Portugos Sulayr-GR7
near Pórtugos, Andalucía (España)
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Subida desde Portugos para subir un poco mas arriba de la barrera de la carretera del Veleta para bajar por el Sulayr y después otro tramo del GR-7.
El término municipal de Pórtugos forma parte del Parque Natural de Sierra Nevada, y se ubica en su vertiente sur. En la carretera que une Pitres con Trevélez, goza de la característica esencial que define la imagen de los pueblos alpujarreños: una arquitectura singular en sus viviendas, perfectamente adaptadas a lo quebrado del terreno y a la climatología de la zona, que se ordenan en estrechas calles donde perdura la memoria de su pasado morisco.
El municipio seguramente sea de origen romano; al menos así lo acredita su origen etimológico. Pórtugos, procedería del latín, Portus, entendido como "puerto", o "lugar de paso". No obstante de esta época no quedan restos. Fue durante el período musulmán, cuando la comarca y especialmente Pórtugos se desarrolló. La actual estructura de regadío, con un sistema de "acequias de careo" en la sierra, que filtran el agua por todo el monte para que luego mane en fuentes; un territorio con mucho desnivel, que se ha tenido que adaptar al cultivo, construyendo terrazas; así como la estructura en barrios del municipio, es una herencia plenamente musulmana. En el siglo XVI el pueblo estaba dividido en dos núcleos de población, Pórtugos propiamente dicho, y Lauxar o El Lauxar, seguramente un barrio separado, pero cercano al pueblo.
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Sierra Nevada. Refugio y defensa
Sierra Nevada ha sido, muchas veces, a través de la historia, un codiciado refugio. Las cordilleras Béticas con una extensión de 500 kilómetros de longitud, desde el cabo de la Nao hasta Gibraltar, son una auténtica barrera. Estas cordilleras son el mayor conjunto orográfico y están formadas por dos alineaciones casi paralelas de montañas, llamadas costera y cordillera Bética. Las depresiones entre ambas forman un surco Intrabético que es la mayor línea de comunicación interna entre el Mediterráneo y el golfo de Cádiz.
Sierra Nevada en general y, sobre todo, la Alpujarra, recostada en su ladera sur y dividida en dos por el valle sinclinal que forman Sierra Nevada y la Contraviesa, surcado por el río Guadalfeo, siempre fue un foco específico de refugio de montaña, tanto para resistir a los que desde fuera intentaban penetrar en ella, como para los refugiados en su interior que trataban de conquistar las tierras periféricas a la región. Textos romanos hacen referencia y son una prueba de esta realidad. Ayer como hoy, aislamiento y fragosidad son las características de esta región. Como decía Hurtado de Mendoza: "La Alpujarra es montaña áspera, valles al abismo, sierras al cielo, caminos estrechos, barrancos y derrumbaderos sin salida".
Con la invasión musulmana la sierra se convirtió en el principal núcleo de resistencia españolista; eran los hispanovisigodos, llamados andalucíes, posteriormente, por los árabes y que se resistían a ser absorbidos por el Islam. Cuando el Emirato de Córdoba quiso dominar en todo el al-Andalus, Omar Ibn Hafsum contó con los españoles de la Cora de Elvira, cuya capital actual es Granada, y su refugio la Alpujarra.
Después de la conquista de Granada por los Reyes Católicos, la Alpujarra, fiel a sus características, fue igualmente refugio para los moriscos. Los temibles Monfíes de la Alpujarra, más que malhechores, fueron enemigos implacables contra los de su misma raza, para conservar su independencia. Las huellas de aquella gente feroz quedaban marcadas con sangre, ya en los humeantes escombros de un pueblo arrasado, o en los cadáveres arrojados en los barrancos, o en los linderos de los caminos. Tanto las cuadrillas de la Santa Hermandad, como los soldados de los Tercios pagaban con sus vidas las emboscadas, o el enfrentamiento con los Monfíes. Algunos nombres como el Nacoz de Nigüelas, el Partal de Narila, fueron ejemplo de terrorismo. Estos grupos Monfíes vivían en la sierra, se albergaban en cuevas o hendiduras de las rocas, siempre dispuestos al asalto y al combate.
Las pequeñas cuevas de la Alpujarra, tantas veces usadas como almacén de cereales y otras provisiones, también fueron buenos refugios para mujeres y niños moriscos (1570-71). Los españoles los perseguían hasta allí mismo y los expulsaban con humo, con lo que muchos murieron asfixiados, otros sacados vivos se vendía como esclavos. Nada más esclarecedor que algunos textos de Hurtado de Mendoza, Mármol de Carvajal y Pérez de Hita para comprobar esta realidad.
