Quedada de las Sendas de Vega de Espinareda

Track de la Quedada organizada por el club Bikers Vega, a través de los parajes de las sendas de Vega de Espinareda. Estupendamente organizada, con los recorridos de las sendas muy limpios, e impecablemente señalizados con balizas nuevas, y ante todo, aprovechando el entorno de lo que es la antesala de los Ancares, lo cual lo dice todo.
Las sendas recorridas, fueron por este orden, la Senda de Penalba, continuando por las zetas de bajada a San Vicente, el camino de Invierno, y la bajada de las Calangras hasta el Puente del Amor, y su continuación por la vera del río Cúa, hasta el Puente Bonito, a salir a Valle de Finolledo.
Todas ellas son de dificultad media; no tienen grandes obstáculos, incluso la primera de ellas se podría calificar como fácil. El resto, cuentan con tramos con escalones o cortados de piedra, y alguna trialera a superar hacia arriba. Con una bici rígida (como es el caso, y así lo advirtió la organización) ello conlleva una dosis extra de trabajo físico, para contrarrestar el déficit de tracción que puede dar una montura de este tipo con respecto a una doble. Sin embargo, se superaron todos los obstáculos sin demasiado problema.
Por el camino hacia la bajada de las Calangras, en el km 20,35, encontramos el inicio de la senda del Mangao, que no se incluyó en el recorrido del track de hoy, pero que queda en la "recámara" para ir a conocerla otro día.
Por orden de recorrido, comenzamos en la Senda de Penalba, recientemente balizada por los integrantes del Club. La hacemos tomándola desde Espinareda de Vega hacia Ocero, en sentido contrario al que ya he transitado por ella en otras ocasiones.
(https://es.wikiloc.com/rutas-mountain-bike/ponferrada-ocero-espinareda-de-vega-el-espino-vega-de-espinareda-san-vicente-espanillo-cacabelos-po-77888145)

El recorrido de la misma es, como explicaba más arriba, bastante sencillo. No tiene apenas piedras ni obstáculos, y permite ir disfrutando del entorno, en función de la velocidad de paso que se quiera imprimir a la rodada.
Poco antes de llegar a la pista que, naciendo en Ocero, nos conduciría a las Zetas de bajada a San Vicente, giramos a la derecha para seguir sendeando, cambiando ya el tipo de firme que pisamos, con piedra suelta, y alguna losa de granito con pequeños saltos, que hacen trabajar, sobre todo al piloto de una bicicleta rígida, para hacer con las piernas las veces de "amortiguadores".
Entroncamos con el inicio de las zetas de bajada a San Vicente. Tramo más ancho, más inclinado, y por ende, más rápido; ojo ya que hay multitud de pequeños cortes en las grandes losas de piedra que conforman el suelo, así que mal sitio para tener un despiste que conlleve una caída...
En uno de los vértices de la bajada, está el inicio del camino de Invierno, que nos llevará, perdiendo altitud, a la vera del río a enlazar con el camino que viene desde Vega de Espinareda, junto al Cúa. Este tramo tiene puntos muy concretos un tanto más técnicos, sin olvidar que se discurre por una senda estrecha, superando en todo momento pequeños obstáculos en el suelo, y ello, a cierta altura y sin "quitamiedos" en forma de vegetación a la que asirse del lado del barranco. Precaución...
Llegados al camino, giramos a la izquierda, cruzando el puente sobre el río, y pisteamos hasta llegar a San Vicente. Justo antes de entrar en el pueblo, tomamos un ramal que nos sale a la derecha y hacia arriba, empinadísimo, con un primer arreón del 17%, donde (aquí si) las bicis rígidas de XC demuestran la valía de su ligereza. Subimos en dirección hacia el Alto de San Bartolo, hasta que, pisteando, llegamos al inicio de la bajada de las Calangras. Ésta es, quizá, la senda más exigente del día, sin que sea excesivamente complicado sortear los obstáculos que se presentan en forma de cortados y bloques de piedra; conforme vamos perdiendo altura, el terreno va siendo menos accidentado, hasta llegar al puente a través de un suave descenso por el sendero. Cruzamos el río y continuamos, siempre con la orilla del mismo a pocos metros, en continuos sube-baja, que sin dificultad técnica, si que exigen fuerza física para superar los toboganes que vamos encontrando. Al llegar a la baliza que nos indica la dirección hacia el Puente Bonito, o a San Martín de Moreda, ponemos rumbo hacia el primero, convirtiéndose a partir de aquí el trazado de la senda en un recorrido muy fácil, apto para cualquier nivel.
Poco después, volvemos a pistear, y nos vamos acercando a Valle de Finolledo, a donde, una vez llegados, tomamos la carretera, para superar un pequeño repecho antes de lanzarnos como flechas hacia Vega de Espinareda, donde daremos por acabada la ruta, cruzando el puente de piedra junto a la playa fluvial.
En Vega daremos buena cuenta de una opulenta comida que hemos reservado en uno de los restaurantes del pueblo, colaborando así con la actividad hostelera local.
Vuelta a Ponferrada, con la montura en el portabicis, a la cual le doy, a la llegada, el, como siempre, merecidísimo lavado y engrase, que se lo ha ganado.
Día hecho!!!