Serranía de Cuenca

Vamos a pasar un fin de semana en Cuenca con la familia y unos amigos y yo voy a aprovechar para hacerme una rutílla por la Serranía de Cuenca. Busco algún recorrido que pueda ser interesante y al final me decido a desempolvar el track de una ruta que hice hace mas de 20 años. En aquella ocasión la llamaron "La hoz de Uña". Se trata de un recorrido precioso de unos 40 Km. pero tengo que hacer kilómetros para preparar la Titán de la Mancha, asi que añado algunos kilómetros de carretera a la ruta.

Salgo poco después de la 8,00 h de la mañana del Camping Caraváning Cuenca. No he desayunado y la cafetería está cerrada. Además hace mucho frío. Llevo un cortavientos con lo que el cuerpo entra pronto en calor y las piernas también, pero las manos se me quedan heladas, tanto que casi no puedo apretar los botones del GPS. En los primeros kilómetros paso por delante de varios bares de carretera, pero están todos cerrados, llego a Villálba de Sierra y tampoco encuentro ningún sitio abierto. No puedo seguir sin desayunar, ya llevo 14 Km. y a partir de ahora empieza un buen tramo de subida. Entonces me acuerdo del Hotel El Tablazo, donde nos hemos alojado en alguna ocasión. Afortunadamente este si está abierto. Después de un buen desayuno ya se ven las cosas de otro color. Además cuando reempréndo la marcha hace una mejor temperatura. Comienzo la primera subida larga del día pasando por el Ventano del Diablo hasta llegar al collado donde se desvía la carretera de la Ciudad Encantada. Son unos 8 km de subida con varios descansillos. Bajo al pueblo de Uña y continuo por la carretera de Tragacete unos 8 km. mas siempre picando en subida, hasta llegar a la altura de la cola del embalse de La Toba, donde tomo el desvío que indica Las Majadas y Los Callejones. Aqui comienza el track que he cargado, pero yo ya llevo casi 40 Km. en las piernas. A partir del desvío la pendiente se acentúa progresivamente durante unos 8 km. hasta llegar a un collado en el que abandono la pista asfaltada para ir enlazando varios caminos con subidas y bajadas cortas en una zona de pinos donde constantemente se me van cruzando ciervos y gamos. Paso junto a un refugio en una bajada que invita a lanzarse, pero tengo que ser prudente porque voy solo y estoy en un lugar muy apartado y solitario. Llego a un cruce donde tomo un camino que va por el fondo de un barranco precioso y muy angosto. Es el barranco del Socarrál, En un tramo un poco mas abierto paso bajo a unas cuevas que se encuentran en la ladera de mi derecha. Un poco después paso por la fuente del Gargol y continuo bajando hasta llegar al Puntal de Tola, al borde del cortado, desde donde las vistas son impresionantes. Desde aquí podemos observar todo el farallón rocoso y la piscifactoría abajo en el valle. El camino continua durante tres kilómetros serpenteando por el borde del farallón, desde donde las vistas son indescriptibles. Los buitres sobrevuelan la zona, por encima de mi cabeza, pero también por debajo de mi. Paro en otro mirador desde donde se observa el pueblo de Uña y su laguna mas de 200 mas abajo de donde me encuentro. Llego al lugar donde el camino se separa del abismo y encaro una subida no muy larga, pero con mucha pendiente y piedra suelta. Tengo que echar pie a tierra. Cuando llego a lo que parece el final de la subida, compruebo que no termina, el camino continua subiendo. Aunque la pendiente sigue siendo fuerte y sigue habiendo piedra suelta, este tramo consigo subirlo pedaleando. Por fin corono e inicio una bajada hacia un caserío que resulta ser un Aula en la Naturaleza. El camino que traía hasta aqui por un frondoso pinar, se convierte ahora en una pista forestal en muy buen estado completamente despejada a ambos lados, ya que esta zona se quemo hace unos años y aún no ha sido repoblada, apenas quedan algunos pinos aislados. En apenas 2 km. de pista llego a un cruce donde retomo la pista asfaltada por la que subí esta mañana, a unos 8 km. del collado donde la abandone. Es un tramo que va picando en subida, sin sombra, ya que el incendio apenas dejo algunos pinos en pie, con el sol del mediodia picando y los kilómetros y el cansancio acumulados. Se me hace bastante pesado. Cuando corono el collado me las prometo muy felices, a partir de aquí es volver sobre mis pasos. Quitando la subida al desvío de la Ciudad Encantada es todo bajada o al menos favorable, sin embargo en la bajada un fuerte viente comienza darme de frente y me obliga a un sobreesfuerzo que no tenia previsto y para el que no había guardado fuerzas. Al pasar por el pueblo de Uña paro en un bar a reponer fuerzas y a descansar. Retomo la marcha con calma ante el persistente viento. Me quedan 25 km. de carreteras que dadas las circunstancias me tomo con calma. Ha sido una ruta preciosa. Espero poder repetirla pronto en compañía de amigos.