Sta Barbara Recorrer Rivera Aserrador

Ruta curiosa por tener un tramo por el cauce de un arroyo, con el atractivo paisajística que ello supone y la variedad del terreno por el que se rueda … o no se rueda.
El resto de la ruta es casi todo por pistas que no tienen nada de particular, con algún tramo agradable de menor porte y algunas zonas con buenos paisajes y vistas.

DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO
De nuevo estampida general en el grupo, ante la que nos resistimos los pocos irreductibles “galos” que quedamos: Dani, Fran y yo. Decidimos casi sobre la marcha que vamos para Sierra Pelada, así que no me da tiempo a preparar ninguna ruta para el gps. Partimos con una idea general tomada de un par de tracks.
Empezamos desde Santa Barbara de Casa, intentando evitar las pistas mayores, siguiendo un track de Bayojazz (Acoeronáuticos) tomado en una ruta que parece fue organizada por los locales “Los Bárbolas”.
Se agradece el track, que hicimos en sentido invertido de marcha, porque hace el inicio de nuestra ruta bastante entretenido, siguiendo unos cortafuegos totalmente ciclable, donde da el mayor desnivel de descenso de la ruta (33,4%).
Este tramo termina junto a la carretera de Santa Barbara a Rosal de la Frontera, en el cruce con una gran pista que remonta la cresta Sur del valle de la Rivera del Aserrador hasta Sierra Pelada, pista que no podemos evitar. No obstante, nos salimos de la misma al poco rato y sin tener que superar un gran desnivel para tomar una pequeña pista algo invadida por jara junto al Barranco de Bernabé. La bajada no es muy rápida ni está demasiado rota, pero es suficientemente entretenida. Si nos da tiempo a mirar, tanto el barranco antes mencionado como el gran valle de la Rivera del Aserrador que se abre frente a nosotros son muy agradables.
Tras levarnos algún buen “ramazo” de pino en la cara, y algún amago de enganchón del manillar con las jaras, llegamos a la Rivera, que vadeamos por primera vez (foto 1).
Remontamos desde el fondo del valle hacia el lado opuesto por una pequeña pista similar a la anterior (foto 2). Toda esta zona la conocía de una ruta anterior, siendo la parte que más me gustó, por lo que decidimos dejar los tracks y explorar un poco.
Hacemos un bucle entretenido, pero por zona sujeta a explotación forestal, por lo que a ratos acompaña el paisaje y a ratos no. Pistas pequeñas y una buena subida, hacia el final de la cual el track marca el punto de máximo desnivel de subida (29,8%), pero no en la pista, sino en un intento fallido de encontrar una alternativa por una trialera, siguiendo a Fran, que aún no había sufrido ningún revés mecánico y le daba tiempo a hacer el reportaje gráfico y a buscar diabluras a la vez.
La vuelta del bucle es por una rápida bajada en un umbrío bosque de pino (máxima velocidad de la ruta (45 km/h), pasando junto a una laguna cubierta de trozos de hielo flotantes.
Terminado el bucle, tras algún intento más fallido de trialera, en este caso de subida, y tras comer, improvisamos un acceso al siguiente track encontrado en Wikiloc para la jornada de hoy, también de Bayojazz. Nos unimos al mismo en un tramo en el que recorre el propio cauce de la Rivera del Aserrador durante 3,5 km.
De nuevo hay que agradecer este track, porque fue mi mejor argumento para convencer a los compañeros para ignorar la evidente pista de subida del valle y adentrarnos en el cauce, porque “era un track de bici”.
El tramo es entretenido, no cabe duda, pero es también cierto que hay que mojarse los pies incluso con poco agua en el río y que hay que descabalgar en innumerables ocasiones, aunque también se hacen buenos trechos seguidos rodando. Las paradas son infinitas, tanto para sortear obstáculos, como para disfrutar del paisaje o de las sorpresas que nos presenta el río, en una zona prominentemente encañonada, con laderas de monte bajo o bosque mediterráneo, y algunos bonitos farallones que el río no ha podido horadar aún por completo (foto 3).
El cauce del río alterna zonas pedregosas donde es fácil rodar, con zonas arenosas donde nos dejamos los higadillos, siendo el peor de los casos cuando caes en una de ellas mientras ruedas por zonas cubiertas de agua. En algunos casos poco frecuentes el cauce se cubre de vegetación que impide rodar, y en otros hay pozas por las que no nos atrevemos a circular, ni a pie ni rodando, por lo que tomamos senderos abiertos por la fauna local (vimos a lo largo del día dos ciervas, una en el cauce de la Rivera) en el margen del río.
Fran graba que te graba, yo buscando el mejor paso y Dani entreteniéndose buscando peces (había) o cualquier otra particularidad natural del recorrido (foto 4; es hielo, por si quedaban dudas; sí, y los zapatos que se ven no siempre los llevo tan limpios, sólo cuando se mojan … mucho). De esta guisa se nos va el santo al cielo, y no nos damos cuenta de la hora hasta que destalona la rueda delantera de Fran, aún en el cauce del río. Cambio a cámara de aire y seguimos, para llegar a la pista de salida del río, dejando atrás este agradable paraje (foto 5).
La subida es por una pista de talla media, con una pendiente curiosa, aunque no es muy larga y además, descansamos de nuevo al volver a tener Fran problemas en la rueda delantera. Cámara pinchada por una decena de impresionantes espinas de cactus de la última salida (las imprudencias se pagan…), cámara nueva, replanteamiento de la ruta, y optamos por la vía rápida: nos olvidamos de todos los tracks, tomamos la pista principal de la cresta hacia Sierra Pelada, en sentido inverso al que recorrimos por la mañana, y al llegar al cruce de la carretera volvemos a Santa Barbara en un santiamén por la misma, siguiendo a Dani, que parecía el único al que le acompañaban a la vez las fuerzas y las ganas …
Al final salió una ruta algo corta (44 km y 1.050 m de desnivel de subida), pero una mañana muy entretenida, lo que celebramos en un bar del pueblo picando algo antes de volver a Huelva.