Sabinares Calatañazor: Calatañazor-El Abuelo-Senda Chorrón-Cabrejas-Peñota La Calera-Fuentona-Abioncillo-Calatañazor (Soria)

Entorno espectacular, recorriéndolo por caminos tradicionales con encanto y, también, algunas sendas.

Esta ruta permite pedalear, entre otros, por el entorno de dos de las joyas de la provincia soriana: La Fuentona y Calatañazor, no sólo la villa sino también los sabinares con magníficos ejemplares (aunque la ruta no pasa por la zona declarada como reserva natural, aunque es muy recomendable visitarla una vez finalizada la ruta). Son lugares de obligada visita dentro de la geografía española, imprescindibles.

La ruta parte del aparcamiento situado a las afueras del pueblo 'medieval' de Calatañazor en dirección hacia los inmensos sabinares de la zona del Monte el Pedregoso y comenzar un recorrido espectacular por este paraíso natural.
La ruta, partiendo del aparcamiento, se inicia por el camino de Los Palomares, para, inmediatamente comenzar a subir, por un camino encajado entre rocas hasta la planicie del sabinar. Después de esta subida de un kilómetro, más o menos, se continua pedaleando por la plana durante unos 13 km, prácticamente es llano en este tramo se acumula muy poco desnivel. Se atraviesa el Monte del Pedragal, un amplio recorrido por el sabinar, pudiendo observar ejemplares magníficos y visitar el Rincón del Abuelo (tranquilidad, soledad y disfrute durante esta parte).
Este tramo de "llanura" termina a la altura de la Taina de las Verguillas. A partir de ahí un tramo un poco exigente, subiendo por el camino de la Tinada de los Arrieros hasta el Cerro de los Arrieros, a la pendiente (en torno aun 13%) se le añade la existencia de piedra suelta durante varios tramos.
Superado/coronado el Cerro del Arriero, una bajada con un posterior llaneo hasta las Tainas de la Llana, donde comienza una senda, al principio unos metros técnica, la senda del Chorrón de Fuentetoba, para bajar hasta Cabrejas del Pinar. Una senda de un kilómetro, más o menos, en los que se pierde mucha altura, tiene bastante desnivel (superior al 10%), por suerte es "hacia abajo" y se baja perfectamente.
Después de atravesar el núcleo urbano de Cabrejas se sale por una pista, poco más de un kilómetro para comenzara subir, de nuevo al sabinar, primero por el camino del Barranco de Peñas, y luego por el camino del Barranco de Fuenserrana hasta las proximidades del vértice de la Lastra, dos caminos apasionantes, robles, sabinas,...
Desde la zona de la Lastra una bajada larga, alternan tramos más rápidos con tramos más suaves, algunos tramos con alguna piedra suelta, técnicos (ojo). Se atraviesa la Taina Quemada y la explanada del pico del Portillazo para llegar a la zona de la Iruela, a la cerca del Alto del Molar. A partir de ahí un tramo relajado con falso llanos atravesando la Tinada de Peñotas, para, posteriormente, comenzar a subir al mirador de la Peñota. Buena subida al mirado/vértice geodésico, unos 300-400 m exigentes. Buenas panorámicas desde la Peñota.
Luego, un descenso, un poco técnico al principio (debido a piedra suelta y alguna pequeña cárcava en el camino) hasta Visera de la Ladera de Peñota, desde donde se vuelve a girar hacia el interior del sabinar hasta las Tinadas de la Calera. Es un tramo con falso llanos, pequeñas subidas y pequeñas bajas con poco desnivel, para seguir pedaleando entre sabinas.
Una vez superadas las Tinadas de la Calera se toma el camino El Caminazo en dirección al borde (recorrido favorable), hasta las proximidades de la sierra del Umbriazo. Después de superar un corral/majada se toma el camino de la Tenada del Cuervo, para continuar por una senda cerrada por vegetación, son unos 100-150 metros, en los que se puede pedalear pero la senda a desaparecido por la vegetación (para evitar esos 100-150 m se señala la alternativa).
