Sierra Gorda y Lapiaz de Loja

Recorrido realizado el 11/12/16

La Sierra Gorda y Sierra de Loja, limitadas por la vega del río Genil al Norte, río Frío al Suroeste, al Sur por los llanos de Zafarraya y al Este por el valle del río Alhama, constituyen un macizo homogéneo formado por materiales calizos con un gran valor desde el punto de vista geológico, por estar representadas las principales formas de morfología kárstica (cuevas, abrigos, dolinas, poljes, etc.) considerándose el más complejo modelo de holokarst de la provincia de Granada. Hidrogeológicamente constituye el impluvium de un importante acuífero. El acuífero vierte en su parte Norte en la ciudad de Loja, apareciendo numerosos manantiales en esta zona tales como el Terciado, la Adena, el Frontil, el Manzanil, Riofrío, etc.
Las citadas sierras forman parte de los municipios de Loja, Salar, Alhama de Granada y Zafarraya, siendo su superficie de unas 18.000 Has. y sus altitudes máximas de 1.669 m en el Cerro de Santa Lucía y 1.614 en el pico Cabras.

Predomina la roca desnuda sobre la escasa vegetación. Salvo encinares y pinares en su periferia, la vegetación es escasa pero muy vistosa, produciendo contrastes de gran valor estético en roquedos y paredes verticales. Cuenta con algunos charcos de aguas permanentes (Charco del Negro, Charco del Pozuelo, Charco del Ranchuelo). Sin embargo, el carácter de su paisaje está marcado por la superficie de roca calcárea, cuarteada y disuelta, que genera multiplicidad de formas laberínticas, aristas cortantes, pequeñas depresiones hundidas y grandes superficies intransitables, lo que proporciona la sensación de entorno exótico e inhóspito, de una belleza muy particular.

El Lapiaz y Karts de La Sierra Gorda de Loja, es un inmenso "grano" entre Loja y el Boquete de Zafarraya, en la provincia de Granada, que asombra por la espectacularidad y singularidad del mismo. Transitar por esta mole de casi 1.700 msnm, es como si recorrieras el interior de Marte o la Luna.

Desde Loja pueblo, iniciamos una larga subida por el camino de los Pajonares de casi 18 kilómetros hasta alcanzar la zona más elevada de la ruta, situándose esta en el Cerro de Las Cabras, donde está el Parque Eólico de Los Sillones, en la Cuerda del Quejigal.

Superados los primeros tramos de inicio, la cuesta suaviza levemente, pero lo suficiente como para dar un respiro en el pequeño llano de la Majada del del Chaparral, donde se encuentra la Subestación Eléctrica de los Aerogeneradores. A partir de este descanso, hay otro escalón que nos sitúa en el característico Charco del Negro, entre las Majadas de Charco del Negro y Pasos Herrados. Característico por ser el Hábitat del Gallipato, animal de gran interés faunístico que habita en aguas estancadas.

El Charco del Negro está en un lugar excepcional, en una pequeña explanada tapizada de verde y al abrigo de unos pequeños farallones que le dan aire de alta montaña.

Pasado el sofocón, continuamos hacia el Cerro Las Cabras, a los Aerogeneradores, y al gran mirador de Sierra Gorda que hay en los Tajos del Quejigal, rodeado por una gran "pradera" de Karst de Dolinas, que para llegar a él, se instaló una larga pasarela de madera para facilitar el acceso ya que caminar por un terreno tan irregular, es muy difícil y estresante. La sensación de este lugar es enigmática y sorprendente. Aquí se detuvo el reloj y el tiempo. En eso radica su belleza.

Tras contemplar todo lo que nos rodea (que no es poco) desandamos el camino y continuamos hacia la Majada del Tío Asadura, lugar precioso y singular (al menos para mi). La Majada, es una pequeña depresión rodeada de pequeños cerros y oteros, cubierta de manto vegetal de pasto verde y tierra roja. En el centro un antiguo aljibe y abrevadero para canalizar el agua de lluvia para el ganado ovino, siendo muy abundantes los rebaños de oveja con denominación de origen de esta Sierra de Loja.

Superada la Majada del Tío Asadura y la Loma de la Leche, pasamos un portillo para el ganado. Hay que abrir, pasar y volver a cerrar. A unos metros de distancia, en la alambrada que cerca la finca, hay el cadáver de un gran carnero que quedó atrapado con sus cuernos en los huecos de la alambrada. Da pena y dolor contemplar el triste final del animal. Continuamos nuestro camino hacia los cortijos Fuente del Espino y Cortijuelo Alto, y Bajo hasta la Majada de Quejidillos, donde nos desviaremos a nuestra izquierda para volver a subir en dirección a la Hoya de La Zarza y Charco del Ranchuelo, y próximo a él, nos desviamos a nuestra derecha, hacia el Llano de Las Sepulturas (vaya nombre) y continuar en una larga y descompuesta bajada (por la gran cantidad de gránulos, guijarros y piedras sueltas) por el barranco de Las Marianas al punto de inicio de esta magnífica ruta.