(Sierra de Segura) Pontones-Santiago de la Espada por aldeas desde Don Domingo

La salida y llegada será hoy desde Pontones, cuyo nombre real es Santiago-Pontones por compartir Ayuntamiento con Santiago de la Espada, a pesar de estar separados físicamente más de 15 kilómetros, pero que hasta 1975 eran municipios independientes. Pontones (Pontón bajo a un kilómetro escaso de Pontón Alto), es un pueblo de la comarca de Segura de la Sierra. Su término municipal es de casi 700 km2 lo convierte en el segundo más grande de la provincia incluyendo un total de 27 núcleos de población.

En el paraje de Fuente Segura (situado a 4 km del pueblo), nace el Río Segura a las faldas de los Campos de Hernán Perea.
Según el censo de 2009 Santiago de la Espada tenía 1400 habitantes, y Pontones 219. Dentro de las aldeas más importantes de la zona de Santiago de la Espada, aparece La Matea como la más grande con 368 habitantes, Los Teatinos con 152, o La Toba con 22 vecinos censados.

La gastronomía serrana es amplia y variada como lo demuestra la extensa carta de platos que podemos degustar en algunos de los establecimientos de la zona. El cordero segureño quizá sea el más popular, pero también tenemos las migas de pan y migas de harina, la olla frita, los andrajos, el ajopringue, el ajoatao, o por ejemplo las tortas de manteca.

Volviendo a la ruta, decía que, salimos desde Pontones en dirección al nacimiento del Segura, cuya poza llama la atención por ser un ejemplo distinto a los habituales nacimientos que manan directamente de una fisura del terreno, mientras que éste lo hace desde abajo hacia arriba, describiendo una forma circular erosionada por el paso del agua y del tiempo. Desde ahí comenzamos a subir hacia los Campos de Hernán Perea por una pista de tierra (JF-7047 hacia Don Domingo) que discurre por el Barranco de la Cañada de la Cruz, con una pendiente en torno al 4% de desnivel y de unos 3 km de distancia desde el nacimiento.

Ya vimos nieve a los lados de la carretera que permanecía indiferente ante la ligera subida de temperaturas, y llegamos al espectacular nacimiento del Segura. Desde ahí comienza la fiesta en una pista de tierra (por llamarlo de alguna forma jaja) que asciende con una pendiente en torno al 4% por el mencionado Barranco, y a pocos metros de haber comenzado, ya vimos la cantidad de barro que había en el camino consecuencia del deshielo. Y si antes había restos de nieve acumulada a los lados de la pista asfaltada del nacimiento, ahora esa nieve acumulada aumentaba considerablemente a medida que ascendíamos y a pesar de la belleza, mi preocupación también aumentaba pues no estaba seguro de poder llegar al refugio de Fuente del Espino que era nuestro propósito inicial.

Seguimos subiendo no sin esfuerzo por la fricción del barro y de la nieve, experimentando nuestra primera impresión al pisarla y escuchar ese típico crepitar creado ahora por las ruedas de las bicis. Intentamos ir lentos para evitar llenarnos la espalda de barro y por la pendiente (que también hay que decirlo), pero fue imposible porque nos pusimos como puede resultar imaginable, de barro hasta los ojos, 👀 y las bicicletas no conocíamos el color original jaja, pero poco a poco llegamos hasta los 1600 metros de altitud en un llano que sirve de puerta a los campos. Allí es donde se encuentra el cruce hacia la aldea de Don Domingo o si tomamos a la derecha, optamos por subir a los Campos de Hernán Perea.
Cuando alcanzamos la horizontalidad en el terreno parece que el ascenso ha terminado -nos encontramos ya a 1600 metros-, pero nada más lejos de la realidad, pues aún nos queda adentrarnos en los Campos girando a la derecha, y para ello tenemos que seguir ganando altura hasta llegar a los 1770 metros aproximadamente.

La evidencia y el sentido común me hizo tomar la decisión de no seguir subiendo hasta el refugio de Fuente del Espino, que está a 1700 metros de altitud, precisamente por no tener muy claro que hubiera demasiado barro y por tanto nieve, así que continuamos subiendo pero ahora hacia Don Domingo.

Creo que acerté en la decisión y, tras descender unos cuantos metros, (concretamente 1540 metros), llegamos a la primera de las aldeas, llamada Don Domingo que cuenta con un censo de 16 habitantes. Esta aldea está considerada desde 2016 como Paraje Starlight por la calidad del cielo nocturno, de hecho tiene un planetario que puede verse en las fotos.
Está situada a 1540 metros sobre el nivel del mar. La población subsiste a base de la economía generada por la ganadera y el pastoreo.

El siguiente destino ahora es El Patronato, otra aldea de apenas 50 vecinos que, como casi todas las aldeas, subsiste gracias a la ganadería y el pastoreo. Antes, dejamos a nuestra izquierda el Arroyo de los Navarros.

Vamos en sentido de El Cerezo, pero antes pasamos por la Cascada del Arroyo de Venancia, que no quisimos pasar de largo sin pararnos a ver ese pequeño pero sustancioso espectáculo, por eso hicimos las fotografías.

La siguiente parada es en la Aldea de El Patronato con apenas 50 vecinos censados que viven habitualmente, como casi todas las aldeas, de la ganadería y el pastoreo.
Después llegamos a Arroyo Venancia y a continuación El Cerezo donde nos tomamos una cerveza en su único bar que es pequeño pero muy acogedor. Tiene un censo algo mayor que llega a los 132 vecinos. Tuvimos que vadear un pequeño arroyo (Arroyo Muso) que atravesaba la aldea pero que se pasa sin dificultad.
Pasamos por los Cañuelos, y posteriormente por Los Teatinos con 152 habitantes censados y estamos ya a escasos 6 km de Santiago de la Espada.
La última de nuestras visitas aldeanas, iba a ser La Matea, que con sus 368 vecinos la convierten en la aldea más grande de las visitadas hoy. Decidimos parar a comer aquí en el Restaurante Escobar, pues hay mucha más oferta de turismos rural. Comimos muy bien (quizá demasiado jaja) pues ahora tocaba subir un importante desnivel hasta Cañada Hermosa, para luego bajar de nuevo a Pontones.
Camino ya hacia Santiago de la Espada, y viendo que no debíamos pararnos mucho, decidimos tomar una senda paralela a la carretera A-317, conocida como sendero de las pozas del río Zumeta. Esta senda desconocida para nosotros, resultó ser una ruta espectacular por su belleza y dura porque la llevamos en sentido ascendente. Esta senda nos llevó por parajes extraordinarios que invitaban a detenerse y observar todo cuanto la naturaleza había dejado alrededor, incluyendo vadeos de pequeños afluentes del Zumeta que nos detenían frecuentemente para hacer fotos.
El agua era la protagonista de este barranco que nos mojó los pies muchas veces, al aparecer manantiales por cualquier lado. Llegamos incluso a fotografiar lo que pensamos pudiera ser el nacimiento del Zumeta, aunque más bien podría ser unos de los manantiales más altos donde mana agua que va a parar al Zumeta.
Ya solo nos queda llegar a Cañada Hermosa y tomar la carretera A-317 para llegar a Pontones, donde descansar y preparar la ruta de mañana.