Patras Y Las Minas Viejas De Rio Tinto Realizada

Ruta entretenida, aunque el grueso de la misma se desarrolla por pistas, eso sí, pequeñas.
Tiene el aliciente que aporta el pasar por varias antiguas minas en medio del campo, con los restos de sus infraestructuras.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA

Salimos de la Venta el Patrás, para al poco de empezar afrontar un duro repecho al salirnos de la carretera del Patrás en una granja.
Luego circulamos por terreno agradable entre eucaliptos, por pistas no muy grandes hasta alcanzar la carretera local que va a Mina Concepción. Para evitar la clásica bajada por la carretera, decidimos investigar subiendo primero a la parte alta de la corta de la mina, descubriendo una bajada muy divertida que hizo las delicias de casi todos, además de ser fuente de todo tipo de bromas al comparar los estilos de bajada de unos y de otros, destacando la posición de "la garza" de alguno. Es un curioso estilo que quizá convendría patentar, porque a la vez de conseguir un curioso punto de equilibrio al apoyarse sólo en una pata (que va a la cala), deja libre la otra, con un sin fin de posibles utilidades: si la estiras, cierras el paso al de detrás, si se te intenta colar, puede ser útil para empujarle fuera de la trazada; puede valer para golpear cantos rodados sobre la marcha, al estilo polo, y si el golpeo es acertado, de nuevo se puede derribar a algún ciclista cercano. Tampoco está mal la táctica para asegurar una bajada grácil y segura de la bicicleta, aunque dudamos de la utilidad de esta técnica en este sentido, porque dada la velocidad de bajada del inventor de la misma, no es necesario tal alarde. Quizá simplemente estaba emulando la peculiar forma de entrar en las curvas de Valentino Rossi ...
En fin, de esta guisa llegamos a la siempre sorprendente aldea de Mina Concepción, con su antiguo casino y todo, para tomar el habitual descenso hacia la siguiente mina, San Platón, en una ubicación privilegiada junto al río Odiel, encajonado en este punto como casi en todo su recorrido.
En esta mina podemos apreciar todo tipo de instalaciones mineras, como cargaderos de ferrocarril, entradas de minas subterráneas y varias construcciones, así como el puente ferroviario de La Chapa, al poco de abandonar la mina.
En lugar de cruzar este puente, nos desviamos a la derecha a la misma entrada del mismo, por una pequeña y agradable pista que serpentea en ascenso moderado, entre frondosas jaras, hacia la mina de Solo Viejo, menos vistosa que las anteriores, y con un pequeño asentamiento urbano cercano.
Al poco de abandonar la mina, nos encontramos con un ascenso que va a más, para terminar en una rampa no demasiado dura pero con mal firme, que nos pone a prueba, y nos deja en una bajada que da el máximo desnivel de bajada de la ruta. En esta ocasión, y aunque la bajada fue harada hace meses, la naturaleza ha realizado su trabaja para mejorar de nuevo el firme de la misma para que se pueda hacer sin problemas, llegando de nuevo a un poblado abandonado, donde tomamos el llamado Camino de La Esperanza, que transcurre junto a un antiguo trazado de ferrocarril que no se aprecia, y nos deja en la Nacional 435, en el cruce de Mina Concepción, frente a otra antigua zona minera.
Unos breves metros por la carretera y nos desviamos por la habitual pista junto al Barranco de la Angostura, para afrontar la subida hacia la Mina San Miguel, que va de menos a más, y parece que no termina nunca, entre revuelta y revuelta.
Antes de afrontar la bajada a la mina, disfrutaremos de amplias vistas de la cara sur de la Sierra de Huelva, apreciando muy cerca el Cerro San Cristóbal y los domos de la mina de Aguas Teñidas, que parecen una base de "la República" en la Guerra de las Galaxias.
La bajada a la mina tiene un primer tramo delicado, por un estrecho sendero invadido por matorral, que presenta contínuas cárcavas ocultas por la maleza, una ya conocida por su porte y ubicación, para continuar después por una ancha y rápida pista, que nos deja junto a un estrecho desfiladero por el que se puede acceder rodando al amplio mirador dentro de la corta, de un rojo espectacular, y cubierta de verdes pinos.
Las ruinas del poblado minero son impresionantes aquí, con todo tipo de construcciones, aunque ya ninguna conserva la techumbre (sí la vegetación decorativa, con palmeras, higueras, etc.). Destaca finalmente el puente sobre la Rivera de Escalada que nos lleva a la vía verde que sigue el antiguo trazado férreo, con algunos túneles cortos, que debía empalmar con la vía principal en El Perrunal, aunque nosotros nos desviamos antes, cerca de la Mina de la Vieja, hacia la mina de Cueva de la Mora, también siguiendo parcialmente otro antiguo trazado férreo (no debe ser un seguimiento completo, por los desniveles que se salvan en este tramo; aquí marca el máximo desnivel de subida de la ruta, aunque debe ser un error del gps, porque no recuerdo nada similar).

Tras esta última mina tenemos el único momento de dudas en cuanto a la ruta a realizar, con división de opiniones: alternativa ya conocida por la Rivera de Escalada (descartada por un obstáculo aparentemente insalvable para el estilo ciclista de "la Garza"), la alternativa imaginaria de Michel (que sólo vió él, y efectivamente nunca existió), y la salida fácil hacia la carretera de Valdelamusa, que al final triunfó dada la hora, y el desgaste que arrastraba Chus en su reaparición tras meses de baja por lesión.
Tras un tramo por carretera que afortunadamente fue en descenso, Michel recuperó parcialmente la estima del grupo al dirigirnos a un último tramo de subida hasta el punto de partida por una dura pero entretenida subida, y digo parcial porque alguno se escapó hacia una pista oscura, que resultó ser la carretera nacional ...

Al final 51 km y casi 1.200 m de desnivel en una jornada entretenida, sobre todo por lo nutrido del grupo y el buen ambiente reinante (Angel, Chus, Dani, Fran, José Luis, Michel y yo mismo).