Vega de Espinareda- Barcena de la Abadia- Cima del Tabillón- Puerto de Lumeras- Sésamo - Vega de Espinareda.

Ruta de alta dificultad física, en base principalmente a la exigencia de la subida hacia el alto del Tabillón, con una subida casi ininterrumpida de 25 kilómetros desde que salimos de Bárcena de la Abadía, rematada por una "traca final" de 4 kilómetros, para superar los últimos 500 mts de altitud.
Se rueda en la práctica totalidad del recorrido por pistas en buen estado, a excepción únicamente de la senda de La Lechera, la cual no tiene gran dificultad tecnica, contando además que la hacemos en sentido ascendente, al contrario de como se hace en.la prueba de Las Calicatas de Fabero.
Iniciamos el recorrido en Vega de Espinareda, encaminándonos hacia Sésamo. Atravesamos el pueblo alejándonos del tráfico de la carretera que lo atraviesa para llegar al cruce, en el que abandonamos el asfalto para girar la derecha, por una pista que nos pone ya en dirección hacia Bárcena de la Abadía. En el punto kilométrico 7,78 de la ruta, nos encontramos con el inicio de la senda de La Lechera, en la que nos aplicamos para vencer el suave desnivel en contra que encontramos en su trazado.
Desde el momento en el que finalizamos el recorrido de la senda, tenemos un suave tramo de descenso ya por pista hasta Bárcena de la Abadía.
Repostamos agua en la fuente en el centro del pueblo, junto a la iglesia, y salimos del mismo por carretera, circulando por asfalto aproximadamente 2 kilómetros.
Nos desviamos nuevamente del asfalto, tomando una pista que sale a nuestra izquierda, y que ya he recorrido en ocasiones anteriores, como es la ruta del nacimiento del Cúa
( https://es.wikiloc.com/wikiloc/spatialArtifacts.do?event=setCurrentSpatialArtifact&id=133352256 )
A partir de aquí, circulamos ya con el desnivel siempre en contra, para ir superando a su vez el desnivel que, serpenteando a nuestro lado, muestra la carretera que se dirige al puerto de Lumeras.
Cruzamos la vía asfaltada, y continuamos por pista, siempre manteniendo engranad el desarrollo más largo que permite la bici.
En el punto kilométrico 23,00 de la ruta, encontramos a nuestra derecha, el desvío que nos llevaría hacia Chano, que en esta ocasión desechamos para continuar ascendiendo.
En el kilómetro 30, alcanzamos, por fin, un alto a partir del cual tenemos aproximadamente 5 kilómetros de suave descenso para rebajar un poco la tensión de la musculatura de las piernas.
Así, en el kilómetro 35, llegamos al Alto del Viso, a casi 1500 msnm, donde encontramos lo que parece un pilón de agua para la lucha contra incendios. Desde aquí nos toca dar el arreón final, por la pista que nos conducirá al Alto del Tabillón, tal y como describía al principio del comentario. Este último tramo de pista, se trata, sin duda, de la parte más dura de la ruta: desnivel en todo momento rondando el 20% y suelo conformado por piedra bastante suelta, lo cual dificulta la tracción, aumentando aún más el esfuerzo a aplicar. Sin duda el estado más descarnado de esta pista, es consecuencia directa de los rigores invernales, que a esta altitud, se presentarán en forma de fuertes nevadas.
Afortunadamente, a mitad de subida encontramos una fuente donde repostar agua, pues las reservas de los bidones ya empezaban a escasear, desde el último punto de repostaje, que fue Bárcena de la Abadía.
Por fin, llegamos a la cima del Tabillón, a más de 1900 msnm, donde encontramos una caseta de vigilancia contra incendios, y podemos disfrutar de una impresionante vista 360 grados de todo el entorno, como se ve en el Waypoint que he marcado, siendo en esta ocasión el único de la ruta.
Tras disfrutar durante un buen rato de las vistas, nos lanzamos ya hacia abajo, por la misma pista que usamos para subir, extremando, lógicamente, las precauciones en el primer trecho del descenso, para una vez superado este tramo, poder soltar un poco más los frenos de la bici durante el resto de la bajada.
Únicamente cabe reseñar un breve tramo en el que desde el desnivel se nos pone en contra, antes de llegar al puerto de Lumeras.
Desde aquí, afrontamos ya el último tramo de rapidísima bajada, para ir a entroncar con la pista que asciende hacia el mirador de Peña Piñera y el corral de los lobos, llegando así finalmente otra vez a Sésamo y Vega de Espinareda.
Al llegar al pueblo, hacemos una breve parada para tomar un habitual "avituallamamiento final de rehidratación", e inmediatamente cargamos las bicis en el coche, para, al llegar a Ponferrada, aplicar el habitual lavado y engrase a las niñas, que como siempre , se lo han ganado sobradamente.
Día hecho!!!