Pueblo Salado-Mazarrón-Cabezo de Las Coronas-Vía Verde de Mazarrón-Compendio de Minas. Anthercas

Salimos pedaleando por el carril bici de Pueblo Salado en Puerto de Mazarrón, hacia los invernaderos de La Totanera.

Desde la depuradora de aguas, atravesamos la Rambla de las Moreras, cruzamos por el puente internándonos en el pueblo de Mazarrón buscando el cementerio; no estamos acabados, es la referencia de entrada a la Sierra del Algarrobo, aunque pasando por debajo de la Autopista de La Mediterranía (E-15).

Antes de llegar a Los Rincones, torcemos en ascenso por la Rambla de la Culebra hacia el Cabezo de Las Coronas (229 m).

La pista se retuerce y acaba perdiendo altura hasta la Rambla del Algarrobo; la seguimos un trecho pero en subida se torna muy exigente, volvemos a la pista desistiendo llegar a la Hoya de los Izquierdos por ella.

Vemos las ruinas del Cortijo de Los Pitones, comentando la existencia tan dura de sus antiguos moradores, al igual que en el siguiente caserío semiderruido.

El paisaje árido a base de palmitos, solitarias palmeras, salpicado de olivos e higueras, junto a los restos de un antiguo acueducto, nos transporta a otra época y lugar.

Salimos a la carretera de la Pinilla (RM-E19) cortando la Rambla de las Yeseras, pasamos junto a la urbanización Mazarron Country Club, para tomar la recién inaugurada Vía Verde de Mazarrón.

Formando el dúo “Patas Inquietas” y “Culo de mal asiento” no podíamos haberla seguido de bajada como haría cualquiera, en cambio optamos por abandonarla por La Solana, y acabamos dando la vuelta en una micro urbanización sin salida.

Al menos pasamos por el bello Cortijo de La Solana (Casa-Torre), antes de seguir por asfalto (RM-607) camino de Mazarrón.

Nos resarciremos en el Compendio de Minas del Cerro San Cristóbal.

Tras los fenicios, los romanos explotaron los cotos de Mazarrón, San Cristóbal y Los Perules, las Pedreras y el más importante, Coto Fortuna (perteneciente a la Societas Montis Argentari Ilvro), extrayendo minerales de plomo y plata, gracias a la excelente zona geológica, fácil acceso al mar y cercanía a Carthago Nova (centro de distribución de las materias primas).

Admirable la capacitación de los ingenieros romanos, al realizar extracciones de mineral a gran profundidad, evacuar aguas subterráneas, transportar o elevar el mineral desde los pozos y galerías de laboreo.

También dispusieron en Mazarrón de una factoría de salazones donde producir el garum (salsa realizada con las vísceras del pescado), condimento gastronómico muy apreciado y caro, además realizaron una explotación salina en la laguna interior de la Bahía de Mazarrón.

A mitad del siglo XV se descubre el “alumbre” (sulfato de alúmina y potasio), usado para fijar los colores en la industria textil, la elaboración del vidrio y medicinas, era exportado a Bélgica, Holanda e Inglaterra.

En el año 1572, gracias al auge de la minería del alumbre, se establece una población fija en torno al Cabezo de San Cristóbal, siendo concedido por Felipe II, el título de villa independiente de Lorca.
A finales del XVI, dejó de ser rentable la explotación del alumbre, debido a la competencia italiana, los impuestos fiscales y los conflictos con Flandes e Inglaterra, principales importadores.
La almagra (óxido de hierro rojo), sustituyó al alumbre durante los siglos XVII y XVIII, era adquirido por la Real Hacienda.

Satisfechos y sobrecogidos por este paraje de otro planeta, a base de variados ocres, rojizos matices, amarillentos terrosos y negruzcos tonos, plasmados en las abiertas heridas de sus horadadas laderas, donde aún rezuman tóxicos ácidos, provocados por la mezcla de residuos minerales no tratados, iniciamos la vuelta por la pista junto a la Rambla de Los Rincones.

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