Pedales de León 2 de 3 - Lois-Posada de Valdeón

Segunda etapa de esta ruta por las montañas leonesas. Qué pasada. Qué bonida. Qué dura.
La salida desde Lois hacia Liegos se realiza por pista cómoda al pie de las montañas. Algún repechin corto pero salvable por el frescor de la mañana.
Una vez atravesado Lario, comienza la subida a la Collada de Jian. No es imposible, pero si dura. Son casi 8 km de ascenso continuo por zonas en las que hay momenbtos en los que no se ve la rodada, ni siquiera la de coches y tienes que seguir el track, aunque el destino está más o menos claro... Un paso en la montaña que se ve al Oeste y que nos llevará al hayedo del Zalambral. Bosque de cuento, silencioso, solitario, hermoso. Tan sólo mi hijo y yo. Habíamos oido que rodar montado en bicicleta por él estaba prohibido de manera que tan sólo hicimos un pequeño tramo de unos 50 metros montados en el comienzo del mismo para poder grabar algunas imágenes en video y algunas fotos. La verdad es que no hace falta que te prohiban montar en él porque dos razones te harán descabalgar de tu bicicleta:
- La primera: Es tan bonita la zona que si vas rápido sobre la bicicleta te perderás muchas cosas y es muy probable que nunca más vulevas a pasar por allí (hay tantos sitios por recorrer)
- La segunda: Hay tramos tan inclinados y tan endiabladamente técnicos que, a no ser que seas un experto endurero, es mejor que desmontes por tu voluntad a que sea la voluntad de la gravedad terrestre la que te desmonte. SON IMPOSIBLES.
Al final del hayedo hay tramos muy húmedos que harán que metas los pies en zona de barro hasta por encima del tobillo. Y no lo salvas con nada ya que ni hay otro camino ni la época del año va a hacer que esa zona este seca. Te mojas si o si. Al principio lo intentas evitar pero al final caminas por el humedal y por los torrentes como si fueras con botas de pesca. La llegada a Pio de Sejambre se hace desear y paramos junto a una fuente para avituallarnos (solaido y liquido) ya que tenemos por delante el que, para mi, es el más duro de los tramos de la ruta... la subida al Puerto de Panderuedas. Menos mal que los paisajes (los que la niebla nos permitió ver) te hacen más llevadera la subida. Pero aún así habrá tramos en los que inevitablemente tendrás que poner pie a tierra ya que ni el firme ni la inclinación positiva van a estar de tu parte y te lo van a complicar un poco.
Junto a la zona de aparcamiento que hay en la cumbre del Panderuedas, cruza la carretera y tras un pequeño talud de tierra encontrarás una campa con una fuente. Se hacía necesaria ya pues los últimos 10 km nos habían consumido toda nuestra provisión y necesitábamos hidratarnos. La bajada (con alguna subida corta pero exigente de nuevo) hasta Posada de Valdeón nos hace llegar con otro ánimo. A lo que ayuda, sin duda, la ducha que nos pegamos nada más llegar y las cervezas acompañadas de un buen plato de cecina nada despreciable