(Travesía 2/2) Hornos - Arroyo del Torno - La Toba - Paso de la Viga - Góntar - Calar Espino - La Acebeas - Siles (sendas)

Segunda jornada de la travesía en la que volvemos desde Hornos hasta Siles. Salimos de Hornos en dirección a Pontones por la carretera de la cumbre. Una vez pasado el desvío de Río Madera nos desviamos por un carril muy estropeado pero muy bonito en busca del arroyo del Torno. Tenemos unas vistas fantásticas durante todo este trayecto. Tras una bajadita, el carril desaparece y tenemos que hacer un tramo de empujing algo enmatojado. Un poco más abajo y oculto por la maleza hay un cortijo en ruinas con su carril en muy buen estado. El paraje es una delicia. Continuamos por el carril hasta que nos desviamos por un sendero corto y poco ciclable. Si continuáramos por el carril saldríamos al mismo sitio, pero por aquí es más bonito. Al finalizar el sendero debemos saltar el arroyo y nos encontramos una pista en buen estado. La zona es una pasada de bonita. Bajada hasta el empalme con la pista que viene de Cabeza Gorda y en un momento estamos en la carretera de la Toba. Nos dirigimos hacia el pantano Anchuricas y tras pasar La Toba nos desviamos en dirección a la aldea Fuente del Esparto para enfrentarnos al gran desafío de la jornada, el paso de la Viga. La subida es, relativamente, cómoda por una pista en excelentes condiciones hasta que nos desviamos por un carril en dirección al cortijo de los Paulinos. Las vistas del valle son fabulosas. Durante toda la subida vas a estar vigilado por la caseta del Puntal de la Misa y los dientes de la Vieja. Aquí empieza el sendero (está señalizado) con una fuerte pendiente aunque luego mejora bastante. El sendero lo han limpiado, es fácil de seguir e incluso tiene algunas zonas ciclables. Poco a poco nos vamos acercando al paredón y tras pasar una zona con muchos juncos, empezamos a subir con el paredón a nuestra derecha. Es la segunda vez que lo hago y las sensaciones son idénticas. Qué pasada de sitio. La subida se va complicando poco a poco y la mayor parte del tiempo, cuando se inician las zetas, es más cómodo ir con la bici a cuestas. ¡¡¡Impresionante!!!. Es duro pero, sin ninguna duda, merece mucho la pena. La parte final mejora mucho y poco a poco vas saliendo del paso por un sendero mucho más cómodo. Aquí tomamos un senderito (marcado con hitos) a la derecha en busca de un mirador alucinante. Es como una plataforma con unas fabulosas vistas en 360º. ¡Espectacular! Volvemos al sendero y continuamos en busca de una pequeña fuente que hay unos cientos de metros más adelante. Tenía solo unos hilllos de agua pero suficientes para saciar la sed con un poco de paciencia. Continuamos por un sendero precioso totalmente ciclable hasta que en un momento nos desviamos a la izquierda. La otra vez que pasé por aquí continué por el sendero de la derecha e hice la bajada hasta Los Anchos por aquí. Para mí fue una bajada muy bonita por las vistas pero nada ciclable (todo el rato, excepto al final, portando la bici). Ahora se trataba de investigar otra posible ruta alternativa ¿más ciclable?, eso espero. Por tanto, nos desviamos por la izquierda por un carril totalmente ciclable y que finaliza en una pista en muy mal estado pero que se puede bajar perfectamente montado. Está muy deteriorada y tiene muchas piedras pero con cuidado es 100% ciclable en su primera parte. Tras pasar esta zona, la pista mejora notablemente y, por si fuera poco, en una curva nos regala una "peazo" de fuente con unos tornajos. La bajada hasta la carretera de los Anchos es una delicia. Por tanto, éxito total la investigación. Una vez en la carretera pasamos por Los Anchos, Prado Maguillo, la cañada del Saúcar y acabamos en Góntar (tela la subidita, muy muy dura). En Góntar, visita obligada a la Raja. Es alucinante. Continuamos bajando y nos desviamos para el calar del Espino. La subida es una maravilla y los paisajes impresionantes. Después de recrearnos en un mirador, comenzamos una preciosa bajada con una vistas impresionantes. En la bajada nos encontramos muchas pedreras y hay que tener un poco de cuidado. Esta bajada te llevaría a Rio Madera pero como se trataba de innovar, en un punto nos desviamos a la derecha por una carril precioso metido entre la maleza y que fue un enorme acierto. La parte final de este carril está totalmente destrozado y hay que hacer un tramo andando. Este carril te deja en la pista de la Nava del Espino. Vamos en dirección a la Acebeas y después a la Peña del Olivar en Siles. Para ello nos desviamos de la pista y tomamos un sendero que es la "repera". Tiene algunas partes que hay que hacer andando pero el resto es una auténtica maravilla. Magnífico colofón a dos jornadas inolvidables. El desnivel total no llega a 2300 metros.