Valle del Rio Moros (Garganta del Espinar)

Domingo, 13 de octubre de 2013

Distancia: 32,52 km. Desnivel acumulado: 851 m. Duración: 3h.

VALLE DEL RIO MOROS:
uno de los parajes más salvajes y remotos de la sierra de Guadarrama.(*)

Merece la pena levantarse a las 8 de la mañana de un domingo frío y nublado para hacer una ruta como esta.

Vamos en coche hasta el Alto de los Leones y salimos desde allí alas 9 de la mañana. Mirando al Sur, el Sol ya asoma por el horizonte y alarga nuestras sombras, pero mirando al otro lado del puerto,hacia el lado Norte, hacia San Rafael está todo oscuro aún, con nubes bajas peinando los montes. Pues hacia allí es donde vamos.

Cruzamos la carretera y por detrás de la famosa Casa Hilario (medio derruída) pasamos una valla metálica y descendemos sorteando las torres dela luz y pasando junto al respiradero del túnel de Guadarrama. Llegamos al llamado Camino del Agua y lo tomamos a la derecha, nos lleva hasta la barrera donde pone el cartel de prohibido el paso del 30 de Junio al 30 de septiembre por riesgo de incendios.

Pasamos la valla y de los 3 caminos que hay tomamos el camino del medio que es el que nos permitira recorrer todo el Valle del Río Moros en sentido horario.

Un poco más adelante sale un camino a la dercha, pero no lo tomamos y al poco rato de nuevo hay otra bifurcación, esta vez si tomamos el camino de la derecha ya que el de la izquierda lleva a la zona recreativa de la Panera.

A partir de aquí recorremos unos 10 km de subida continua que ascienden unos 350 metros. No nos encontramos con nadie, apenas algunos ciclistas como nosotros, es increible que un lugar como este, tan cerca de Madrid, este desierto un domingo, por otro lado es una gran suerte para los que sí lo disfrutamos y ojalá siga siendo así mucho tiempo.

El camino es una pista asfaltada en muy buen estado y discurre rodeado de helechos y pinos silvestres (también llamados pinos de Valsaín).

Llegamos al Embalse del Tejo y podemos disfrutar de un espectáculo impresionante, el sol se deja ver por el Collado de la Marichiva y ya ha disipado la mayoría de las nieblas matinales que estaban pegadas al bosque, pero la superficie del agua esta humeante aún, y con el viento esas nieblas plomizas se van deslizando por la superficie haciendo giros y formando círculos, en ese momento bautizamos al fenómeno como las ánimas del embalse del Tejo, era fantasmagórico. Grabé un video que subiré en cuanto pueda para que podáis ver el efecto que vimos.

Agradecimos esos primeros rayos del Sol, pues el ambiente ea muy frío y húmedo.

Continuamos el camino, y rodeamos el elmbalse del Espinar que está un poco más arriba que el del Tejo, la subida continúa hasta un poco antes del camino que baja desde el Collado de Marichiva, desde ahí bajamos a casi 50 km/h hasta llegar a la barrera donde comenzamos el recorrido por le Valle.

Volvemos por el mismo camino hasta el Alto de los Leones, esta vez pudimos subir el difícil camino sin desmontar de la bici.

Estoy seguro de que volveremos a hacer esta ruta.

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(*)
Información del Valle del Río Moros:
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/02/02/ocio/1296672687.html

El profundo valle abierto por el río Moros es uno de los parajes más salvajes y remotos de la sierra. Se trata de una profunda depresión abierta por dicho cauce entre la Mujer Muerta y la Sierra del Quintanar al Norte, los cerros Minguete y del Montón de Trigo al Este y el ramal principal de la cordillera, ocupado en esta zona por La Peñota y Peña del Águila, al Sur.

Son estos pinares del río Moros una de las manchas forestales más importantes de la zona centro. En el Guadarrama tienen el empaque de pinadas más celebradas como las de Valsaín, Fuenfría y el Alto Lozoya.

Aunque si se mira bien, todas ellas componen un único y enorme bosque, al estar unido su arbolado a través de los puertos de Marichiva (que une este río Moros con Fuenfría), Fuenfría (los de dicho valle con Valsaín) y de los Cotos (Valsaín con los del Lozoya). Un océano verde formado por millones de pinos de Valsaín, el emperador de los pinos.

En un encomiable y ancestral ejemplo de desarrollo sostenible, en este valle que entonces se conocía como Garganta de Ruy Velásquez, se realiza desde la Edad Media una sabia explotación forestal. Hasta entonces se remontan una serie de pistas que alcanzan la cabecera del valle. Asfaltadas en parte algunas de ellas, todavía constituyen por su comodidad y trazado el camino más recomendable para recorrer estos parajes.