Piedrafita do Cebreiro - Lugo, por la Vía Kunig

En esta ocasión nos embarcamos en un recorrido más allá de las fronteras de las tierras bercianas, con un itinerario poco conocido, pero que sorprende, en primer término por su belleza y singularidad, y además, por su fantástico estado de conservación, limpieza y señalización.
Se podría hacer todo el recorrido sin necesidad de GPS, ya que en cada cruce o desvío, nos encontramos con una baliza indicadora de dirección, y todo ello, sin rozarte ni una sola vez en todo el itinerario con una zarza. Para que las autoridades más cercanas de este Bierzo al que se quiere vender como un paisaje digno de ser conocido (que lo es), aprendan.
En cuanto a la valoración de la ruta, el apartado técnico es de calificación baja (o nula), ya que todo el recorrido se realiza por pistas muy rodadoras, caminos, y carreteras; parte de éstas, de segundo orden, (sin tráfico, un domingo por la mañana) y otros tramos, por la N-VI, con algo más de movimiento de vehículos.
Físicamente, la exigencia es baja, ya que no hay grandes desniveles, ni por grado de inclinación ni por longitud de los mismos.
Decidimos y organizamos la ruta para ser realizada de modo lineal (no circular), lo cual requiere cierta logística para la recogida de los participantes y las monturas en el punto de finalización, pero es perfectamente abordable, por su perfil, el acortar su recorrido, hasta un punto intermedio, para hacer la vuelta repitiendo itinerario hasta el punto de partida.
Copio el enlace a la web donde conseguir más información:
https://viakunig.eu/
Iniciamos la ruta en Piedrafita do Cebreiro, y tras dejar los coches estacionados, nos dirigimos al punto desde el cual inicio la grabación del track. Tras un primer pequeño repecho, de poco más de 1 km, para calentar las piernas, iniciamos el primer descenso del día, por una pista rodeados de campos de pastoreo de vacuno, y de las suaves curvas de los montes que nos rodean. Llegamos así al Waypoint 1, en el km 13, en As Nogais. Aprovechamos para hacer la primera parada para el cafelito matutino (ya se atisbaba que la cosa iba a ser a ritmo tranquilo), y continuamos la marcha. Rodamos en paralelo a la N-VI, por la carretera antigua; llegamos al Waypoint 2, que nos indica el desvío hacia el Bosque de Os Grobos (Bosque de los Lobos), el cual ponemos en la "lista de deseos", para volver a visitarlo en otra ocasión. Seguimos nuestro recorrido, cruzando aldeas como Horta o Valiña, que curiosamente, nos resultan conocidas por ser homónimas de otras situadas en tierras bercianas. En el Waypoint 3 hacemos parada en una capilla, con la construcción típica de la arquitectura de los templos gallegos, con piedra centenaria. Continuamos, alternando el pisteo con tramos de asfalto, hasta llegar al Puente de Cruzul, obra de ingeniería civil parte de la primera red radial de carreteras de España. Después de atravesarlo, inmediatamente alcanzamos Becerreá, y tras cruzar el casco urbano de la ciudad, llegamos al Waypoint 4, la iglesia de Cadoalla. Realizamos una breve parada para comer algo, y seguimos; pasamos por el Waypoint 5, y rodamos unos kms por la N-VI, hasta desviarnos de ella, para tomar uno de los tramos que discurren por caminos rodeados de arboleda y vegetación muy frondosa, lo que convierte el paso de los kilómetros en una auténtica.delicia, pues diríase que hemos sido transportados a tiempos pasados. Llegamos al Waypoint 6, allí giramos a la derecha, y acto seguido alcanzamos Baralla.
A partir de aquí, vamos alternando la circulación por carretera, con escaso tráfico, con otros tramos en los que el trazado discurre por tramos de bosque, como el descrito anteriormente. Llegamos al Waypoint 7, y continuamos en dirección a O Corgo; atravesamos el trazado de la A6 en varias ocasiones, por pasos elevados e inferiores. Poco más adelante, cruzamos un puente, a partir del cual advertimos ya que estamos pisando los vestigios de una antigua calzada romana, como nos atestiguan los hitos que encontramos en los Waypoints 8 y 9.
Llegamos al Waypoint 10, el Convento de San Antón, impresionante por su tamaño y majestuosidad, a pesar de estar parte de él en estado ruinoso.
Estamos ya a vista de nuestro destino, y es aquí, donde, en el km 75,5, encontramos el único desvío que no está señalizado con las balizas que nos han servido de guía durante esta travesía; en esta ocasión el giro a la derecha (que nos pasamos en primer término, y rectificamos volviendo sobre nuestros pasos), está señalizado con unas flechas amarillas pintadas en una pared.
Nos acercamos ya a Lugo, circulando por el fantástico paseo del Rio Rato, que ha sido acondicionado para su uso lúdico por los lucenses, y por los visitantes como nosotros. Nos metemos en el casco urbano de la ciudad, y callejeando, buscamos una de las entradas a su milenaria muralla. Franqueamos la puerta, (Waypoint 11) y ascendemos a la parte superior de la fortificación, para, circulando un breve trecho por ella, alcanzar la plaza de la Catedral, donde tomamos las fotos de rigor, y damos por finalizada la ruta (Waypoint 12).
Inmediatamente buscamos un lugar donde saciar el apetito que ya nos aprieta fuerte, y una vez finalizada la "reunión de fin de carrera" ;)), montar las bicis en el vehículo de asistencia, para volver a Piedrafita, y desde aquí, hacer transbordo a los vehículos particulares para regresar a Ponferrada.
Una vez en la capital del Bierzo, procedo, como siempre, a dar el merecido lavado y engrase a la niña, que, como siempre, se lo ha ganado.
Día hecho!!!