Activity

Tarancón - Zarja de Tajo - Fuentidueña de Tajo - Belinchón - Tarancón

Download

Author

Trail stats

Distance
29.67 mi
Elevation gain
1,457 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
1,473 ft
Max elevation
2,690 ft
TrailRank 
25
Min elevation
2,690 ft
Trail type
One Way
Time
3 hours 41 minutes
Coordinates
8396
Uploaded
March 26, 2016
Recorded
March 2016
Be the first to clap
Share

near Tarancón, Castilla-La Mancha (España)

Viewed 346 times, downloaded 18 times

Itinerary description

47 km con unos 550 m de ascenso acumulado.

Hoy a las 07:45 hemos empezado a pedalear. Hemos empezado por el trazado de mi ruta habitual de 20 km pero a los 10 km, tras la bajada bastante pronunciada habitual, en lugar de girar a la izquierda e iniciar la subida y retorno a Tarancón, hemos girado la derecha y hemos empezado una subida diferente muuucho más cachonda, de hecho nos hemos calentado el cuerpo pero bien… Tras un kilómetro hemos enlazado con un camino que yo conocía de otra ruta que he hecho un par de veces y que va desde Belinchón hacia Zarza de Tajo. El trazado restante hasta Zarza de Tajo es muy agradecido, bajadas pronunciadas pero con grava suelta así que hemos bajado con precaución.
Saliendo de Zarza hemos girado a la derecha y empezado a subir una rampa entre dos fincas llenas de perros lo cual ha hecho que la subiéramos con más “alegría” de lo normal por si las moscas, aunque finalmente estaban valladas y solo nos han ladrado.
Una vez arriba de la rampa hemos rodado bastantes kilómetros por un paisaje muy abierto y con bajada suave dirección Fuentidueña. La mañana clara y luminosa y el paisaje agradable nos ha permitido rodar a bastante velocidad y charlar al mismo tiempo. Poco a poco íbamos acercándonos a uno de los puntos duros de la ruta. Tras una curva cerrada hemos entrado en una “U” muy pronunciada y en curva. Una vez culminado el tremendo rampón, oootra lo mismo, otra “U” muy empinada de bajada y empinadísima de subida de nuevo. Carlos que es un buscador de senderos nato empezaba a impacientarse y a mirar hacia el valle de la derecha… “Podíamos intentar acortar por el valle este e intentar llegar al río”.
La última vez que en una ruta me dijo algo así acabamos subiendo por rocas con la bici al hombro… Subimos la segunda “U” y cuando estamos arriba, el colega mete un “volantazo” de manillar y se lanza hacia abajo por un sendero que apenas se distingue… Y yo detrás diciendo “verás donde acabamos”… Y bajamos, bajamos, y bajamos y cruzamos un arroyuelo y entonces el microsendero se va cerrando y mis temores se van haciendo reales… Vía muerta.
Nos miramos, medio riendo (Carlos más que yo) y le digo “Bueno pues ale ya estamos en lo bajo y ahora que … “Jejeje vamos aprobar por otro sendero que se abría unos metros más atrás hacia la derecha…” “Y no escarmientas macho” le espeto… Pues nada allá que vamos pero esta vez en breve la pinta era igual de mala que antes. Así que para atrás otra vez. Miro la tremenda y larga bajada por la que nos hemos lanzado desde el camino (el camino ni lo veo) y resoplo… Diossss…
Pero Carlos aun no había terminado de saciar su vena “freeride” y me suelta, vamos por aquí que hay ruedas de moto. Miro a mi derecha donde señala y veo literalmente una pared unos 80-90 metros de tierra suelta, con una inclinación de por lo menos 75%, “¿Pero me lo estas diciendo en serio tío?”,”Si venga, así vemos si al otro lado podemos acortar hacia el río…”, Este se pincha, pienso yo, pero como ya ha tirado para arriba y yo que los tengo cuadrados tiro detrás también para arriba, vamos con las bicis prácticamente en vertical, hincando las punteras en la tierra blandísima (seca gracias a dios) y subiendo y resoplando… A mi estas sorpresas me minan un poco la moral, pero ya por pundonor he continuado para arriba como he podido. Tras parar lo menos tres veces a coger resuello, consigo subir