Torrelobatón - Castromonte - Monasterio Santa Espina

Dos días de ruta por algunos de los pueblos relacionados con la revuelta de los Comuneros.
Empezamos la primera desde el castillo de Torrelobatón, donde se encuentra el centro de interpretación de los Comuneros, que solo abre los fines de semana.
Salimos por pistas llaneando hasta que cruzamos el río Hornija, donde nos mojamos un poco los pies y nos encontramos con unos 3 km en los que muchos tramos de la pista se encuentran llenos de hierba, con lo que cuesta un poco avanzar.
Después de este tramo, nos encontramos con la tachuela de la ruta, unos 600 metros de fuerte pendiente que nos llevará a una meseta repleta de molinos de viento y siguen instalando mas. Todos parados, porque ese día no había casi viento, menos mal, porque si no, hubiese estado curioso.
Llegamos a Castromente, con la Iglesia de la Inmaculada Concepción como centro del pueblo, damos una vuelta por el pueblo y paramos a tomar un tentempié en el Bar Alonso.
A la salida del pueblo, cogemos una pista paralela al río Bajoz, donde en un momento cruzamos a la izquierda, para evitarnos la subida al Monte de la Santa Espina, e ir llaneando pegado al embalse del río Bajoz o de la Santa Espina. Pero no se que hubiese sido peor, ya que se habían dedicado a la poda y nos encontramos la senda llena de arboles caídos, que nos obligaba a ir con la bici a cuestas, sorteándolos.
Tras esto, llegamos al Monasterio de la Santa Espina, todo un descubrimiento, espectacular. Al ser entre semana, nos dejaron dar una vuelta rápida por los 2 claustros, aunque nos quedamos con ganas de pedir una visita guiada, pero no teníamos tiempo.
Salimos del Monasterio, y al poco nos encontramos con otra "concentración" de molinos.
Aquí nos encontramos con un acto de fe, pues hay que cruzar un campo sembrado, entre el km 37 y 38. Menos mal que ya estaba cosechado, si no, puede ser un poco complicado atravesarlo.
Llegamos a Torrecilla de la Torre, donde hacemos una parada en su ermita, y terminar de nuevo en Torrelobatón.
Ruta bonita, muy variada en cuanto al paisaje, con campos, bosques, pantano y molinos.
No hay que hacer caso al tiempo transcurrido, pues nos lo hemos tomado con mucha tranquilidad, con múltiples paradas para fotos, para comer, para descansar, que no teníamos prisa.
Solo destacable el repecho mencionado y el cruce de campo. El resto por pistas, en general en buen estado.