PORTILLO D´AS BALLES Y DESCENSO DEL PIOJO. (Por SINRUMBO RAID)

Salimos de Boltaña por la pista que nace desde el párking que hay al lado del cementerio, hacia Morillo de Sampietro. Esta subida acumula un desnivel importante, con importantes porcentajes, hasta alta se suaviza mientras nos deleita con unas espectaculares vistas de la Peña Montañesa. Durante el ascenso habremos dejado a nuestra derecha el desvío a San Fertús y más tarde el del sendero de Ascaso. Tras una corta bajada llegamos al Portillo d´as Balles y al Mesón del Piojo (que el nombre no os engañe, ya no es un garito con cerveza y menú con alubias, sino una borda abandonada escondida entre la vegetación).

Un cartel nos indica el desvío a Morillo de Sampietro que solo cogeremos si tenemos interés en visitar el pueblo, aunque ¡cuidado!, si lo hacemos luego tendremos que remontar de nuevo la pista para volver al cruce.

A partir de aquí nos dirigimos aún subiendo hacia Muro de Bellós por una pista cada vez más estrecha hasta que finalmente se abandona a la altura del Tozal d´a Caña para seguir por un camino. Entramos ya en territorio de enduro, pedaleando en medio del bosque por un sendero de lo más variado; escalones, zonas rápidas de culebreo, curvas cerradas, piedra suelta y continuos sube-baja para llegar hasta el espectacular cruce que hace de mirador de todo el valle del Cinca y del pueblo de Muro de Bellós. Una de las mejores estampas de la Zona Zero, a juicio de Martín.

Como no vamos sobrados de tiempo y además empieza a llover un poco desistimos de visitar Muro y seguimos bajando por el sendero hacia San Vicente de Labuerda. Allí podemos aprovisionarnos de agua y ya con el anochecer amenazando salir hacia Boltaña dejando a nuestra derecha la preciosa iglesia y su esconjuradero.

El siguiente tramo, por pista nos llevará de nuevo en subida hacia el collado de Planaermita, y de allí bajaremos hasta tomar el característico desvío que hay a la altura de una balsa y que nos enfila hacia Boltaña. Los últimos minutos de luz nos sirven para intuir en la frondosidad del bosque el relieve del sendero que nos dejará en el pueblo.

La sensación final es de haber hecho un gran recorrido que tiene de todo; desnivel, rally, descenso apto para los amantes del enduro y sobre todo un gran ambiente por un paraje salvaje y poco frecuentado.