VÍA VERDE DEL BESAYA. 12 AGO 2021

Esta Vía Verde recorre parte de la antigua vía del tren minero que transportaba el mineral desde la mina de Reocín hasta el cargadero de San Martín de Hinojedo y transcurre a orillas de la ría de San Martín de la Arena (ría de Suances), el río Saja y el río Besaya.
Iniciamos la ruta desde SUANCES, para en aproximadamente unos 20 kms llegar a hasta la entrada a BARROS (una localidad situada a 2,5 kms al Norte de Los Corrales de Buelna); y después regresar por el mismo camino.
En principio se trata de una vía sencilla, con apenas desnivel, aunque encontraremos algunos repechos. Prácticamente todo el recorrido se realiza por carril bici que es compartido con peatones que, ¡ojo! tienen preferencia.
Para comenzar nos acercamos hasta el extremo Sur. de la playa de la Riberuca en Suances. Si bien la Vía Verde comienza en el extremo Norte de la citada playa, esta parte que discurre paralela a la reiterada playa es sólo peatonal (prohibido expresamente el paso a bicicletas) y está vigilada con cámaras del ayuntamiento y advierte de sanciones.
En los primeros kms encontramos a muchos viandantes disfrutando de su caminata matinal.
Ya desde el inicio vamos disfrutando de las hermosas vistas sobre la ría de San Martín que la tenemos siempre a nuestra izquierda. En 0,7 kms llegamos a la Punta del Hornillo, desde donde hay unas hermosas vistas, incluso hay habilitado algún banco para quienes quieran sentarse a disfrutar.
Hacia km 1,5 llegamos al muelle de los Cantos, se trata de un pequeño embarcadero natural que sirve de refugio para las pequeñas embarcaciones de los pescadores. Este puerto tiene actividad desde el siglo XII. Fue uno de los puntos que servía de paso y unión entre los municipios de Suances y Miengo, muy usado por los peregrinos de la ruta Jacobea. Jose Mª de Pereda recoge esta zona en su obra “La Puchera”. Antes de que se construyera el actual puerto de Suances, los barcos atracaban en este muelle y desde aquí, los marineros y los pescadores subían al barrio de la Cuba de Abajo donde la mayoría residía, a pesar de no ubicarse a pie de ribera. En esa época, los marineros vivían alejados de la costa por el miedo a incursiones y ataques, y no ha sido hasta recientemente cuando se empezó a construir en Suances un barrio de pescadores en las proximidades de la costa.
A continuación encontramos dos bonitas pasarelas metálicas con suelo de madera, construidas sobre el agua, lo que permiten pasar por encima de la ría.
Tan solo 2 kms después de haber tomado la salida, se llega al Mirador de la Ría, con hermosas vistas sobre los humedales, donde hay habilitado un área de descanso.
El sector inmediatamente siguiente (km 3.6) se conoce como Vuelta Ostrera, donde existe una depuradora de aguas residuales. Bordeamos la depuradora, quizá el tramo menos “bonito” y sobre todo “más maloliente” de todo el recorrido.
Tras una pequeña pendiente hacia abajo nos encontramos con las ruinas del cargadero de Hinojedo y la actual fábrica de Asturiana de Zinc (km 4,7). El comienzo de la explotación de la mina de zinc de Reocín en 1856 supuso el asentamiento de diversas industrias químicas que han contribuido notablemente en la degradación ambiental de la zona. Uno de los mayores problemas derivados de esta contaminación es la alta concentración de plomo y otros metales pesados sedimentados. Esta contaminación, además del riesgo que supone para halcones peregrinos, gaviotas, cormoranes, garzas, y anátidas, afecta a otras especies que pueden ser consumidas por el hombre, como la lubina, la dorada, las ostras y los mejillones.
En la otra margen de la ría (Km 7), vemos las instalaciones de Solvay, un coloso industrial que está operativo desde 1908. Sus casi 400 trabajadores se dedican en las 78 hectáreas del complejo a la producción de carbonato sódico, bicarbonato sódico y sal (cloruro sódico), materias primas fundamentales para la elaboración de productos esenciales de la vida diaria como vidrio, detergentes, productos sanitarios, farmacéuticos y de higiene personal, alimentación humana y animal.
Pasamos por debajo del puente de la carretera y continuamos por la orilla del Río Saja atravesando algunas zonas verdes.
Ahora llegamos a Ganzo, una localidad del municipio de Torrelavega (km 10,3). En una rotonda han instalado la antigua locomotora.
Aquí comenzamos a ascender. Pasamos por un puente sobre el río Saja y la vía del ferrocarril. Al fondo vemos el puente viejo de Ganzo sobre el río Saja.
Pasamos por debajo de la A-8 y enseguida la vía verde gira a nuestra izquierda continuando en ligera ascensión a través del bosque.
Así llegamos a la Iglesia de Torres (km 11,5). Bordeamos la iglesia por su ábside y tras cruzar la calle, la vía verde se introduce de nuevo por el bosque hasta el alto del Mazo (km 12,8).
Cruzamos la carretera donde encontramos un monumento de piedra a los mineros y unas señales que indican nuestro objetivo final (Barros) por dos caminos diferentes, tomamos el camino recto (y no el de la derecha) bajando una pronunciada pendiente, que después hay que subir, llegando al Parque de la Viesca, un área de 79.460 hectáreas, que se extiende por Torrelavega y Cartes, como Área Natural de Especial Interés (ANEI). Está emplazado en la margen izquierda del Río Besaya y constituye un entorno seminatural con árboles diversos y una mezcla de ambientes asilvestrados. Se estima que hay más de 1.000 especies de árboles.
Continuamos siguiendo el curso del río Besaya, bordenado Cartes (km 15,3), uno de los pueblos más bonitos de la región. Bien merece la pena hacer una parada para disfrutar de un pueblo medieval único, cosa que dejamos para una próxima visita. La Villa de Cartes es declarada Bien de Interés Cultural, Conjunto Histórico, en 1985 por conservar su disposición medieval originaria heredera del antiguo trazado del Camino Real.
Pasamos por debajo de la A-67
Así llegamos a Riocorvo (Km 17), otro de los pueblos que desde el año 1981 cuenta con un reconocimiento de Conjunto Histórico. Es una pequeña aldea estructurada en torno a una calle del Camino Real, que enlazaba la Meseta con la costa cantábrica. Las casas se han construido a ambos lados del camino, con preferencia en el lado Noroeste, para orientarse las fachadas hacia el mediodía y una pequeña plazoleta adjunta, en el mismo lado. Las casas son de piedra y la mayoría de ellas están blasonadas. Destacan las de los Alonso Caballero, la de los Púlpitos y la de los Velarde.
Continuamos hasta Las Caldas del Besaya (km 18,3) pasando la vía verde entre las instalaciones del balneario de baños medicinales, construido a lo largo del siglo XIX y que es el más antiguo establecimiento de este tipo de Cantabria.
Seguimos hasta el inicio de la localidad de Barros (km 20), localidad situada a 2,5 kilómetros de Los Corrales de Buelna, donde por el momento finaliza esta vía verde.
Tras un rato de descanso, iniciamos el camino de vuelta, ahora prácticamente todo es en descenso, salvo el fuerte repecho Parque de la Viesca y algún otro en los tramos finales junto a la ría de Suances, por lo que el tiempo empleado en el regreso es mucho menor.
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