Versión 2. Casas de Luján, Uclés, cañón del Cigüela.

La ruta es muy interesante. Comienza en las Casas de Luján, finca del siglo XVI que pertenecia a la reina Isabel II, actualmente convertida en una agradable hospederia de porte clásico.

Por viejos caminos poco transitados y a veces prácticamente abandonados incluyento un tramo de la cañada Real de Jábaga, que forma parte del enmarañado y complejo trazado de la Cañada de Los Serranos y la Conquense, llegaremos a Pozorrúbio donde comienza a destacar en la hontananza el imponente perfil del monasterio de Uclés. Llama la atención el magnífico tamaño de este edificio construido el la parte más alta del bonito pueblo de Uclés.


Pedaleando por las Lomas de Valhondo por divertidas sendas, llegaremos hasta el monasterio, disfrutando de unas privilegiadas vistas.

Tras recorrer las callejuelas empedradas del encantador pueblo de Ulés, se sale por la fuente de los Cinco Caños, donde se coge la carretera hacia Rozalén, utilizando esta hasta la fuente Nueva, punto donde se deja la carretera para subir la sierra de Santa Quiteria. Esta sierra nos abre unas bonitas vistas hacia el Oeste de la Mesa de Ocaña y hacia el Este de la Serrania Conquense.

Tras la Sierra de Santa Quiteria, aprovechando un cortafuegos, se llega a la fuente de La Mar. Esta fuente tiene la peculiaridad de ser la que utilizaban los romanos para aprovisionar de agua la ciudad de Segóbriga, la llevavan por un acueducto que construyeron salvando los desniveles que hay en el trayecto, algo ingenioso que se aprecia sobre el terreno.

Tras cruzar el pueblo de Saelices nos internamos en el cañon del Cigüela, quizas la zona más bonita de la ruta tanto en su aproximación, como en su recorrido junto a las paredes que encajonan al Cigüela por una zona muy frondosa. Pasado el estrecho, dejaremos muy cerca, teniendo la oportunidad de visitar, las ruinas de Segóbriga que vemos dispersas por toda la extensión del cerro La Cabeza del Grogo. Esta ciudad Romana, que impresiona por la envergadura de su circo como la de su anfiteatro, entre otras ruinas. Tuvo su esplendor en los siglos II y I a.C. debido a las minas de lapis specularis, el yeso cristalizado que serviría como cristal de ventana para las viviendas modestas y que permitía decorar estancias en celebraciones y días señalados.

Dejando atrás las ruinas nos internamos en una zona de monte por la que se pedalea por los restos de una calzada Romana, sendillas sinuosas y cañadas que nos dejan en el comienzo de la ruta, las Casas de Luján.

Este es buen lugar para la cerve de fin de ruta.


Aquí una videovisita muy interesante y un reportaje a vista de drón de las Ruinas de Segóbriga.





Y aquí una videovisita y un vuelo a vista de dron del Monasterio de Uclés.