Salobre - San Pedro

Fin de la trilogía por las sierras albaceteñas de Segura y Alcaraz. Hoy toca volver al punto de partida, la ruta se presenta fácil y no tenemos mucha prisa en madrugar... el sol luce con ganas, pero un fuerte viento frío nos indica que el invierno sigue ahí. Por suerte, casi siempre soplará a favor.
Bajamos al estrecho del Hocino, una pequeña maravilla donde vemos a el nene cabrito, mama cabra y papá cabrón triscando entre las piedras, y tirándose por el muro que sujeta la carretera, ¡cuanta habilidad oigan!. El estrecho es bien hermoso, la verdad. Enseguida alcanzamos la N-322 otra vez, pero pronto la abandonamos. Cruzamos primero la antigua traza del tren, impracticable, y cuando vamos a cruzar el río Gaudalmena... el puente está fuera de su sitio, y con tanta agua, el vadeo es imposible. Así que desandamos el camino y, por variar y porque nos acerca más al final, tomamos otra pista marcada como ruta Quijote, en mal estado, llena de barro y charcos... volvemos al arcén de la carretera, que sólo abandonamos poco después de Alcaraz para acercarnos al santuario de Cortés (donde no ascendemos) y tomar, al fin, la vía verde de Alcaraz. La VV tiene un buen montón de túneles y algún que otro viaducto: en los viaductos el aire sopla de lo lindo, y en los túneles largos existe una buena iluminación. Funciona en casi todos, al menos, desde Alcaraz hasta las proximidades del pueblo de El Jardín; como alguna luz está fundida, y de El Jardín en adelante no hay iluminación que valga, es mejor llevarse una buena luz en la bici, no sólo la típica de carril bici para que te vean, no; una buena de verdad.
En los túneles largos las luces se encienden por tramos gracias a sensores de proximidad, pues bien, bajando a 30 km/h apenas dábamos tiempo a encender las luces, nuestros potentes focos nos vinieron muy bien.
La vía verde empieza cuesta arriba, llevadera como todos los antiguos trazados de ferrocarril, pero arriba al fin y al cabo, y se notan los kilómetros acumulados en las piernas, pero cuando llegamos a la estación de El Salinero y empezamos a bajar... como dos máquinas íbamos, viento a favor, cuesta abajo, culebreando entre la carretera y el Río del Jardín, completamente desbordado, inundados sus bosques de ribera, y nosotros a lo nuestro, cosiendo la montaña con los túneles... La VV está muy bien equipada, descansaderos bien equipados y agradables, con sombra y todo... sólo eché de menos mejores indicaciones de los pueblos que hay al lado, y más respeto por parte de los lugareños, que usan la VV como pista de cultivo, a pesar de la prohibición; en un túnel largo nos dieron un buen susto, al entrar un 4X4 sin ni siquiera dar las luces... lo peor del caso es que estábamos parados, probando la intensidad de nuestros focos.
Habíamos sopesado la posibilidad de seguir aún más fielmente el track de contrallano (http://es.wikiloc.com/wikiloc/user.do?id=22097) y llegar hasta Balazote, pero la idea de pelearnos con el viento en contra, entre Balazote y San Pedro, nos convenció de tomar un atajo carretero hasta San Pedro, inicio y fin de esta ruta alforjera de tres días