"En una gruta cerca de los Bérchules, se mantuvo escondido Aben Aboó, sucesor de Aben Humeya, junto con su familia, cuando ya su causa estaba totalmente perdida. Allí lo asesinaron dos amigos suyos, que enviaron su cadáver, atado a un caballo, como si fuera cabalgando, a sus enemigos de Granada" (Hurtado de Mendoza, p. 243). Los tajos del Reyecillo, frente a los Bérchules, fueron también refugio para Fernando de Válor, en la misma época de la rebelión de los moriscos.
"Aben Farax... encubierto en Güéjar... tan aborrecido de los moros como de los cristianos¼ Cuando Mondéjar triunfa en la Alpujarra, y Humeya queda solo, Farax huye a Güéjar y queda allí olvidado. A un amigo suyo, tintorero converso, lo convence de que deben entregarse a la Inquisición. Marchan, pero mientras Farax duerme, el tintorero le abre la cabeza con una piedra muy grande y lo tulle a palos, en la cueva donde estaban escondidos... dos noches y un día más tarde, unos moriscos de Güéjar lo encontraron a Farax hecho una masa sanguinolenta y agusanado; lo llevaron a Güéjar, lo curaron, pero Farax quedó ciego e informe, tienen que alimentarlo por una caña que le metían, por un pequeño agujero que le había quedado en la boca" (Hurtado de Mendoza, p. 289).
"Habíanse recogido en Güejar con Pedro de Mendoza el Hoscein tantos moros que, además... del presidio... que eran seiscientos hombres, se juntaban a veces tres y cuatro mil con los capitanes Xoaibí, Choconcillo (degollador), el Mocox y el Mojajar y otros (Hurtado de Mendoza, p. 318).
En la conquista de Güéjar Sierra, "la cabeza era Xoaybi (natural de Güéjar Sierra), por otro nombre llamado Pedro de Mendoza, que este apellido tomaban muchos por la naturaleza que tenía en la sierra la casta del marqués Iñigo López de Mendoza (primer Capitán General), Hoscein, Caracaxal turco, Chocón (que en su lengua quiere decir degollador), Macox, Moxaxar y otros... con la seguridad de la montaña... muchas mujeres, muchachos y viejos de lugares vecinos, que no querían apartarse de sus casas proveídos de pan y carne en abundancia... entendieron, días antes, la ida de don Juan y tuvieron tiempo de salvar lo mejor de su ropa, sus personas y ganado..." (Hurtado de Mendoza, p. 327). Mármol de Carvajal: "... los centinelas huyeron a Güéjar y los moriscos, preparados empezaron la huida a la Sierra Nevada, cruzando el cristalino río Genil". Se ocupó el lugar y el fuerte; la resistencia fue en el barrio bajo, junto al río, donde los escopeteros hacían frente para que las mujeres pudieran huir" (Hurtado de Mendoza, p. 327).
Pérez de Hita: "llegado el señor don Juan a donde estaba el duque, se tuvo noticia de que a la falda de la sierra habían aparecido grande cantidad de moros, según parecían blanqueando"... los cristianos creyeron que eran las moras que huían y fueron a saquearlas, "mas llegando fueron recibidos con gentil descarga de arcabucería, porque eran moros dallí a Válor, donde estaba Aben Aboó con su campo... En que matan al capitán Quijada de una pedrada en la cabeza..." (Hurtado de Mendoza, p. 329).
Aben Aboó reprendió a los moriscos que habían abandonado Güéjar..., el turco Noayte la contestaba "¿cómo en un presidio sin murallas y de poca importancia, quieres tú Abenaboó que resistiesen los soldados, sabiendo tú que tus fuerzas y las nuestras están en la fragosidad de las sierras nevadas?" (Hurtado de Mendoza, p. 330). Mucho más adelante, la Alpujarra fiel a sus características de difícil acceso, fue también foco de resistencia a la invasión napoleónica, que nunca pudo conseguir más ocupación que la simple del suelo que pisan sus soldados... Historia que vuelve a repetirse en la Guerra Civil de 1936, los grupos de maquis tenían su fortaleza y refugio en la sierra.
