Santiago, Campos Hernán Perea, Banderillas, Pinar Negro, Pino Galapan Don Domingo

De sobra es conocido y sabido, que el Parque Natural de Cazorla Segura y Las Villas con 214.000 hectáreas, es el más extenso de España y segundo de Europa, que la fauna que lo habita, es de las más extensas y ricas de todos los Parques Nacionales, y que en su vasta extensión figuran 23 municipios habitados por unos 80.000 habitantes.

De esos 23 municipios, uno de ellos es Santiago de La Espada-Pontones, siendo posiblemente la JOYA DE LA CORONA del Parque Nacional por toda la belleza natural que encierra, y su riqueza faunística.

Santiago-Pontones es la principal reserva natural de la Comarca de la Sierra de Segura y constituye el corazón del Parque Natural. Es un municipio con 684 Km2 de extensión, de los más grandes de Andalucía y probablemente el de población más diseminada; sus 4.172 habitantes ocupan más de 100 núcleos habitados. De los 4.172, aproximadamente, 1.500 están censados en Santiago de La Espada.
Del total de la superficie, sólo el 3% es tierra labrada, dedicada a cultivos herbáceos, ya que su especial climatología, la más fría de la provincia, impide el cultivo del olivo.

Tiene un clima continental-subhúmedo con matices de alta montaña, lo que se traduce en inviernos fríos que llegan a alcanzar cotas de -22ºC y veranos frescos y agradables. El periodo de heladas es pues, muy amplio, desde septiembre hasta abril, con un 20% de las precipitaciones en forma de nieve.

La accidentada orografía de Santiago-Pontones lo hace apto para los aprovechamientos forestales y ganaderos y lo dota de innumerables espacios naturales de interés, tanto por el paisaje, como por la fauna y la flora existentes, que van cambiando con la altitud que oscila entre los 600 y 1993 m, donde la nieve es presencia habitual en invierno.

En su suelo están las zonas más desertizadas y los árboles más extraordinarios, embalses y desfiladeros, nacimientos de ríos y cascadas, trazados angostos, macizos agrestes, enormes bosques de pino laricio con ejemplares que llegan a alcanzar los 30 m de altura, serán compañeros indispensables durante todo el recorrido y especialmente El Pino Galapán, impresionante monumento natural de 45 m de altitud y sobre cinco siglos de vida.

Aquí nace el río Segura y se pasea el Guadalquivir ofreciéndonos innumerables zonas de disfrute de la naturaleza, como los Llanos de Arance, Coto Ríos o el embalse de El Tranco, sin olvidar los parajes que conforma un afluente del río Segura, el Zumeta, de extraordinaria belleza.

Cada invierno, cuando los pastos de las zonas altas de la Sierra no son aprovechables, parte de la cabaña ovina segureña emprende el camino de bajada hacia los pastaderos de la Sierra Morena jiennense y manchega, donde pasa varios meses alimentándose de los pastos propiciados por la benignidad del clima invernal de las tierras bajas.
La raza segureña, autóctona de la zona, tiene un alto nivel de adaptación a sus características físicas y ambientales, desarrollándose en los espacios más abruptos y elevados, muy señaladamente en Santiago-Pontones, que tiene la mayor cabaña ovina de toda la provincia de Jaén.

El aislamiento que ha sufrido esta tierra a lo largo de muchos años, debido a sus especiales circunstancias geográficas ha hecho que muchas de las costumbres y modos de vida serranos se encuentren inalterados en la actualidad. En un recorrido por sus muchas aldeas podemos apreciar la gastronomía, las costumbres, el habla peculiar de sus habitantes e incluso contemplar aún cómo se realiza la trashumancia y por dónde discurren sus vías pecuarias.

Santiago-Pontones tiene dos localidades principales, Santiago de la Espada y Pontones, pero presenta en todo su municipio una gran cantidad de aldeas y cortijadas, muchas de ellas abandonadas y otras donde aún vive parte de la población.

A lo largo del valle del río Zumeta, desde su nacimiento hasta su unión con el río Segura, al este del territorio, se sitúan muchas de ellas.

En su cabecera, al sureste del municipio, numerosos arroyos discurren por los altos campos hasta unirse formando el río Zumeta. Es aquí, entre los Campos de Hernán Perea y la Vega de Santiago de la Espada donde encontramos una serie de núcleos de población que todavía mantienen en estado puro la sencilla vida de los pastores trashumantes. De sur a norte aparecen las aldeas de Don Domingo, El Patronato, El Cerezo, Los Cañuelos, Los Teatinos y Los Atascaderos, La Matea, Las Quebradas, La Huerta del Manco y Los Ruices, muy cerca ya de Santiago de La Espada.

