Quesada - Huesa - Estación de Huesa - Larva - Ques
near Quesada, Andalucía (España)
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Itinerary description
Ruta bonita y exigente, caracterizada por lo cambiante del paisaje que vamos a atravesar.
Desde la parte alta de Quesada, junto al campo de fútbol, comenzamos la excursión subiendo por la carretera (con buen arcén) un repecho de un par de kilómetros hasta el Paso del Aire que nos servirá para calentar las piernas. Desde el mirador, podremos divisar un panorama increíble, que abarca desde las sierras de Cazorla y las Villas, la Loma de Úbeda, el valle del Guadalquivir, Sierra Mágina y las sierras que hay al este y sureste de este macizo, como la Serrezuela de Jódar y el cerro que domina Larva, que habremos de rodear.
Continuamos por la carretera, alternando largos y rápidos descensos con repechos ascendentes. Al llegar a Huesa, giramos a la derecha en la rotondilla y atravesamos el pueblo en línea casi recta. Tras hacer el stop que encontramos en un cruce de caminos, seguimos de frente, descendiendo, hacia Pozo Alcón. En un par de kilómetros, sale a nuestra derecha una carreterilla que se dirige hacia los Picos del Guadiana, que venimos viendo desde un rato antes. La carretera es muy estrecha, pero acaban de asfaltarla (septiembre de 2014). Superamos un repechín y bajamos curveando hasta encontrar un cruce en el que el asfalto empeora mucho. El camino de la derecha, que baja hacia un barranco, lleva de vuelta a Huesa. Tomamos, pues, el ramal izquierdo. Sorteamos baches y agujeros y, unos cientos de metros más abajo, ignoramos el camino de la derecha (que sigue por el barranco por el que veníamos) y tomamos el de la izquierda, que baja directo hacia el Guadiana Menor.
En el puente sobre el Guadiana Menor ya podemos apreciar el pedazo de rampa que nos espera, la peor de toda la subida, para comenzar los 11 kilómetros de ascenso que nos separan de la cañada real que atraviesa los llanos de la Estación de Huesa. Pasamos el puente y tomamos el camino de la derecha, para enfrentarnos a esa rampa con desniveles de dos cifras, con un pavimento de cemento lleno de jorobas que dificulta la progresión. Superado el primer obstáculo, proseguimos la marcha por una pista con piedra suelta que, por el poco desnivel que tiene, no presenta grandes problemas. A lo largo de la subida, encontramos dos cruces. En el primero, a unos dos kilómetros y pico del puente, debemos ignorar una pista con dos accesos que desciende hacia Collejares por nuestra derecha. En el segundo, algo más arriba, ignoramos la carreterilla asfaltada que sigue hacia Larva (señalizada), también a la derecha. Siempre ascendiendo, pues, en cada curva vamos ganando vistas de las sierras que dejamos atrás y del altiplano de Pozo Alcón, así como del Cambrón.
Tras unos 9 kilómetros de ascenso, la pista encara una larga recta que desciende un poco y vuelve a ascender hasta que lleguemos al siguiente cruce, en el que desembocamos en la pista que une la estación de Cabra con Larva. Un stop y otras señales nos indican que este es el cruce principal. Giramos a la derecha y, en pocas pedaladas, veremos a nuestra izquierda la estación de Huesa, sin tráfico ferroviario desde que los próceres de la patria decidieron que el AVE es más importante que la única posibilidad rápida de entrar y salir de estas tierras.
Como excursión optativa (recomendable), podemos visitar las ruinas de las viviendas trogloditas, todo un salto en el tiempo. Para ello, continuamos por el carril que sigue a la calle por la que entramos a la estación, en dirección oeste. Pedaleamos junto a las vías, atravesamos el paso a nivel y seguimos por el carril. Pasamos junto a un cortijo en ruinas y, descendiendo hacia el riachuelo, llegamos a las cuevas. Tras la visita, el camino de vuelta es el mismo que el de ida.