pero miro y no veo a Carlos, ¡Horror! el cabrito ya se ha tirado por el monte abajo y ya estaba subiendo oooootra pared igual o peor que la anterior. Ahí he de reconocer que ya he flaqueado más. Ha habido un par de momentos que ni siquiera conseguía que la bici subiera (subiera por decir algo, porque iba “de pie” como en una rueda y yo ya subiendo de lado para poder hacerme con ella). Después de este segundo suplicio esta vez Carlos me estaba esperando con la bici tirada en el suelo. “Casi que mejor nos volvemos al camino” me dice sonriendo “Menos mal macho, que has tenido algo de lucidez”… ya que estábamos, hemos decidido comer algo y quitarnos un rato las chaquetas porque íbamos ya en modo sauna. Mientras comíamos hemos trasteado con el GPS y hemos visto que girando a la derecha y subiendo por monte de matorral, el camino estaba relativamente cerca (se veía había un sembrado cerca) así que hemos empujado las bicis hacia el borde del sembrado y desde allí aunque estaba el terreno blandísimo hemos conseguido montar y pedalear campo a través hasta volver al camino… Una vez en el camino he respirado de alivio porque continuar con la aventura “freeride” tenía una pinta muy mala sobre todo si queríamos volver a una hora prudencial a casa.
Una vez ya estábamos otra vez rodando por el camino, hemos seguido bajando y subiendo rampas hasta llegar a Fuentidueña, hemos cruzado algunos charcos grandes y hemos visto un zorro cruzar el camino persiguiendo a otro animal, (flipados nos hemos quedado).
Como la aventura “freeride” no había durado mucho y continuábamos bien de tiempo, hemos parado un momento en Fuentidueña a hacernos una foto y luego hemos iniciado el retorno.
El camino de retorno, como yo había visto en el wikiloc y pese a la sorpresa de Carlos ha resultado ser de un ascenso bastante suave, ya que hemos rodeado las lomas por las que circula la A-3 y dejándolas a la derecha lo cual nos ha permitido rodar a buen ritmo, por tramos rectos y muy abiertos.
En otras circunstancias se nos hubiera hecho aburridísimo pero después del palizón de rampas que llevábamos, nos ha resultado un tramo agradable.
Desde ahí han ido cayendo rápido los kilómetros (unos 13 hasta Belinchón) aunque las fuerzas ya se nos iban agotando… De repente, un par de kilómetros antes de Belinchón, cuando íbamos rodando a 20km/h hemos visto delante a lejos una cuesta tremenda… Nos hemos mirado y de manera sincronizada hemos bajado el ritmo a la vez… Ha sido gracioso, sobre todo cuando hemos visto que nuestro camino seguía hacia la izquierda por llano, jejeje.
Ya en Belinchón, el camino restante era conocido y manejable. Cuando solo faltaban unos tres kilómetros para Tarancón, de bastante subida Carlos me ha sugerido acortar por los mismos senderos que habíamos hecho el día anterior pero llegando desde una zona que yo no conocía. “Mira que ya no estoy para más aventuras”… Tranquilo, esta vez se por donde vamos. Así que hemos salido del camino y empezado a subir por el borde de un sembrado hasta enlazar con los senderos en los que acabamos ayer. Esta vez los he realizado mejor pero curiósamente con más pesadez de piernas. Al llegar aun camino que ayer cruzamos para seguir por más senderos, esta vez lo hemos cogido y por él ya hemos retornado directamente a Tarancón a donde por fin hemos llegado bastante exhaustos. Las últimas rampas nos han costado lo suyo, sobre todo porque nos hemos picado y al final hemos acabado esprintando en subida (a veces no tenemos conocimiento ninguno) y la llegada final ha sido con la lengua fuera.
Tal es así que hemos parado en el primer bar que había para repostar y ya de ahí una vez repuestos, nos hemos despedido, Carlos a sus recados y yo a los mios.
En resumen, que hoy he acabado agotadísimo pero muy satisfecho por la ruta… La fase “freeride” formará parte de las anécdotas ciclistas.

Comments

    You can or this trail