El término municipal de Pórtugos forma parte del Parque Natural de Sierra Nevada, y se ubica en su vertiente sur. En la carretera que une Pitres con Trevélez, goza de la característica esencial que define la imagen de los pueblos alpujarreños: una arquitectura singular en sus viviendas, perfectamente adaptadas a lo quebrado del terreno y a la climatología de la zona, que se ordenan en estrechas calles donde perdura la memoria de su pasado morisco.
El municipio seguramente sea de origen romano; al menos así lo acredita su origen etimológico. Pórtugos, procedería del latín, Portus, entendido como "puerto", o "lugar de paso". No obstante de esta época no quedan restos. Fue durante el período musulmán, cuando la comarca y especialmente Pórtugos se desarrolló. La actual estructura de regadío, con un sistema de "acequias de careo" en la sierra, que filtran el agua por todo el monte para que luego mane en fuentes; un territorio con mucho desnivel, que se ha tenido que adaptar al cultivo, construyendo terrazas; así como la estructura en barrios del municipio, es una herencia plenamente musulmana. En el siglo XVI el pueblo estaba dividido en dos núcleos de población, Pórtugos propiamente dicho, y Lauxar o El Lauxar, seguramente un barrio separado, pero cercano al pueblo.
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Sierra Nevada. Refugio y defensa
Sierra Nevada ha sido, muchas veces, a través de la historia, un codiciado refugio. Las cordilleras Béticas con una extensión de 500 kilómetros de longitud, desde el cabo de la Nao hasta Gibraltar, son una auténtica barrera. Estas cordilleras son el mayor conjunto orográfico y están formadas por dos alineaciones casi paralelas de montañas, llamadas costera y cordillera Bética. Las depresiones entre ambas forman un surco Intrabético que es la mayor línea de comunicación interna entre el Mediterráneo y el golfo de Cádiz.
Sierra Nevada en general y, sobre todo, la Alpujarra, recostada en su ladera sur y dividida en dos por el valle sinclinal que forman Sierra Nevada y la Contraviesa, surcado por el río Guadalfeo, siempre fue un foco específico de refugio de montaña, tanto para resistir a los que desde fuera intentaban penetrar en ella, como para los refugiados en su interior que trataban de conquistar las tierras periféricas a la región. Textos romanos hacen referencia y son una prueba de esta realidad. Ayer como hoy, aislamiento y fragosidad son las características de esta región. Como decía Hurtado de Mendoza: "La Alpujarra es montaña áspera, valles al abismo, sierras al cielo, caminos estrechos, barrancos y derrumbaderos sin salida".
Con la invasión musulmana la sierra se convirtió en el principal núcleo de resistencia españolista; eran los hispanovisigodos, llamados andalucíes, posteriormente, por los árabes y que se resistían a ser absorbidos por el Islam. Cuando el Emirato de Córdoba quiso dominar en todo el al-Andalus, Omar Ibn Hafsum contó con los españoles de la Cora de Elvira, cuya capital actual es Granada, y su refugio la Alpujarra.
Después de la conquista de Granada por los Reyes Católicos, la Alpujarra, fiel a sus características, fue igualmente refugio para los moriscos. Los temibles Monfíes de la Alpujarra, más que malhechores, fueron enemigos implacables contra los de su misma raza, para conservar su independencia. Las huellas de aquella gente feroz quedaban marcadas con sangre, ya en los humeantes escombros de un pueblo arrasado, o en los cadáveres arrojados en los barrancos, o en los linderos de los caminos. Tanto las cuadrillas de la Santa Hermandad, como los soldados de los Tercios pagaban con sus vidas las emboscadas, o el enfrentamiento con los Monfíes. Algunos nombres como el Nacoz de Nigüelas, el Partal de Narila, fueron ejemplo de terrorismo. Estos grupos Monfíes vivían en la sierra, se albergaban en cuevas o hendiduras de las rocas, siempre dispuestos al asalto y al combate.
Las pequeñas cuevas de la Alpujarra, tantas veces usadas como almacén de cereales y otras provisiones, también fueron buenos refugios para mujeres y niños moriscos (1570-71). Los españoles los perseguían hasta allí mismo y los expulsaban con humo, con lo que muchos murieron asfixiados, otros sacados vivos se vendía como esclavos. Nada más esclarecedor que algunos textos de Hurtado de Mendoza, Mármol de Carvajal y Pérez de Hita para comprobar esta realidad.