Desde la estación de Huesa, retomamos el carril en dirección norte y, alternando subidas y bajadas, disfrutamos de las vistas de las sierras y los barrancos hasta llegar al cruce con la carretera de Cabra, que sale a nuestra izquierda. Ignoramos esa opción y continuamos de frente por el asfalto hasta Larva, donde podemos (y debemos) reponer fuerzas.
Dejando atrás Larva, la carretera desciende trazando un par de curvas amplias y, en unos dos kilómetros, vemos, en mitad de una recta, una carretera que sale a nuestra derecha (este). Tomamos la carretera y, después de un rápido descenso con tramos endiablados (desnivel del 10% y curvas muy cerradas), llegamos a Cortijuelo. Atravesamos la aldea y encontraremos el célebre vado del Guadiana Menor que suele dejar al vecindario aislado de la otra orilla. Atravesamos el vado y, tras pasar el caserío de Collejares, alcanzamos la carretera que une Pozo Alcón y Huesa con Úbeda. Giramos a la izquierda y seguimos la carretera hacia el norte durante un breve trecho. Pasamos un puente sobre un barranco y veremos dos cortijos, uno enfrente del otro. Justo detrás del que hay a la derecha, sale la pista hacia Lacra, que debemos tomar.
La pista de Lacra es ancha y llana en los primeros metros, pero, después de unas casas, empieza a empinarse hacia arriba y nos hará dar lo mejor de nosotros/as mismos/as para poder superar las rampas sin meter el plato pequeño. Aunque hay solamente unos cinco kilómetros hasta encontrar de nuevo el asfalto, las piernas, cansadas por la acumulación de esfuerzos, se quejarán mucho. Una última rampa criminal, con piedrecilla suelta, y llegaremos a Lacra.
Girando a la izquierda, veremos el último esfuerzo del día, el kilómetro y medio al 6-7% que nos separa del Paso del Aire. Subimos con valentía y un último descenso vertiginoso nos conducirá de vuelta al punto de partida.
Desde la parte alta de Quesada, junto al campo de fútbol, comenzamos la excursión subiendo por la carretera (con buen arcén) un repecho de un par de kilómetros hasta el Paso del Aire que nos servirá para calentar las piernas. Desde el mirador, podremos divisar un panorama increíble, que abarca desde las sierras de Cazorla y las Villas, la Loma de Úbeda, el valle del Guadalquivir, Sierra Mágina y las sierras que hay al este y sureste de este macizo, como la Serrezuela de Jódar y el cerro que domina Larva, que habremos de rodear.
Continuamos por la carretera, alternando largos y rápidos descensos con repechos ascendentes. Al llegar a Huesa, giramos a la derecha en la rotondilla y atravesamos el pueblo en línea casi recta. Tras hacer el stop que encontramos en un cruce de caminos, seguimos de frente, descendiendo, hacia Pozo Alcón. En un par de kilómetros, sale a nuestra derecha una carreterilla que se dirige hacia los Picos del Guadiana, que venimos viendo desde un rato antes. La carretera es muy estrecha, pero acaban de asfaltarla (septiembre de 2014). Superamos un repechín y bajamos curveando hasta encontrar un cruce en el que el asfalto empeora mucho. El camino de la derecha, que baja hacia un barranco, lleva de vuelta a Huesa. Tomamos, pues, el ramal izquierdo. Sorteamos baches y agujeros y, unos cientos de metros más abajo, ignoramos el camino de la derecha (que sigue por el barranco por el que veníamos) y tomamos el de la izquierda, que baja directo hacia el Guadiana Menor.
En el puente sobre el Guadiana Menor ya podemos apreciar el pedazo de rampa que nos espera, la peor de toda la subida, para comenzar los 11 kilómetros de ascenso que nos separan de la cañada real que atraviesa los llanos de la Estación de Huesa. Pasamos el puente y tomamos el camino de la derecha, para enfrentarnos a esa rampa con desniveles de dos cifras, con un pavimento de cemento lleno de jorobas que dificulta la progresión. Superado el primer obstáculo, proseguimos la marcha por una pista con piedra suelta que, por el poco desnivel que tiene, no presenta grandes problemas. A lo largo de la subida, encontramos dos cruces. En el primero, a unos dos kilómetros y pico del puente, debemos ignorar una pista con dos accesos que desciende hacia Collejares por nuestra derecha. En el segundo, algo más arriba, ignoramos la carreterilla asfaltada que sigue hacia Larva (señalizada), también a la derecha. Siempre ascendiendo, pues, en cada curva vamos ganando vistas de las sierras que dejamos atrás y del altiplano de Pozo Alcón, así como del Cambrón.