Don Domingo con 20 habitantes y El Patronato con 55, se encuentran a más de 1.500 m de altitud, siendo de las más altas de la Comarca. Son ejemplos claros de aldeas de pastores de ovejas, la actividad histórica más importante de la Sierra y todavía en la actualidad una de las primeras.

La Matea es la aldea más importante de Santiago Pontones, tiene en torno a 350 habitantes. Situada a orillas del río Muso, es una alegre población, que sigue en proceso de crecimiento. Tiene otros núcleos cercanos como El Cerrico y Venta Lázaro.

Las tierras de Santiago Pontones, son origen de tres ríos.

RÍO SEGURA: nace en el paraje de Fuente Segura, cerca de Pontones y desde aquí baja hasta la Huelga Utrera, donde se une al río Madera que viene desde el norte formando un hermoso valle.

RÍO MADERA: nace en la falda del Almorchon, siendo el principal tributario del Segura, alimentando el Embalse de Anchuricas.

RÍO ZUMETA: Su origen es la unión de los Arroyos, río Frío y río Muso. Discurre por la Sierra de Segura, sirviendo de divisoria con la provincia de Granada primero y con la provincia de Albacete después y desembocando en el río Segura a la altura de las Juntas de Miller. En su curso se encuentra el embalse de la Vieja.




Una vez presentado el lugar por donde nos vamos a mover, esto es lo vivido en el primer día de ruta por esta maravillosa tierra.

RUTA REALIZADA EL 26/05/15
El año pasado, tuve la oportunidad de conocer los Campos de Hernán Perea, y nos quedamos sin subir a la cumbre señera de estas tierras: EL BANDERILLAS. Hoy aprovechando la generosidad de Emilio, que se ha prestado a ser guía de la ruta y acompañado por Fran y Jose, vamos a ella.

Iniciamos la ruta a las 13:15h desde Santiago por carretera a la Aldea de Don Domingo, punto de inicio para adentrarnos tanto en los Campos como en la Sierra de Castril. A los Campos de Hernán Perea, accedemos por el camino de la Rambla del Borbotón al Campo del Espino y a la falda del Banderillas y al Collado que asciende a la cima. Al llegar al Collado, las vistas del Barranco del Aguasmulas, sobrecogen.

Iniciamos la subida al Banderillas por un carril en fuerte ascenso al principio y con irregular plataforma. Restos de madera muerta y mucho guijarro (vamos..lo típico) para conforme asciende suavizarse en la pare intermedia, hasta que el carril se convierte en sendero. Ahí dejamos las bicis y el resto lo hacemos pateando. Al coronar, en la cima tenemos frente a nosotros las casetas de vigilancia del INFOCA. La nueva, y muy cerca la antigua. Decir que donde realmente estamos, es en la Cima de Peña Palomera. El Banderillas está muy cerca, en la misma cuerda, un poco más al norte, que es donde se sitúa el Vértice Geodésico. Decir que la diferencia de altura entre una y otra, es solo dos metros.

Desde aquí, lo que vemos, impresiona: Pinar Negro en toda su extensión. La Sagra, la Sierra de Castril, la Cuerda del Empanadas, la Sierra de Cazorla, el Embalse imponente del Tranco de Beas....¡¡¡¡es algo sublime!!!!

Después del atracón visual, toca bajar proseguir camino otra vez a los Campos, pero ahora a través de la inmensidad de Majadas de prados verdes que aglutina Pinar Negro, por el camino de Los Charcones a Rambla Seca. En el Tornajo de Rambla Seca, aguamos y hoy sí que sí, el agua no está fresca...¡¡¡está fresquísima!!! (la temperatura, ha bajado muchísimo últimamente, y por estos parajes con alturas sobre los 1.700 msnm aún más).

La gran "Autovía" que vertebra los Campos, hace que rodemos rápido, dejando atrás los refugios de Rambla Seca, Monterilla Y Cañada Humosa hacia el Arroyo de la Juan Fría, donde nos espera un monumento desconocido para mí, pero muy alabado por los conocedores de su presencia. Hablo del Pino Galapán, Un hermoso y extraordinario Pino Laricio (o Salgareño) de casi cincuenta metros de altura. ¡¡Impresionante!! una maravilla contemplarlo y estar junto a él. Yo era como una hormiga ante la envergadura de este ser lleno de vida y vitalidad, aún a pesar de sus quinientos años de vida.

Después de las fotos de rigor, continuamos hacía la Aldea de Don Domingo nuevamente, a una hora que ni es día, ni es noche, pero cada vez queda menos luz y esta se va apagando.
Conforme avanzamos por la carretera, se apaga el día, y aparece el frío acompañado de la noche. A las 22:15h entramos en Santiago de La Espada, finalizando una jornada inolvidable en compañía de Fran Jose y Emilio.
Espero volver a tener la oportunidad de compartir rutas y vivencias por parajes tan asombrosos, como en los que ahora m encuentro.