Tamajón-Retiendas-Sacedoncillo-Ermita de los Enebrales-Tamajón

Itinerario el de hoy de lo más diverso en cuanto a escenarios recorridos todos ellos de gran riqueza biológica y antropolo´gica pues transcurre por senderos y caminos antiguos y en impacto y la masificación moderna no han llegado.
De dificultad tecnica moderada, pues hay tramos trialeros de pendiente asequible, tambien utiliza 3 km de carretera de poco tráfico y un corto tramo de porteo por trocha pedregosa y con escalones; algun sendero está tan poco transitado que está solo intuido entre la vegetación.
Partimos de Tamajón, por pistas de agropecuarias al principio y luego por camino GR que desciende hasta retiendas por un valle espectácular, aunque a veces el piso es pedregoso y trialero y otras hay que circunvalarlo campo a traves por la presencia de grandes charcos y roderas embarradas.
Una vez en Retiendas, por pista nos dirigimos al Monasterio de Bonaval en rápido descenso, y tras visitarlo retrocedemos unos metros para tomar el estrecho sendero Gr que discurre por los espectaculares cañones del Jarama, por un entorno boscoso similar a los norteños.
Tras esta maravilla remontamos hasta el altiplano por carretera, unos 3 km, con pocos coches con visibilidad y con la cuneta llana como facil apartadero.
En el alto nos desviamos a la izquierda para tomar la pista que recorre esta loma divisoria de las amplias carcabas de sedimentos glaciare poblada de pinares ideales para los seteros. La pista en esta época presenta enormes charcos que esquivamos por el sotobosque, con inusitada técnica tractoril aunque se acepta el riesgo de vadear alguno por el medio exponiendonos al chapuzon en barro. Todo en aras del deporte y la diversión.
Almorzamos en una cota alta, fuera ya del bosque ocupado ahora por cultivos de cereal, disfrutando de unas vistas de la muralla del sistema central y sus más significativas cimas y cuencas hidrográficas, en un angulo privilegiado: Pedriza, Cuerda Larga, Peñalara, Centenera, Lobo, Tiñosa, Ocejón, Alto Rey….mientras saboreamos una tortilla de autor y una cinco estrellas.
Continuamos y enseguida cruzamos la carretera por la que vinimos, por un paso trashumante y despues nos adentramos en bosque de pinar. Para mantener el proyecto por senderos cartografiados usamos uno olvidado y difuminado por la vegetación, aunque se intuyen rodadas de vehiculos, y descendemos levemente hasta una dolina y navajo seco por bosque autóctono de roble y encina, hasta que salimos de nuevo a pistas de repoblación aterrazada, donde deberemos de fijarnos en los distintos desvios y cruces para acertar con el que baja a Sacedoncillo.
En principio es pista algo deborada por el agua y despues solo una trocha sobre el prado con piso mullido digno de Wimbledon.
Cruzamos el pueblo abaandonado por las callejuelas derruidas, con sensaciones fantasmagóricas, y despues por sendero nuevo que discurre por medio de la estepa y las laderas de sedimentos y que nos lleva hasta la laguna de Tamajón, con fuente, mesas y un refugio techo al lado de la carretera que va a Muriel.
Rodeamos la laguna y por pistas tractoriles linderas que circunvalan a lo lejos el pueblo por la llanada donde se asienta, conectamos con el cruce de la carretera que va Almiruete y enseguida nos adentramos por sendero entre encinas y a veces con piso calizo y en cierta pendiente ascendente con algunas supuraciones de agua.
Así conectamos con la pista autoctona que desciende hasta la Ermita de los Enebrales. Tras las debidas santiguaciones en su explendido pórtico, cruzamos la carretera que viene de Majaelrayo, continuamos por camino entre sabinas, asomandonos a la ciudad encantada y sus caprichosas formas, desde un balcón geológico que nos permite apreciarlas desde arriba.
El problema está en bajar, acrecentado por la noche oscura que nos sorprende y la impaciencia de llegar, y que hace que no demos con el sendero cartografiado y tengamos que improvisar por una trocha cabrera con escalones, piedras, muros derruidos y espinos.
Supongo que con luz del dia y más calma no habrá problema, tampoco lo fue para nosotros pues tras 300 metros de constantes dudas y delicado porteo, dimos con la pista que llanamente nos conduce de nuevo al punto de inicio, con noche cerrada, cierto cansancio pero agradecidos por el privilegio de poder disfrutar de esta maravillosa naturaleza.