Una vuelta por la Sierra de Loarre. 18-MAY-2019

Pistas todo el día en una ruta variada de paisajes y panoramas cambiantes. Pueblos con arquitecturas de interés y monumentos naturales a la vista como los Mallos de Riglos.
Salimos del pueblo de Loarre por la carretera que sube al castillo.
(Hoy es una carretera más frecuentada de lo habitual por coincidir una travesía de andarines que se dirigen a Riglos acompañados de protección y guardias civiles)
La subida es de algo más de 4 km con pendientes mantenidas que asciende hacia el Castillo de Loarre por una buena carretera con curvas continuadas y francas. Ideal para calentar piernas en día de cierzo desapacible y nubes amenazantes.
Se deja luego la carretera por una pista que a la izquierda sube hacia el Cerro Pusilibro, sin llegar a la cima. La pista, ancha y de firme excelente, sube sin sobresaltos a otro cerro en donde se encuentra un repetidor con antenas. Hasta aquí llevamos 8,5 km.
Desde ese punto ya se ven amplios panoramas de la Hoya de Huesca.
Comienza un descenso de 3 km hacia el Oeste por la boscosa vertiente Norte, bordeando luego el Cerro Layán en sube y baja animado. Hay una rampa con fuerte pendiente que obliga a poner pie en tierra. Luego siguen las pistas con subidas moderadas y bajadas pedregosas hacia la Peña del Sol. Y comienzan a intuirse las paredes del monumento rocoso de Riglos.
La pista baja en dirección al pueblo de Riglos y pasa por el desvío al mirador de los Buitres. A medida que nos acercamos va cambiando la perspectiva, apareciendo las principales paredes de ese monumento geológico grandioso.
Cerca del desvío al mirador la pista asciende un poco y se adentra en el bosque de robles, el Cajigar, por la vertiente Sur de la sierra.
En dirección Este se va siguiendo la amplia pista hasta llegar de nuevo a la carretera frente al imponente Castillo de Loarre. Por ella bajamos hasta llegar a una pista que sale a la derecha, al lado del camping.
Esa pista nos lleva al pueblo de Loarre, fin del entretenido recorrido pistero.