Tras unos 9 kilómetros de ascenso, la pista encara una larga recta que desciende un poco y vuelve a ascender hasta que lleguemos al siguiente cruce, en el que desembocamos en la pista que une la estación de Cabra con Larva. Un stop y otras señales nos indican que este es el cruce principal. Giramos a la derecha y, en pocas pedaladas, veremos a nuestra izquierda la estación de Huesa, sin tráfico ferroviario desde que los próceres de la patria decidieron que el AVE es más importante que la única posibilidad rápida de entrar y salir de estas tierras.
Como excursión optativa (recomendable), podemos visitar las ruinas de las viviendas trogloditas, todo un salto en el tiempo. Para ello, continuamos por el carril que sigue a la calle por la que entramos a la estación, en dirección oeste. Pedaleamos junto a las vías, atravesamos el paso a nivel y seguimos por el carril. Pasamos junto a un cortijo en ruinas y, descendiendo hacia el riachuelo, llegamos a las cuevas. Tras la visita, el camino de vuelta es el mismo que el de ida.
Desde la estación de Huesa, retomamos el carril en dirección norte y, alternando subidas y bajadas, disfrutamos de las vistas de las sierras y los barrancos hasta llegar al cruce con la carretera de Cabra, que sale a nuestra izquierda. Ignoramos esa opción y continuamos de frente por el asfalto hasta Larva, donde podemos (y debemos) reponer fuerzas.
Dejando atrás Larva, la carretera desciende trazando un par de curvas amplias y, en unos dos kilómetros, vemos, en mitad de una recta, una carretera que sale a nuestra derecha (este). Tomamos la carretera y, después de un rápido descenso con tramos endiablados (desnivel del 10% y curvas muy cerradas), llegamos a Cortijuelo. Atravesamos la aldea y encontraremos el célebre vado del Guadiana Menor que suele dejar al vecindario aislado de la otra orilla. Atravesamos el vado y, tras pasar el caserío de Collejares, alcanzamos la carretera que une Pozo Alcón y Huesa con Úbeda. Giramos a la izquierda y seguimos la carretera hacia el norte durante un breve trecho. Pasamos un puente sobre un barranco y veremos dos cortijos, uno enfrente del otro. Justo detrás del que hay a la derecha, sale la pista hacia Lacra, que debemos tomar.
La pista de Lacra es ancha y llana en los primeros metros, pero, después de unas casas, empieza a empinarse hacia arriba y nos hará dar lo mejor de nosotros/as mismos/as para poder superar las rampas sin meter el plato pequeño. Aunque hay solamente unos cinco kilómetros hasta encontrar de nuevo el asfalto, las piernas, cansadas por la acumulación de esfuerzos, se quejarán mucho. Una última rampa criminal, con piedrecilla suelta, y llegaremos a Lacra.
Girando a la izquierda, veremos el último esfuerzo del día, el kilómetro y medio al 6-7% que nos separa del Paso del Aire. Subimos con valentía y un último descenso vertiginoso nos conducirá de vuelta al punto de partida.
Waypoints
Provisioning
2,418 ft
Estación 11 - Larva
Intersection
2,507 ft
Estación 15 - Lacra
Provisioning
2,133 ft
Estación 2 - Huesa
Intersection
1,722 ft
Estación 4 - Cruce hacia el Guadiana Menor
Hay dos cruces consecutivos. En ambos debemos tomar el camino de la izqueirda (descendente, en ambos casos), dirigiéndonos siempre con claridad hacia el río.
Comments (2)
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He realizado la ruta, perfectamente descrito el recorrido. Es muy bonita.
Hola,
Hace mucho de la ruta pero ¿Creeis que se podría hacer con una bici de gravel?
No me parece que sea técnica.
Un saludo