Peal de Becerro - Los Propios - San Miguel - Peal

Ruta facililla, para hacer bastantes kilómetros en pleno invierno (que es de lo que se trata). El único inconveniente es el barro, que ralentiza la marcha en un par de tramos hasta extremos exasperantes.
La ruta comienza bajando desde Peal hasta Toya (ojo al track, intenté evitar el mercadillo y acabé por atravesarlo entero, mejor usar la intuición o, simplemente, ir lo más cerca posible del embovedado). Justo al final de la cuesta, tomamos el camino a la derecha en dirección a las ruinas de Toya y, en un par de kilómetros, alcanzamos la carretera Peal - Estación de Jódar, donde torcemos a la izquierda. La carretera no tiene arcén, así que debemos extremar las precauciones, puesto que el escaso tráfico suele ir como follascas.
Tras dejar atrás el cruce de Huesa, Larva y Pozo Alcón y la estación ferroviaria de Los Propios, emprendemos un descenso hasta el río Jandulilla y, un kilómetro más adelante, aproximadamente, cruzamos las vías del tren subiendo un puente. Justo al otro lado, encontramos una antigua carretera llena de barro (o polvo, según la época) a la derecha. Seguimos la carretera, atravesamos el Puente Viejo sobre el río Guadalquivir y torcemos a la derecha, hacia el repecho evidente. El firme es bastante malo durante unos kilómetros que nos ofrecen vistas insólitas de Úbeda, con campos de algodón en primer término. Al cabo de una media hora, encontramos un cruce en el que el asfalto mejora notablemente, pues nos incorporamos a la flamante carretera que une Úbeda con el Puente de la Cerrada pasando por San Miguel. Seguimos la carretera, paralela al río grande de Andalucía, con vistas a la junta de los ríos Guadalquivir y Guadiana Menor, hasta alcanzar la A-315. Torcemos a la derecha y circulamos más o menos un kilómetro por esta vía, muy transitada y con arcén escaso. Para los puristas anti-coche, existe la opción de volver a Peal por la otra margen del río (ver el track Hacia la junta de los ríos).
Tras haber pasado el río y superado un repecho en curva, giramos en dirección a Santo Tomé por el cruce evidente (ojo a los coches, vienen como locos) y, en poco más de dos kilómetros de llano, giramos a la derecha hacia Valdecazorla. Atravesamos completamente la pedanía cazorleña y nos adentramos en el carril que nace a la derecha de la última casa.
El carril atraviesa el extremo norte de los Llanos del Ciego y nos conduce hasta las salinas de Las Arcas. Si hay barro, como había al trazar esta ruta, el otras veces idílico paseo se convertirá en tortura para los cuádriceps.
Volvemos al asfalto en Las Arcas. Giramos a la derecha y sólo nos restan seis kilómetros de sube-y-baja hasta Peal.