Peñoncillos, Cueva del Agua, Carialfaquir, Acequia del Fardes, Cañada del Sereno

El Parque Natural de la Sierra de Huétor se encuentra a apenas 15 km de la provincia de Granada en dirección a la provincia de Almería. Tiene una altitud que oscila entre los 1.100 y los 1.900m.

Con una altitud comprendida entre los 1.100 y 1.900 m, el Parque Natural Sierra de Huétor fue declarado como tal en 1989 y abarca una superficie de 12.128 ha. Comprende, además de la sierra que le da nombre, la Sierra de Alfaguara, la Sierra de Cogollos, la Sierra de Diezma, la Sierra de Beas y las estribaciones sur de la Sierra de Arana.

Las diferentes altitudes y las variaciones de humedad y temperatura determinan la existencia de diversos biotopos –espacios donde es posible la vida– en los que habitan numerosas especies vegetales y animales. La civilización musulmana, que alcanzó su plenitud en el reino de Granada, ha dejado muestras de su esplendor cultural en todo el territorio.

El Parque Natural de la Sierra de Huétor, desde su posición privilegiada en el centro de la provincia, muestra orgulloso un conjunto de sierras en el que se alternan importantes elevaciones montañosas, estrechos barrancos, tajos, calares, zonas donde abundan las rocas de naturaleza calizas y arroyos. La orografía accidentada de esta sierra es fruto de una intensa actividad geológica que originó numerosas fracturas en la superficie. Este complejo relieve junto con la abundante vegetación que puebla el parque configuran un espacio de bellos paisajes.

Esta zona de media montaña, fuente de los ríos Darro y Fardes que forman estrechos valles que separan las verdes lomas, posee masas vegetales autóctonas compuestas por encinares ricos en matorral espinoso. Robles y arces son también especies relevantes de la zona; así como quejigos en las áreas más umbrías y de mayor altitud. De la misma manera pueden encontrarse amplias zonas repobladas con coníferas.
La Autovía A-92 corta el parque en dos partes (km 259) y pasa por su puerto más importante , el Puerto de la Mora a 1380

Las grandes geometrías de la zona generan condiciones excepcionales de visibilidad en casi todas las direcciones, pero sobre todo las que miran hacia Sierra Nevada, telón de fondo común de las panorámicas de la Depresión de Granada y de la de Guadix, además de las vistas sobre Granada y La Vega, propias del Arco Noreste, o las de la depresión accitana en el caso de Diezma. Desde diferentes alturas del mismo, se pueden contemplar hermosas vistas panorámicas de Sierra Nevada.

ACEQUIA DEL FARDES:
La civilización musulmana, que alcanzó su plenitud en el reino de Granada, ha dejado muestras de su esplendor cultural en todo el territorio, y una muestra de su amplísimo legado, es esta acequia. La acequia ‘encantada’ del Fardes. Desde sierra Arana el agua del río Fardes se separa a través de un centenario canal nazarí y crea un denso bosque autóctono, por donde el agua camina hacia la vega norte de Granada

El curso que discurre sobre un lecho de piedra, un canal con siete siglos de existencia que aporta la humedad necesaria para mantener uno de los pocos bosques originales de encinas, quejigos, robles, sauces y mimbreras de la sierra de Huétor. Aporta un halo de misterio entre las sombras y oscuridad que preside el paraje por el que discurre la acequia del Fardes, la conducción que los nazaríes crearon para captar en la Fuente Grande de sierra Arana, el agua del río del mismo nombre y llevarla hasta el valle de Granada, a la vega norte de la ciudad, para regar y dar de beber a poblaciones como Cogollos Vega y sus alrededores.

La acequia recorre las laderas de una pequeña cordillera que ejerce de frontera entre las sierras de Huétor y Arana (las dos forman parte del parque natural) y donde se encuentra el pico del Majalijar, el más alto de este espacio protegido, con 1.878 metros de altitud. A su paso genera un paisaje vegetal completamente diferente al del resto de estas sierras, donde se ha creado un encinar-quejigal en el que incluso crecen arces, lo que genera un bosque que invita a leyendas y misterios, que en otoño muestra infinidad de colores rojos y amarillos, en primavera es una explosión de verdor, y en verano, es el refugio de decenas de especies animales que buscan sombra y humedad.
Junto a la Acequia, un sendero acompaña el curso del agua entrando y saliendo de los Barrancos, y en tramos alejándose de ella, para volver a retomarla. En su recorrido hay que cruzar pequeños puentes de piedra que fueron construidos por pastores y leñadores que acudían a esta zona con su ganado y caballerías, y que sirven también para que pase el agua de los arroyos en tiempos de lluvias y no destrocen la acequia:

