Sierra Menera Teruel. Ojos Negros 1 etapa.

Iniciamos el recorrido de la vía verde a cinco kilómetros al sur del núcleo urbano de Ojos Negros. Allí se hayan los diversos barrios de los que fueron las instalaciones de explotación de la mina. Lo hacemos desde el barrio centro que es propiamente el poblado minero y que sigue habitado formando parte de ese municipio turolense.
Como quiera que en los primeros treinta kilómetros aproximadamente la vía del tren permanece abandonada, pero con la totalidad de sus elementos (raíles, traviesas ,balastro o balasto) sin haber sido levantados ni adaptados a vía verde, el recorrido lo realizamos por carreteras de cuarto y quinto orden donde no vemos circular ni un solo vehículo tal vez por ser temprano y festivo. Así, nos dirigimos a Villar del Salz, seguimos por Peracense y Almohaja, y más o menos en el kilómetro 20 de nuestro recorrido debemos abandonar la carretera para introducirnos en una vía pecuaria. Ësta cruza por debajo dos vías de tren. Al parecer era el punto donde se cruzaban los trenes de subida y bajada porque el resto es de un solo carril. Esa vía pecuaria discrurre cercana a la vía hasta que en un determinado punto la cruza por debajo y después por arriba en el punto en que esta vía puesta en operación en 1972, se dirige hacia el este para alcanzar la red viaria nacional de Adif en la estación de Santa Eulalia. Nosotros seguimos la pista de tierra hacia el sur, una recta que inmediatamente nos pone en la estación semidestruída del tren minero de Santa Eulalia donde oficialmente se inicia la vía verde ya adaptada. A partir de ahí, pasaremos cerca de Cella y por Caudé, donde vemos el aeropuerto de Teruel con cerca de cuarenta aviones aparcados ya que, entre otras actividades, es una plataforma de aeronaves.
La entrada en Teruel es compleja porque el tren minero realizaba una amplia circunvalación a la ciudad siempre en un radio de unos cinco o seis kilómetros. De los pocos accesos nosotros tomamos la alternativa de salirnos a la altura de la vieja y ruinosa estación y tomar la senda fluvial del río Alfambra, desconocida para nosotros, pero que finalmente nos lleva al centro.