San Frutos 2022

Un año más volvimos a disfrutar de un estupendo día de bici, arreones, risas, birras, torreznos y cordero asado. Como para perdérselo!!!

Esta es la séptima edición del evento, para nosotros (los Tú Tiiiira) la segunda. Para los nuevos (Monty y Taco) la primera, pero no será la última, no.

Nota aclaratoria: dos grupos de amigos-ciclistas salen de dos localidades segovianas distintas para juntarse en La Ermita de San Frutos. Uno de Campo de San Pedro y otro desde Espirdo (el grupo del que escribe). Así que, lo que lees y ves es del grupo de Espirdo.

El día de antes, Wandar y yo nos trasladamos con nuestras furgos hasta Villaseca para dejarlas allí, para el día siguiente tener vehículos disponibles para bicis y ciclistas. Nos volvemos a casa esa misma tarde en bici de carretera.

Espirdo, poco antes de las 8:30 de la mañana, hora de salida, bajo la Mamba (mi bici de montaña) del coche del Autónomo y se me parte el soporte de enganche del Grillo (mi Garmin). Lo apañé con cinta aislante que me dejó el Autónomo. Caer no se caía, pero la cinta justo quedaba en medio de la pantalla, y para seguir la ruta, habrá momentos en que tenga que usar la intuición.

Salimos de Espirdo poco después de las 8:30 tras la foto de grupo, hacia Tizneros con un día que apuntaba bastante mejor que la edición de 2019 (donde nos llovió ¾ partes de la marcha).

Pasamos después por los pueblos de Basardilla, Santo Domingo de Pirón, Pelayos del Arroyo, torre Val de San Pedro, Valle de San Pedro…sin más complicaciones y a buen ritmo.

Tras subir el cuestón del día llegamos a Pedraza, donde nos esperaba Raúl, riendo a mandíbula batiente, grabándonos en vídeo, viendo cómo dábamos cabezazos para poder subir la cuestecita. Cuando llegaron todos, y tras tomar aliento de nuevo, fotos y a seguir:
Orejanilla, La Matilla. Avituallamiento. Ahí tenía Chevi su coche con tortilla, pan y sandía para reponer fuerzas, ya que el único bar del pueblo estaba de vacaciones. También agua fresquita para rellenar los botes vacíos o cambiar el agua caliente. Chevi, metió su bici en el coche y siguió como apoyo logístico.

Continuamos la ruta hasta que Wandar perdió una de las roldanas del cambio. Increíblemente Fonsi y Omar encontraron todas las piezas, tornillo incluido. Se lo montamos de nuevo a la Diabla (bici de Wandar), pero la rosca de la pata del cambio donde rosca el tornillo de la roldana tenía holgura y volvía a caerse la roldana.
Suerte que Chevi, como un km más adelante, esperaba con el coche escoba, donde Wandar, remolcado por el sherpa Omar, pudo cambiar de su bici por la de Chevi y continuar la marcha.

Y a seguir!! Valdesaz, Consuegra de Munuera y Villar de Sobrepeña, donde hubo reagrupamiento y relleno de botes de agua fresquita que nos dio Chevi.

Viene la zona más bonita de la ruta: la bajada al Río Duratón (ojo que tiene parte técnica), y el paseo por la sombra, a lo largo del río hasta llegar al mini puerto que sube hasta Villaseca, donde hubo que afilar el hacha…qué raro!!!

El trascurso por la orilla del Duratón es muy chulo, pero un día de fin de semana como hoy suele haber mucha gente paseando y muchos perros sueltos que lleva la gente, así que tranquilo y respeta a los que van andando que tienen prioridad sobre ti.

Tras el apretón hasta Villaseca: reagrupamiento y ya sí que sin arreones recorrimos los 4 kms que llevan hasta la Ermita de san Frutos, donde pudimos degustar los riquísimos torreznos que hace un compañero de los que vienen desde Campo de San Pedro, bajar hasta La Ermita, hacer fotos y volver hasta Villaseca para meter las bicis y los ciclistas en las furgos e irnos a San Miguel de Bernuy a tomar las merecidas birras y zamparnos el suculento cordero asado.

Este año sí Chevi: hicimos un Leaving Las Vegas, con el tercio en la piscina.

Y como otras veces, se repartieron premios simbólicos pero muy gratificantes a los que, de alguna manera, contribuyeron a la realización de la marcha.
Al de los torreznos, al del camión que recogió bicis en la Ermita, a Wandar por “Wonderful” y al que escribe estas líneas Premio Pulitzer por la difusión del evento en redes sociales. Ya ves, como si no fuera poco las birras, los torreznos y el cordero asado.

A año que viene repetimos, fijo.