Una vez expuesto por donde nos vamos a mover, el día comienza en el Centro Forestal de Los Peñoncillos donde un amplio grupo de amigos de Baza y Granada vamos a disfrutar de un recorrido circular visitando lo más emblemático de la Sierra de Huetor, consistente en la Cueva del Agua, (no confundir con la Cueva del Agua de Iznalloz) Vereda de la Rata, Vereda de la Alfaraguilla , la Yedra, Carialfaquir, Acequia del Fardes , El Chorrillo y Cañada del Sereno.

Desde los Peñoncillos nos dejamos caer hacia el mirador de las Veguillas en dirección a la Fuente de la Teja para abandonar este carril a nuestra izquierda en dirección a Puerto Lobo por un carril intermedio hasta llegar al carril principal, el cual lo abandonamos para acceder al Collado de Viznar que da acceso a la Cueva del Agua, y desde el cual, disfrutamos de unas panorámicas sensacionales.
La Cueva del Agua:

Se trata de una espectacular cavidad cuyo expolio ha obligado a cerrar su acceso y sólo puede observarse desde fuera. Más imponentes son las vistas de Sierra Nevada desde el mirador del mismo nombre que antecede a la entrada. Una cavidad situada casi en la cima del cerro y a la que se puede acceder a través de un pasillo que fue excavado en la roca caliza para poder expoliar su riqueza geológica, ágatas y grandes estalactitas, que desde entonces adornan, troceadas, algunos establecimientos comerciales y edificios de la ciudad de Granada. La verdadera entrada de la gruta solo era posible desde la cima, tras las encinas, matorrales y quejigos que durante milenios la ocultaron a la vista de quienes recorrían el sendero entre la Alfaguara y la Cruz de Víznar. Una imagen privilegiada que aún es posible contemplar.

Dejamos la Cueva y descendemos en dirección a la Alfaguara, desviándonos a la izquierda, a la Alfaraguilla y Barranco del Puerto hasta el asfalto de la carretera para enlazar con el inicio de la Vereda de la Yedra.
La Yedra tiene algunos trancos técnicos, pero sin dificultad que nos abre la "puerta" de la antigua casa Forestal y Cortijo Carialfaquir. Desde él, remontamos la pista hasta el Collado de Las Minas para enlazar con el tramo más atrayente de este recorrido: la mencionada Acequia del Fardes. Recorrerla es un verdadero placer para los sentidos. Al terminar el sendero que acompaña la acequia en sentido Oeste - Este, hay que bajar por una terrera hasta llegar a otro arroyo que cruza un pequeño puente y que lleva hacia el cortijo de las Chorreras, donde hay una alberca y pista para los helicópteros del Infoca. Desde que damos inicio al Sendero de la Acequia del Fardes, hasta la Fuente de Los Potros, son casi siete kilómetros de recorrido llenos de éxtasis total.

Una vez, tomamos la pista principal en Los Potros, lo próximo es otro rincón no menos emblemático y visitado del Parque:
El Cortijo del Chorrillo. Me encanta!!. Me encanta su imagen, su verdor, su rebaño, sus perros, sus gatos, y como no..la fuente tan generosa junto al enorme nogal. Y me agrada enormemente como nos recibe siempre el pastor cuando está en él. Un hombre agradable y próximo que no le molesta que lo "visiten" una patulea de ciclistas, o un grupo pequeño de senderistas.

Nos alejamos del Chorrillo por la pista que enlaza por el Collado Cigarrón al Collado Las Minas para abandonar esta en el Barranco de Polvorite a nuestra izquierda tomando el Sendero espectacular, de la Cañada del Sereno.

Este Sendero es una referencia del Parque. Entra y sale en los Barrancos del Polvorite, de los Mármoles, Los Cajeros y los Corrales. A lo largo de cinco kilómetros pasaremos por tramos abiertos y de vegetación. Hay dos miradores merecen una pausa (hoy, no hubo lugar) y contemplar el horizonte. El recorrido tiene unos tramos que hay que tener cuidado con la bici si no queremos "aterrizar" por sorpresa y malamante.

Estamos donde esta mañana, en Los Peñoncillos. La mañana se ha pasado volando, y con ganas de volver nuevamente a este maravilloso lugar.

Gracias amigos por venir, y compartir.
Nos vemos en la próxima.