SIERRA DE LA DEMANDA [II]: Barbadillo de Herreros - Quintanilla Riopico (por la Via Verde)

Bueno, pues nuestro segundo día de aventura amanecimos a eso de las 8 y media o 9 de la mañana y después de asearnos y desayunar un buen tazón de café y sobaos pues nos pusimos a recoger los bártulos, vestirnos de romanos y salir de nuevo a dar pedales.Lo primero era reponer liquido en la fuente del pueblo y después salimos por una senda en dirección noroeste para ir a encontrarnos de nuevo en menos de 1 Km. con la vía verde.Eso si, un kilómetro con pendientes del 13% y una media de 8% que nos revolvió un poquito el desayuno, porque encima el firme no era nada bueno con piedras enormes y regueros muy amplios. Duro pero breve, y necesario si no queríamos volver atrás para coger el túnel que el día anterior ya vimos que no iba a estar iluminado para poder atravesarlo.

Haré una pausa para explicar un poquito la historia de la Vía Verde de la Demanda o del tren minero, que es el recorrido que vamos a seguir.

Es la historia de un tren imposible, la vida del ferrocarril minero de la Sierra de la Demanda es la historia de un sueño roto. Richard Preece Williams, de Manchester, obtuvo en 1895 la licencia para construir un ferrocarril que uniese las minas de la Demanda con Burgos. La intención era trasladar el mineral hasta Bilbao, así como prestar servicio de viajeros. El ferrocarril se construyó en los últimos años del siglo XIX y apenas llegó a funcionar hasta 1904 dado que no era rentable en absoluto. En 1920 se intentó recuperar el servicio por la compañía Minas y Ferrocarriles de Burgos, que realizó distintas obras, también en vano. Las dos locomotoras que quedaron abandonadas en las vías fueron vendidas en 1941, y éstas se desmantelaron poco más tarde. En 2004 se inaugura la remodelada Vía Verde que es el camino actual. Como curiosidad destacar que este tren fue el culpable del descubrimiento de los yacimientos de Atapuerca, porque fue al excavar una de las trincheras al pasado por esta localidad cuando salieron a la luz restos y tras las investigaciones y el paso de los años han dado paso a magníficos hallazgos prehistóricos.

Continuando con la ruta, primero os pondré sobre aviso de que nos encontraremos ya en toda la ruta, el firme. La Vía Verde es un camino acondicionado, por lo tanto esta muy bien para rodar con la bici, sin mas problemas que esquivar algún bache o los matorrales de los laterales que en algunos sitios ocupan la mitad del camino. El suelo tierra y piedra muy bien compactada y algunos sitios es casi asfalto muy basto con tierra por encima. Este suelo y que no hay grandes desniveles (el tren no podía salvarlos) es ideal para realizarla en bici. De todas formas lo primero que nos esperaba a nosotros eran 9 Km. de subida al puertos del Manquillo que hicimos tranquilos y a buen ritmo por lo que decía antes, el firme y la pendiente moderada. La falta de dureza no impide que disfrutemos de paisajes preciosos y del propio trazado, circulando entre las trincheras excavadas para el tren. Solamente llegando al puerto del Manquillo, el camino se empina de nuevo para llegar a la cima con un ultimo medio kilómetro con rampas del 22% que hacen que pongamos pie a tierra de nuevo. La razón es que el túnel que atravesaba el puerto esta anegado y cerrado al paso y la vía verde sube y baja el desnivel que salvaba el túnel.

Cogemos aire y nos lanzamos en descenso, igual de pronunciado en principio y algo peligroso, por la cantidad de arenilla y canto suelto que hace que tomemos las curvas con mucha precaución. Enseguida la pendiente baja y podemos ir bastante rápido y pedaleando hasta el kilómetro 18, cuando llegamos a Pineda de la Sierra, un precioso pueblo entero de piedra donde corre el agua en las acequias de sus calles y el verde inunda el paisaje. Me he quedado con ganas de venir un día solo a conocer este pueblo.

Hacemos una paradita, pagamos el peaje en un bar y descansamos brevemente para seguir camino, siempre en descenso aunque ya mucho menos pronunciado, hasta el embalse de Arlazon que se bordea casi en su totalidad y donde el terreno nos presenta una serie de toboganes y repechos que se hacen duros pero se pasan bien la mayoría porque son cortos y además sueles venir lanzado de un tramo de bajada. Hay un tobogán espectacular, muy cortito, pero con desniveles del 20-30% tanto la bajada como la subida, … muy divertido. Ademas se pasa un puente de hierro muy chulo justo en la orilla del pantano.

Una vez abandonado el pantano en dirección a Urrez (aunque no se pasa) sigue el terreno mas roto en cuanto a relieve pero llevadero y a partir del km 32, mas o menos, el terreno de nuevo se vuelve favorable permitiendo llevar un ritmo alegre hasta Arlanzon, observando como ya va cambiando claramente el paisajes por uno típicamente castellano de campos de labor y ese verde intenso de la sierra va quedando detrás.

En Arlanzon se acaba la Vía Verde, y nosotros seguimos camino hasta nuestro coche que esta unos 10 kilometros mas allá. Un tramo de carretera hasta Ibeas de Juarros, con viento de cola y a relevos. En Ibeas decidimos parar, pues llevábamos embutido y compramos una barra de pan para despacharnos durante mas de media hora, tranquilamente, las sobras del día anterior.Y ya sin prisa, partimos por una pista que atraviesa la zona militar de Castrillo del Val, subimos los últimos repechos de la ruta y nos plantamos en Quintanilla Riopico a eso de las 3 y media de la tarde.

Estabamos rendidos, con el culo y las piernas destrozados pero contentos, muy contentos por haber superado este nuevo reto y haber disfrutado de una ruta increible por dureza y por belleza, con todo los malos ratos que pasamos pateando en el monte y ya se nos habian olvidado gracias a que el resto de la ruta fue maravillosa (incluso a esa ascension perra ahora de lejos y a toro pasado, le encuentro su encanto).

Y sobre todo lo que nos quedo de la ruta... son ganas de repetir, de buscar nuevas aventuras, lugares que visitar y seguir conociendolos a golpe de pedal.