Siguenza - Cañon Rio Dulce - Mandayona- Jadraque - Hita

Nueve, esa era la cantidad de socios del CC3C, nueve, los que íbamos a realizar esta ruta, que habíamos planificado durante mes y medio. Pero el destino quiso que al final solo fuéramos ocho. Fer S., el noveno, no pudo venir en el último momento, por un dichosos virus.

Tal como habíamos planificado, un sábado por la mañana nos desplazamos al punto de origen, Sigüenza, 2 en un tren Regional Express y el resto en una furgoneta con conductor (traslabike.es) que llevó a los ciclistas dentro, y las bicis fuera en porta-bicis tanto traseros como de techo, pues la ruta iba a ser lineal de dos días, y no se podía ir con coches propios.

Arrancamos alrededor de las 10:30 la Ruta desde “La Ermita”, cafetería cercana a la estación de tren de Sigüenza y contigua a la Ermita del Humilladero. Atravesamos parte del casco urbano para evitar la carretera principal (Avda. Pio XII) que presumíamos con más tráfico a motor.

Al abandonar el pueblo, tenemos una ascensión de 2 Km, primero por pista, luego por asfalto, hasta que nos desviamos a la derecha para coger el Camino del Cid que nos acompañará en muchos tramos hasta que lleguemos a Jadraque. Es una zona de bosque de hoja caduca muy bonito, y con tramos de suelo con mucha roca anclada a la tierra. A continuación nos encontramos con una bajada de 1,5 km por trialera, no demasiado difícil excepto por varias curvas de herradura que te hacen echar pie a tierra. Desde ella podremos divisar el pueblo Pelegrina con su imponente castillo abandonado. Esta bajada nos conducirá al cañón del rio Dulce. Hemos dejado atrás la parte más técnica, a partir de ahí pedalearemos siempre por pistas muy ciclables.

La hermosura del cañón nos envuelve, siendo al principio más ancho, pero estrechándose según avanzamos. Este año ha sido muy seco y el cauce del rio al principio está completamente seco. En La Cabrera, al cruzarlo por el puente románico, es una charca, pero según avanzamos rio abajo va cogiendo agua de afluentes hasta que al llegar a Aragosa, el rio permite bañarse los pies al que lo desee (como un servidor). Allí también podremos repostar agua en una fuente de un parque que hay nada más entrar en el pueblo, a la vera del rio.

Para no continuar por la carretera que sale de Aragosa, nos desviamos a la izquierda y cruzamos un puente sobre el rio, y si paramos allí un momento y nos metemos entre la espesa arboleda, podremos ver unas pequeñas pero bonitas cascadas. Continuamos por camino hasta llegar a la carretera CM-1101 que va Mandayona a Sigüenza (fin del cañón), que cogemos a la derecha durante 200m (cuidado, tiene bastante tráfico los fines de semana) y luego cruzamos girando hacia la izquierda.

Empezamos a pedalear por pistas que se encuentra entre el Rio Dulce y los sembrados. Por ellas atravesaremos o bordearemos pueblos como Mandayona, Villaseca de Henares (sin darnos cuenta pasaremos al lado de la confluencia del Dulce y el Henares) y Matillas. En este pueblo nos acercaremos hasta la estación de Renfe y empezaremos a seguir un camino que bordea la vía del tren hasta llegar a un punto en el que abandonamos las vías para cruzar el Henares y seguir su curso hacia el mar, entre la margen izquierda del rio (que queda a nuestra derecha) y las cortados que se levantan a nuestra izquierda, los cuales sabemos que tendremos que subir más pronto que tarde. Llegado el momento surge un camino blanco a la izda., que nos hará ascender 80 metros en 1 Km (8% de pendiente media, con algún corto tramo de más de 15%). Coronada esa subida divisaremos el pueblo de Jadraque bien cerca, y un poco más allá imponente sobre una “muela”, el Castillo del Cid.

Tras un descenso rápido, nos encontramos en Jadraque, son las 14:30 y paramos en el “Restaurante El Castillo” a reponer fuerzas con unos buenos bocatas y unas hidratantes bebidas en su terraza, a sol y sombra.

Retomamos la bici, y tras atravesar el pueblo, nos internamos de nuevo en pistas, dejado todo el rato a la derecha interminables campos de maíz (parecían abandonados, pues era mediados de octubre y las mazorcas nos habían sido recogidas) y detrás de ellos se divisan altos árboles de hoja caduca, indicativos de que bajo ellos circula el rio Henares. Este tramo final de Jadraque a Hita tendremos que parar varias veces a que un compañero infle una de sus ruedas tubelizadas, que pierde aire. Llegamos a un cruce de pistas, y tiramos a la izquierda, donde veremos un cartel que pones algo así como “Zona privada, no pasar” (véase Waypoint “Comienza subida fuerte”); haciendo caso omiso, continuamos, empezando una subida que en 2 Km ascenderá 120m (6% de pendiente media) pero con un tramo que en 500 m ascenderemos 50 metros (10% de pendiente media), con terreno suelto y con el calor de las 4 y pico de la tarde, sin duda la cuesta más exigente de la etapa, en la que varios echaremos pie a tierra.

A continuación continuaremos otros 3 kms en subida más suave, hasta que de repente, a lo lejos empezamos a divisar la “muela” a cuyas faldas se encuentra Hita, y en su cima el derruido castillo de Hita. Empieza un descenso rápido y cómodo hasta el Arroyo de Valdepadilla, donde tomaremos a la dcha. durante 200m la carretera CM-1003, para enseguida volver a desviarnos a la derecha a un camino, y empezar una última subida hacia las faldas de la “Muela” de Hita, y callejeando un poco (bordearemos el famoso “palenque” donde hacen las justas medievales), llegaremos a las Casas de Valois alrededor de las 17:30, donde nos alojaremos.

Mientras unos deciden irse a la medieval plaza mayor a refrescar el gaznate, otros nos quedamos en la casa a ducharnos y a disfrutar del maravilloso Spá privado construido en la antigua bodega casera situada en los sótanos. Reunidos ya todos, daremos una buen manguerazo a las bicis, las engrasaremos, y nos iremos a disfrutar de una merecida cena en “El Asador de Hita”. Hay Feria Chica en el pueblo, la charanga recorre las calles del pueblo tocando seguido de toda la juventud ( y de los no tan jóvenes), y estarán de ruidosa fiesta toda la noche, lo que no ayudará demasiado a descansar por la noche.