Se vuelve al borde para comenzar el descenso a La Fuentona. Descenso (unos 700 m) muy técnico en su primera parte, y por fin ...La Fuentona. Por si sólo esta joya merece una visita a los sabinares. Parada obligatoria para disfrutar del entorno, surgencia de aguas subterráneas (coloridos, azules, turquesas y grises) y nacimiento del río Abión. Bastante concurrida.
Habiéndose deleitado con tan fantástico entorno, la ruta continúa por una senda de fácil recorrido que une el llamado "ojo de mar" y la cascada (por la garganta erosionada por el cauce del río). Esta senda cuenta con algún tramo un poco "urbanizado" con alguna zona con pasarelas. Después de superar la pasarela de madera (puente) sobre el arroyo, la senda es un zig-zag entre árboles (con formas curiosas, al igual que en otras partes del recorrido) acompañando las aguas del Arroyo dela Hoz hasta la cascada.
Al ser bastante frecuentada, la presencia de senderistas y andarines es abundante, ojo hay que pedalear sin molestar (tienen preferencia), incluso, mejor bajarse de la bici.
La cascada, seca en agosto, en época de lluvias se (sobre todo en primavera) se puede disfrutar de un estupendo salto de agua acompañando al río; pero pese a no llevar agua el entorno es espectacular, se pueden apreciar las paredes calizas, los cortados, y el colorido. Desde la cascada se vuelve por el mismo trayecto hasta la altura de la pasarela.
A partir de aquí el bosque de ribera comienza a ganar espacio, aunque todavía dominan la sabinas.
Se continúa por el sendero que va paralelo al cauce del río Abión disfrutando de sus aguas cristalinas y de los pequeños saltos de agua hasta llegar a la altura del puente donde se abandona esa camino-senda "urbanizada" de tierra para continuar por la senda de la margen izquierda del río. Con ello, además de disfrutar de una senda más atrayente, se evita molestar a los senderistas (pues prácticamente no iba nadie por ella). Se continúa disfrutando del acompañamiento del río Abión y comienza a predominar el bosque de ribera de ribera. Se llega a Muriel de la Fuente.
Desde Muriel se continua "descendiendo" el río Abión pero ahora por un camino hasta llegar a Abioncillo de Calatañazor (bonito, pero muy pequeño pueblo con arquitectura tradicional).
Se sale del pueblo por su parte sur tomando el camino hacia Blacos, entorno a un kilómetro por este camino-pista, pero ¡qué kilómetro!, más de la mitad es un buen repecho para remontar la cuesta de Abioncillo. Después de ese kilómetro se gira en dirección este, para volver a entrar en el bosque de sabinas; se atraviesa el Llano de la Magdalena o el Valle de la sangre (donde sufrieron la derrota las tropas de Almanzor, y éste su herida mortal, ¿leyenda?).
Ya se divisa la peña sobre la que esta el pueblo de Calatañazor, la ruta penetra por la zona sur por el Castillo, por lo que, una vez abandonado el Valle de la Sangre, se toma un camino bastante cerrado por vegetación herbácea, para acceder a la falda de la peña y poder subir a Calatañazor por la senda (después de pasar al lado de la necrópolis medieval) que bordea el Castillo (en ruinas), un buen repecho final (unos 50-70 m pero con algo más del 10% de desnivel).
Ya en el núcleo urbano de Calatañazor, toca disfruta de este bonito pueblo (uno de los más bonitos de España) y, finalmente, bajar al aparcamiento de la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad, donde se había iniciado la ruta.

Datos GPS: distancia 53,59 km; desnivel acumulado ascensión 856 m.

Ruta muy recomendable, tanto por el recorrido como (sobre todo) por el entorno, con dos fantásticas joyas naturales.