TROCHA ITAGÜÍ- SALGAR- EL VENTIADERO- LA SIBERIA- LINDAJA- SAN GREGORIO- PUNTA BRAVA- REMOLINOS

Este maratónico recorrido lo hicimos el 10 de Septiembre de 2017.
La idea de este recorrido venía de varios meses atrás, una idea personal que se materializo en la semana anterior, con el objetivo de hacerla toda pedaleando hasta el municipio de Salgar y allí buscar caminos haciendo un circuito que nos llevara de nuevo a la troncal del Café, esa semana estuvo pasada en su gran mayoría por días lluviosos, lo que a veces me hizo cuestionar si en hacerla tal cual o variarla un poco, en ese sentido hice el trazado sólo por carreteras veredales, que a continuación desglosare el paso a paso de este colosal evento:
El punto de encuentro fue el Parque de Itagüí, allí nos encontraríamos a las 6:30am la gran mayoría de los participantes, 9 en total, pero por alguna situación de uno de los compañeros, la salida se nos retrasó unos 20 minutos, al ver que él no llegaba decidimos emprender salida y esperarlo en la fonda del ciclista en la Estrella, allí llegamos y esperamos a que llegara, otros 15 minutos de espera, tiempo que nos iba retrasando de a poco. A las 7:20am llegó el compañero y sin dar tiempo a que parara, arrancamos rumbo al municipio de Caldas por la vía principal, rápidamente llegamos, sólo pare a esperar para irnos reagrupando de a poco y continuar rumbo a Amagá, cuando apenas empezábamos el descenso, lentamente la lluvia empezó y a medida que bajábamos más se intensificaba, pero aún así no paramos en ningún momento, pues si lo hacíamos más nos retrasábamos, en el sector de La Albania (Titiribí), paramos a desayunar; unos 20 minutos y continuamos, en el descenso hasta la Sinifaná estuvimos al igual acompañados de un fuerte aguacero, bajamos con precaución pero a buen ritmo llegamos para tomar los últimos kilómetros de ascenso para terminar de llegar a Bolombolo, aquí llegue con Juan García y esperamos a los compañeros para reagruparnos, unos 10 minutos de espera y seguimos sin hacer parada hasta la entrada a Salgar, aquí paramos a tomar una que otra foto, esperamos a 2 compañeros que venían un poco atrás, al estar reunidos emprendimos el ascenso de 14 kms hasta Salgar, acompañados esta vez por el sol, lo que nos iba ayudando con la transpiración a que la ropa se fuera secando, en este ascenso solo pare dos veces a tomar fotos, todos subíamos a nuestro ritmo, en el parque de Salgar estábamos a las 12:30pm, rápidamente buscamos un restaurante, luego de recargar energías, nos regresamos hasta el cementerio donde nos desviamos a mano izquierda por una calle alterna para retomar la principal unos metros adelante por arreglos de la carrera principal. 4 kms abajo esperé a los compañeros, exactamente en la fonda El Chaquiro, aquí empezaría nuestra aventura por trocha, aquí el compañero Diego Giraldo llego con una llanta de su bicicleta pinchada, unos 10 minutos de espera y continuamos esta vez por carretera destapada. En este punto les comente a los compañeros que había dos posibilidades de llegar a San Gregorio, la que llevaba trazada y que continuaba por las veredas La Humareda y El Filo, recorrido más extenso pero que no era tan desgastante como la segunda opción, ya adivinaran cuál fue la opción que tomamos, pues si, la segunda, que nos llevaría por la veredas El Ventiadero y La Siberia, recorrido más inclinado, cuando empezábamos el ascenso, de nuevo dos pinchazos más, otros 15 minutos de espera, luego de esto iniciamos con el esperado ascenso, a medida que subíamos la carretera se iba inclinando efectivamente, pero nada que cualquier ciclomontañista experimentado pueda dejar de hacer; paré en varias ocasiones a registrar las debidas fotos que como siempre digo, sólo ofrece la alta montaña. En una intersección, una lugareña nos comentó la posibilidad de subir por un enrrielado para coger una carretera que nos llevaría hacia La Gulunga, opción que no me pareció conveniente pues se nos extendería más el recorrido y para ese momento eran las 3:15pm, entonces decidimos seguir por la carretera hacia La Siberia, 1 km adelante tomamos un desvío a mano derecha hacia la vereda el Ventiadero, aquí recordamos la frase típica de Oscar Upegui que uno de los compañeros citó: “Pongan ventilador” que efectivamente nos obligó a poner ventilador, al principio creía que lo empinado de esta carretera sólo era lo que visualmente se veía hasta la primer curva, pero cuando allí llegamos todo fue un engaño visual, la carretera se iba inclinando cada vez más, tanto que prácticamente tocaba subir agachado sobre la punta del sillín para evitar que la llanta delantera se levantara, así subimos unos 3 kms hasta el primer descanso, donde los espectaculares paisajes nos demostraban lo gratificante de estas escaladas. Continuamos en travesía por unos cuantos metros y de nuevo a subir, allí de nuevo el compañero Yohan Alcaraz me hacia la pregunta de si “¿era que San Gregorio quedaba en el cielo?”, pues al parecer si, le respondí, era demasiado lo que habíamos subido y aun no veíamos sus rastros, al terminar por fin el ascenso, llegamos hasta una Portería, donde a mano derecha hay un sendero que nos sacó de nuevo a la vía principal hacia la vereda Lindaja, continuamos por unos cuantos metros y en una intersección donde hay una escultura a La Virgen, las panorámicas se ampliaron, ya era posible ver a San Gregorio, un poblado de Ciudad Bolívar que está en lo más alto de estas montañas del suroeste; de esa intersección empieza un corto descenso y luego una travesía por la cordillera que nos llevó por fin al corregimiento de San Gregorio, eran las 5:10pm, ya no nos daba el tiempo para continuar hacia Puerto Limón.
Así que un habitante de este sector nos dijo que la mejor opción era bajar por la carretera principal, que a partir de allí todo era “bajando”; entonces rápidamente hidratamos y continuamos con el recorrido, no sin antes tomar una foto obligada del grupo reunido y los farallones del Citará como fondo. Aquí recordé una crónica de Machacho donde decía que “la interpretación de la palabra “bajando”, es un concepto completamente distinto del nuestro, pues el señor que nos dijo esto, se le olvidó decirnos que había que subir por un rato más, para luego bajar y volver a subir por otro rato más, hasta llegar a Punta Brava, que a partir de allí, todo si era bajando, un largo y eterno descenso en el que sólo pare a tomar la última foto con la poca luz del día que quedaba de los imponentes Farallones del Citará. Ya en la vía a Ciudad Bolívar estaban 3 de los 8 compañeros esperando, momento después llegó otro con la noticia que había uno pinchado más arriba de Punta Brava, en esa circunstancias decidí seguir con el recorrido hasta nuestro punto final en el sector de Remolinos, donde dimos por terminado esta maratónica travesía luego de un rato de espera; a la ciudad llegamos a las 10:45pm.