siguiente curva, una curiosa fuente, Fontcubierta o, como es conocida en la zona, la fuente de Juan Cubierta: Esta curiosa fuente almacena el agua en un depósito tapado y se accede a ella mediante una bomba de émbolo manual. Aquí encontramos a una pareja de extranjeros que, por iniciativa propia, decidieron limpiar el enclave de la fuente y que, amablemente, nos indican que para hacerla funcionar debemos, previamente, llenar con agua el hueco donde se encuentra el émbolo.
Continuamos bajando por esta pista durante un par de kilómetros, estaremos atentos a un cartel a la derecha que nos indica que nos encontramos en el valle de La Paternilla, justo después hay un cruce: a la izquierda se dirige a Barbate ( será el camino que seguiremos más adelante ), el de la derecha comunica con Zahora y los Caños. Tomaremos esta última opción para visitar la Ermita de San Ambrosio que se encuentra a poco más de 400 metros. Un panel informativo nos indica que hemos llegado, aunque deberemos atravesar el arroyo de San Ambrosio por un pontón para acceder a la ermita, que no es visible dede la pista.
La ermita de San Ambrosio es una basílica paleocristiana construida sobre un asentamiento romano. Transforamada, en época visigoda ( siglo VII) en Iglesia por el obispo Pimenio y con reformas posteriores mudejares. Se trata de una nave estructurada mediante cuatro arcos fajones apuntados de ladrillo, sobre los que se sustentaba una cubierta a dos aguas con viguería de madera, tablazón y teja. Los arcos se apoyan en columnas. Las dos más cercanas al ábside se apoyan en capiteles de orden compuesto, probablemente de origen romano. El acceso a la ermita se realiza a través de un arco de medio punto situado en el atrio o patio. A la iglesia se entra por otro arco de herradura donde aún podremos contemplar el escudo del obispo Pedro Fernández de Solís (s. XV).Adosada a la construcción principal existe una capilla lateral de planta cuadrada y techo abovedado que albergó hasta hace escasos años una imagen de San Ambrosio. San Ambrosio es uno de los pocos ejemplos de este tipo de ermitas que podemos encontrar en el Sur de la Península y uno de los testimonios visigodos más importantes de la provincia de Cádiz.
Fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 2004 realizándose trabajos de rehabilitación y estudios arqeológicos, incluso se construyó un edificio ( frente a la ermita ) para un posterior uso como centro de interpretación, pero en la actualidad está totalmente abandonada y en un estado pésimo de conservación. La cruda realidad es que ni el Obispado de Cádiz ( propietario), ni el Ayuntamiento de Barbate, ni la Junta de Andalucía u otra Administarción competente, velan hoy por la recuperación de esta joya visigoda.
Volvemos a montar en nuestra bicis y regresamos al cruce anterior, nos dirigimos ahora a otro edificio de interés : El Palomar de la Breña. Antes tomamos un refrigerio en la Venta Luis. Tras pasar junto a una casa de claro estilo ibicenco la pista asfaltada se adentra en el pinar dejando, a la izquierda, un curce altamente señalizado; a continuación encontramos otro cuce: a la derecha se dirige al Area recreativa El Jarillo ( a la que iremos después ) nosostros nos dirigimos a la izquierda hacia El Palomar de la Breña que se encuentra a poco más de 1 km.
El Palomar de la Breña es hoy día un hotel rural asentado en una antigua hacianda del S. XVIII, concebida como centro de aprovisionamiento para barcos que partían hacia América ( carne de paloma, palomas mensajeras ) y para obtener con los excrementos, fertilizantes y salitre con el que fabricar pólvora. El Palomar puede visitarse de forma gratuita y, según reza un cartel, está considerado el mayor del mundo.
Volvemos sobre nuestras rodadas hasta el anterior cruce y nos dirigimos al Área recretariva El Jarillo atravesando el pinar de norte a sur. Atravesamos el área recreativa y llegamos a la carretera A-2233 que comunica los Caños con Barbate. Giramos en dirección a esta última población y transitamos por la carretera durante algo menos de 3 kilómetros hasta que llegamos a unos aparcamientos, desde aquí parte un pequeño y, por momentos, arenoso sendero que nos llevará hasta las proximidades de la Torre del Tajo, nuestro próximo objetivo. Tras atravesar un cortafuegos el sendero desemboca en una pista ancha que procede de Barbate y que nos deja ( hacia la derecha ) en la Torre del Tajo, La Torre del Tajo es una torre vigía perteneciente al sistema de torres de vigilancia costera construidas durante el siglo XVI para la defensa contra ataques de piratas berberiscos. La torre se erige al borde de un acantilado de cien metros de altura, merece la pena tomarse un rato de descanso para disfrutar del paisaje.
Después de un rato y tras las obligadas fotografías para inmortalizar el momento, emprendemos la bajada hacia Barbate por la pista que transita paralela a la línea de costa. Dos kilómetros más allá la pista se interna en el pinar, pero nosotros optamos por continuar por un sendero más angosto que sigue bajando y que pasará por encima de la playa de La Yerbabuena; en algunos momentos la acumulación de arena nos obligará a bajar de la bici. El sendero comunica con una pista que sirve de acceso a distintos puntos de la playa y, al poco, llegamos a la carretera que viene de Caños de Meca la cual continuaremos hasta llegar al pueblo.
Magnífica ruta para tomarla con calma.