Via Verde Manacor - Artà (Islas Baleares)

Esta ruta recorre la Vía Verde de Manacor – Artà, en pleno corazón de la isla de Mallorca (Baleares); la misma discurre por el antiguo trazado ferroviario y a lo largo de su recorrido, encontramos un paisaje cambiante de cultivos. El trazado discurre en su mayoría por una pista de tierra, y aunque cruza numerosos caminos el tráfico en estos es prácticamente nulo y es difícil coincidir con algún vehículo. Esta ruta tiene un nivel de dificultad “Fácil”; no obstante hay que tener en cuenta que no se trata de un recorrido circular por lo que de hacer ida y vuelta podría llegar a considerarse de nivel moderado por el kilometraje.


Una opción para turistas es alquilar las bicicletas mediante la empresa “Bicis Verdes” (http://www.bicisverdes.com) cuya ventaja es que cuenta con un servicio de transporte al punto de inicio una vez finalizada la ruta.

ROUTE-BOOK

La vía verde Manacor-Artá comienza en el límite este de Manacor. La antigua vía del tren aparece ahora como un sencillo camino de grava, rodeada por un amplio espacio abierto de campos agrícolas. La identifican dos paneles informativos: uno con las normas de las vías verdes y otro donde se refleja nuestra ubicación respecto a los puntos de interés del recorrido. También son características las barandillas de madera. Estos elementos de seguridad cierran el paso a los vehículos a motor en cada uno de los cruces y, por tramos, la delimitan a ambos lados para evitar caídas.

Desde su inicio, la vía verde se adentra entre campos agrícolas con dispersas casas rurales de piedra, dejando atrás el casco urbano de la capital del levante mallorquín, bajo la alta y delgada torre Rubí de la Mare de Déu dels Dolors. Hacia el este la antigua plataforma férrea hace camino por una orografía ligeramente ondulada; un terreno fácil donde traza largas rectas interrumpidas por amplias curvas atrincheradas, convertida en un tobogán de subidas y bajadas de leve pendiente.

Un magnífico mirador sobre Sant Llorenç des Cardassar anuncia el final de este primer tramo de largas rectas. Se trata de un alto terraplén elevado sobre el pueblo de uniforme color terroso. Al mirador le sigue el corto y recto túnel de Sa Cova (59 m), características que permiten plena visibilidad en el interior de su galería en roca viva.

Tras el túnel está la estación de Sant Llorenç (km 7,8). Ésta es la primera de una colección de estaciones cortadas por el mismo patrón estilístico. Todas las estaciones de la vía verde han sido recuperadas y se convertirán en establecimientos abiertos al público, pudiendo albergar desde un restaurante hasta actividades socio-culturales o deportivas.

Dejamos Sant Llorenç entre campos de algarrobos, naranjos y almendros, para acometer un tramo de gran atractivo. A medio camino de Son Carrió el terreno se torna accidentado por efecto de pequeños cerros cubiertos con reductos de bosque mediterráneo. El trazado se curva y los márgenes reverdecen con lentiscos, acebuches, pinos carrasco de alto porte, encinas y algarrobos.

Recobrada la rectitud, la antigua vía cruza el torrente Ses Planes. El puente es un caso único: posee unos magníficos “balcones” que servían para ponerse a salvo ante el paso del tren. Más adelante se encuentra una gran nave de factura moderna, frente a la que se despliega una amplia explanada. La nave hubiera servido como cochera en el frustrado proyecto de tren-tram Manacor-Artà.

Poco más adelante se encuentra la estación de San Miguel (km 11,4), en cuya fachada continúa luciendo el antiguo nombre del actual Son Carrió; que no es más que una pequeña localidad con mucho encanto rural.

El tramo entre Son Carrió y Son Servera es el más llano y marinero de la ruta. No llega hasta la misma playa, pero pasa muy cerca del mar. El antiguo trazado corre en paralelo a línea costera por el interior, ofreciendo desde su situación privilegiada amplias vistas marineras que abarcan desde las playas de S´Illot hasta la Costa de los Pinos. La vía verde deja atrás Son Carrió por un recto terraplén que ofrece una magnífica panorámica del pueblo y la iglesia. Al poco la vía realizará un amplio giro ferroviario para sortear los montes Atalayas, en cuyo entorno natural se ubican viviendas unifamiliares de estilo tradicional con mucho encanto.

El giro a las Atalayas culmina con la inmersión en el túnel de sa Punta, escoltado a ambos lados por dos caseríos rurales. La galería, forrada de piedra, es corta, recta y con plena visibilidad en su interior. Tras el túnel se dibuja una nueva recta entre hileras de árboles frutales, donde por primera vez se tienen unas panorámicas marineras amplias y nítidas.

La vía verde vuelve a realizar una amplia curva ferroviaria para sortear Na Penyal, montaña de gran interés erguida frente al mar, con vistosos paredones de roca calcárea emergiendo de un denso y verde arbolado. El giro a Na Penyal ofrece magníficas vistas de Cala Millor siendo este el punto de la vía más cercano a la playa. La antigua vía, envuelta por urbanizaciones, atraviesa varios accesos asfaltados que descienden hacia la carretera de Porto Cristo y la costa.

A la entrada de Son Servera la vía desemboca en el carril bici de firme rojo, que va desde dicha localidad a la playa de Cala Millor. La vía verde cruza la carretera, a la derecha, por un paso ciclista que hay sobre la rotonda y continua una vez cruzada esta carretera iniciando una larga recta que bordea todo el perímetro este del casco urbano llegando a la estación de Son Servera. (km 19).

Tras mucho tiempo en llano, la vía verde desciende en terraplén sobre campos agrícolas a las afueras del casco urbano de Son Servera. Este tramo periurbano acaba al atravesar el túnel de son Sureda. La galería en roca viva, forrada en parte de piedra, es la más larga de la ruta (80 m.) y está curvada a la izquierda, pero en su interior hay plena visibilidad.

Superado el túnel comienza un largo tramo ascendente de gran atractivo paisajístico. La vía verde atraviesa una zona de frutales y campos de golf, salpicada de cerros cubiertos con reductos de bosque mediterráneo y matorral, donde se suceden diferentes y magníficas panorámicas de la pinada Sierra de Sant Jordi.

Al poco de cruzar a nivel la carreteraa MA-4041 (Km 24,6) la vía realiza un amplio giro a la izquierda para sortear son Catiu, elevación cubierta por un denso arbolado, a cuyos pies se ubica un área de descanso, y se acerca a Artá a través de un amplio espacio abierto y llano dominado por parcelas de cereal, frutales, ganado, huertos y dispersas casas rurales de piedra. El final de la vía verde transcurre por un terreno fácil donde la plataforma férrea sigue subiendo ligeramente, camino de un horizonte donde se dibujan el santuario de Sant Salvador y la iglesia parroquial sobre los tejados de Artá.

Al entrar en Artá se cruza la pista que conduce al poblado talayótico de Ses Païsses, y una calle donde todavía se conserva la barrera del paso a nivel junto a las cocheras del antiguo tren hoy ocupado por un pub cafetería. Finalmente se llega a la estación de Artà (km 29), situada bajo el dédalo de estrechas y laberínticas calles que forman el casco urbano.