Subida al puerto de Navaluenga

Comenzaremos esta ruta junto al puente románico de Navaluenga, pasando sobre el río Alberche y abandonando Navaluenga para dirigirnos hacia el sur, comenzando a ascender a los pocos metros de dejar el pueblo.
Empezaremos a subir poco a poco por un camino con dirección a la ermita de la Virgen del Espino, donde llegaremos tras una subida de unos siete kilómetros aunque no muy exigente a pesar de encontrarnos ya a una altura de mas de 1.100 metros.
Tras la visita a la ermita, reanudaremos la marcha volviendo al camino que un poco más adelante nos llevará hasta una puerta que marca el límite de la Reserva Natural del Valle de Iruelas y que tendremos que salvar pasando las bicis por encima.
Continuaremos ascendiendo entre los robles y los pinos y un poco más adelante llegaremos hasta la garganta del Cambronal, donde tras pasar sobre el arroyo comenzará "lo bueno" de la jornada, un ascenso interminable a base de "zetas" (32 desde ese punto) por la ladera de la montaña, mientras "a lo tonto, a lo tonto" se van ganando metros de altitud a un ritmo como pocas veces.
El ascenso transcurre todo él a la sombra de los pinos y los robles, con lo que se disfruta de un entorno espectacular, no teniendo rampas de excesiva dureza y siendo las curvas los puntos que requieren de mas esfuerzo, debido a que es donde más inclinación hay y también a la gran cantidad de piedra suelta que hay en casi todas.
Tras unos kilómetros de ascensión de "curvas y curvas" llegaremos a una zona donde ya desaparecen los árboles y donde el camino se pondrá "mas chungo", ya que si hasta ahora tenía bastante piedra suelta pero de manera "aceptable", a partir de ahí el resto de la subida es bastante técnica, con mucha piedra suelta.
Ya con nuestro objetivo a la vista, y disfrutando asimismo de las vistas desde las alturas (entre ellas Navaluenga, desde donde habíamos comenzado), afrontaremos la última parte del ascenso permaneciendo sobre la bici lo que las piernas de cada uno aguanten, ya que a falta de un kilómetro para coronar hay un tramo de unos 200 metros donde "de no ser un fenómeno" tocará echar pie a tierra debido a la gran cantidad de piedra suelta.
Tras ese tramo malo de "empuja-bike", llegamos hasta una curva a izquierdas donde a pesar de la mencionada piedra suelta ya es posible mantenerse encima de la bici (si quedan fuerzas), y realizar los últimos metros hasta coronar el puerto.
Una vez en la cumbre disfrutaremos de las impresionantes vistas tanto de la vertiente del Tiétar como de la del Alberche a una altitud de mas de 1.800 metros.
Tras esos minutos de relax, llegará el momento de comenzar a descender.....¡¡Y qué decir del descenso.....!!. Si la subida fue difícil, el descenso........ y es que por el "traqueteo" por tanta piedra, hace que los brazos y las manos se duerman, llegando incluso a doler.
Tras unos primeros kilómetros de descenso "más duro", después el tema "afloja" al no haber tanta piedra, pudiendo realizar durante el descenso una paradita en una fuente que hay en una de las curvas (la fuente de Las Caseruelas) donde podremos repostar un agua bien fresquita antes de continuar nuestro largo descenso hasta llegar de nuevo a la garganta del Cambronal.
Tras esa "parte común de la ruta" de subida y posteriormente bajada entre la Garganta del Cambronal y el puerto de Navaluenga, afrontaremos los últimos kilómetros de descenso de regreso a Navaluenga, con unos primeros metros por un sendero de bastante piedra bajando por la garganta en paralelo al arroyo, alternando entre trozos de pista y trozos de trialera hasta salir finalmente a una pista asfaltada por la que recorreremos los últimos metros hasta Navaluenga.
La ruta es cortita, sólo 30 kilómetros, pero de una intensidad........no solo por la subida, en la que en 15 kilómetros se ascienden 1.200 metros (unos 80 metros de media en cada kilómetro), sino por la bajada, con mucha piedra y bastante técnica, que deja los brazos........
Aún así, se desarrolla en un entorno precioso y merece la pena hacerla.

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