V QUEDADA BTT CONCEJO DE EL FRANCO 10/11/2013

A las 9 y con algo de frío comenzábamos a rodar por las calles de La Caridad, este paseo inicial poco duraría, ya que enseguida nos adentramos en un bello bosque con zonas estrechas que propiciaron los clásicos "embudos", dado que el "pelotón" iba muy agrupado y tod@s a la vez no entrábamos en les caleyes.
El barro comenzaba a marcar a bikers y monturas y poco a poco, atravesábamos el tupido bosque. Esta zona se erigió como una de las más atractivas, ya que había de todo. Pista ancha, zona entre árboles muy técnica, cortados y hasta algún descenso endurero. El colectivo Defender (con importantes bajas para esta cita) íbamos agrupados y ya podéis suponer que hizo que nos separasemos levemente. Pues sí, acertasteis, los ascensos. En cuanto el terreno se ponía cuesta arriba Iván y Bedia se distanciaban de un Kanga que iba a su ritmo y sin forzar, jiji.
Tras afrontar un bello descenso por una zona muy rápida tocaba mojarse los pies y atravesar un río para llegar así al avituallamiento. Ni qué decir tiene que mereció la pena atravesar el riachuelo, porque tras cruzarlo nos esperaban frutas, bebidas isotónicas y varios dulces. La parada se hacía obligada y muy sabrosa.

Tras la ingesta de frutas y demás, volvíamos al pedal y los amigos del Club Ciclista El Franco nos tenían preparada una "encerrona" guapa. Menuda rampa había tras la comida, una cuesta empinada, embarrada y con piedra suelta, vamos, el escenario perfecto para acabar con las botas en el barro, ya que fuimos muchos los que subimos en el coche de San Fernando.
La cuesta se superó y, la quedada proseguía por su hermoso itinerario. Rodábamos por pistas buenas y el sube y baja era constante lo que hacía que las piernas acusasen cada ascenso y el resto del cuerpo disfrutase cada descenso.
A estas alturas, Iván iba plácidamente en el grupo de cabeza, Bedia les seguía muy de cerca y Kanga rodaba en un grupo más atrás. Como suele ocurrir, a aquell@s que adelantamos en el descenso, ell@s nos lo recuperaban en el ascenso y de este modo, Kanga iba coincidiendo con la grupeta de Fátima y otros bikers del CC El Franco.

Tras ir cruzando pistas llegábamos a una corta transición por carretera, en la que la biker tapiega Fátima nos daba el susto de la jornada. En una curva de izquierdas, perdía el control de la bici y se salía de frente a un prado que estaba cercado con alambre de espino y, por si fuera poco aún, con un pastor eléctrico para el ganado. Tras el impacto con el alambre, las estacas que cercaban la finca cedieron y propiciaron que Fátima acabase enredada con el alambre y con el pastor dándole calambres. Los miembros de su grupeta enseguida fueron a socorrerla y al cogerla también sufrían los efectos de la electricidad. Al final, pese a lo aparatoso del percance, nuestra collacia sólo tenía alguna magulladura y roce muy leve. Por contra, su recién estrenada equipación de TAPIA BTT no acabó tan bien. Múltiples cortes dejaron el culotte como un colador y la chaqueta con un corte en el frente.
En esta ocasión los daños no fueron muy graves, pero queremos recordaros el sumo cuidado que debemos tener cuando circulamos por zonas alambradas.

Pasado el susto, la quedada proseguía su ritmo y el disfrute aumentaba con los kilómetros. Cada zona nueva resultaba muy atractiva y a golpe de pedal pronto llegábamos al segundo avituallamiento y salida alternativa para aquéll@s que lo deseasen.
Tras una muy corta parada a comer algo, seguimos y se repetía la situación acontecida en el primer avituallamiento. Y es que tras una primera zona llana y muy liviana llegaba el ascenso al monte Cuadramón. Esta subida se hizo durísima, ya que además de ser extensa en los metros, apenas posee descansos y el ascenso es permanente.
Cuando creíamos que el ascenso se había acabado, un pequeño bucle alrededor del monte nos devolvía a ganar un poco de altura. Al final mereció la pena, porque el descenso resultó precioso, con un firme algo embarrado pero con buen grip (pa los de la LOGSE, grip = agarre). Eso sí, me veo en la obligación de reseñar que el último lazo que metieron en el monte, sobraba. Porque cuándo rodabas plácidamente cuesta abajo y disfrutando el descenso, de repente, había un leve ascenso que te devolvía a la cruda realidad de que esto es Asturias y el sube y baja es así en todo su territorio.

Después de rodar 2km por carretera, alcanzábamos de nuevo la localidad de La Caridad y en el Polideportivo local disfrutábamos de una merecida ducha para participantes y monturas.