"En una gruta cerca de los Bérchules, se mantuvo escondido Aben Aboó, sucesor de Aben Humeya, junto con su familia, cuando ya su causa estaba totalmente perdida. Allí lo asesinaron dos amigos suyos, que enviaron su cadáver, atado a un caballo, como si fuera cabalgando, a sus enemigos de Granada" (Hurtado de Mendoza, p. 243). Los tajos del Reyecillo, frente a los Bérchules, fueron también refugio para Fernando de Válor, en la misma época de la rebelión de los moriscos.
"Aben Farax... encubierto en Güéjar... tan aborrecido de los moros como de los cristianos¼ Cuando Mondéjar triunfa en la Alpujarra, y Humeya queda solo, Farax huye a Güéjar y queda allí olvidado. A un amigo suyo, tintorero converso, lo convence de que deben entregarse a la Inquisición. Marchan, pero mientras Farax duerme, el tintorero le abre la cabeza con una piedra muy grande y lo tulle a palos, en la cueva donde estaban escondidos... dos noches y un día más tarde, unos moriscos de Güéjar lo encontraron a Farax hecho una masa sanguinolenta y agusanado; lo llevaron a Güéjar, lo curaron, pero Farax quedó ciego e informe, tienen que alimentarlo por una caña que le metían, por un pequeño agujero que le había quedado en la boca" (Hurtado de Mendoza, p. 289).
"Habíanse recogido en Güejar con Pedro de Mendoza el Hoscein tantos moros que, además... del presidio... que eran seiscientos hombres, se juntaban a veces tres y cuatro mil con los capitanes Xoaibí, Choconcillo (degollador), el Mocox y el Mojajar y otros (Hurtado de Mendoza, p. 318).
En la conquista de Güéjar Sierra, "la cabeza era Xoaybi (natural de Güéjar Sierra), por otro nombre llamado Pedro de Mendoza, que este apellido tomaban muchos por la naturaleza que tenía en la sierra la casta del marqués Iñigo López de Mendoza (primer Capitán General), Hoscein, Caracaxal turco, Chocón (que en su lengua quiere decir degollador), Macox, Moxaxar y otros... con la seguridad de la montaña... muchas mujeres, muchachos y viejos de lugares vecinos, que no querían apartarse de sus casas proveídos de pan y carne en abundancia... entendieron, días antes, la ida de don Juan y tuvieron tiempo de salvar lo mejor de su ropa, sus personas y ganado..." (Hurtado de Mendoza, p. 327). Mármol de Carvajal: "... los centinelas huyeron a Güéjar y los moriscos, preparados empezaron la huida a la Sierra Nevada, cruzando el cristalino río Genil". Se ocupó el lugar y el fuerte; la resistencia fue en el barrio bajo, junto al río, donde los escopeteros hacían frente para que las mujeres pudieran huir" (Hurtado de Mendoza, p. 327).
Pérez de Hita: "llegado el señor don Juan a donde estaba el duque, se tuvo noticia de que a la falda de la sierra habían aparecido grande cantidad de moros, según parecían blanqueando"... los cristianos creyeron que eran las moras que huían y fueron a saquearlas, "mas llegando fueron recibidos con gentil descarga de arcabucería, porque eran moros dallí a Válor, donde estaba Aben Aboó con su campo... En que matan al capitán Quijada de una pedrada en la cabeza..." (Hurtado de Mendoza, p. 329).
Aben Aboó reprendió a los moriscos que habían abandonado Güéjar..., el turco Noayte la contestaba "¿cómo en un presidio sin murallas y de poca importancia, quieres tú Abenaboó que resistiesen los soldados, sabiendo tú que tus fuerzas y las nuestras están en la fragosidad de las sierras nevadas?" (Hurtado de Mendoza, p. 330). Mucho más adelante, la Alpujarra fiel a sus características de difícil acceso, fue también foco de resistencia a la invasión napoleónica, que nunca pudo conseguir más ocupación que la simple del suelo que pisan sus soldados... Historia que vuelve a repetirse en la Guerra Civil de 1936, los grupos de maquis tenían su fortaleza y refugio en la sierra.
Waypoints
Intersection
5,043 ft
GR-7
Se coje el gr7 en la bajada
Waypoint
5,611 ft
CAMINO JABALI
Aquí se inicia otra verea que baja hasta Portugos.
Comments (1)
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Information
Easy to follow
Scenery
Difficult
La bajada impresionante !!! Es un camino por el que está prohibido pasar con la bici ,,,,, mucho cuidado con los forestales y el seprona ,,,,,, merece la pena jugársela !!!